domingo, 28 de julio de 2013

HCL 5: Un nuevo día

   Marta se levantaba todas las mañanas a las cinco y media. Tenía que vestir a Miguelín y dejar al pequeño en casa de sus padres. Otras veces su hermana a regañadientas se quedaba con él.

  
  Iba toda acelerada que si el biberón, su peluche preferido, la última pomada que le había mandado el pediatra... Un beso antes de irse, el bolso, las últimas indicaciones a su madre... Parecían faltarle manos y tiempo para todo.

    
No obstante, se sentía afortunada de contar con sus padres. Adoraban a su nieto, pese a que en un principio pusieron el grito en el cielo. Su hija embarazada y precisamente de aquel chico que tan poco les había gustado desde que lo vieron en el portal...


  Mientras en el hotel comenzaba también un nuevo día...
 En la 101 Carmen Clickores se levantó la primera de su familia pero le duró poco la tranquilidad, los niños no tardaron en dar ruído. 

Fedra del Rocío: - ¡Mamáaaa!
Carmen: - Shhh, vas a despertar a tus hermanos.
Joselillo: - Guguu, ma-má...
Manolete: - ¡Aaaaaa!...
 

Rojillo: - Buenos días, mi amor.
Carmen: - Buenos díassss...mmmmm...
 
  
   La familia de Rojillo se puso rápido en funcionamiento. Era su último día en el hotel.... Después del desayuno se marcharían. Tenían que coger un barco esa tarde para iniciar un crucero por las islas Clickicas.


  Paralelamente la rutina de Marta seguía con la espera del autobús de las siete menos cuarto.
 

  Pese a la gente que se encontraba cada mañana, no podía evitar un profundo sentimiento de tristeza y soledad. A veces le gustaba imaginarse las vidas de todas esas personas que esperaban junto a ella: colegiales, madres con su pequeños, algún tipo raro, gitanos muy bien vestidos... Todos, como ella, esperaban el veinte de las siete menos cuarto. Algunos eran ya caras conocidas y otros los veía por primera vez y ponían el punto diferente en su día.
 

El autobús número veinte paró delante de ella y abrió sus puertas...
 
  
 El conductor ya la conocía y la saludaba cordialmente todas las mañanas. Incluso a veces se permitía contarle algún chascarrillo, que la hiciera sonreír. Era una clack preciosa difícil de olvidar. Casi siempre su gesto era serio y pensativo pero cuando sonreía iluminaba hasta el día más gris.

    
   Después, le tocaba hacerse paso a empujones entre la gente que abarrotaba el autobús hasta los topes. Marta buscaba algún asiento libre...
 

... Si había suerte y no lo necesitaba una persona mayor o una embarazada, podía viajar más cómoda el largo viaje. Si no, tocaba agarrarse a la barra, antes de que el autobús se pusiera en marcha, haciendo perder el equilibrio a algún pasajero y dejando fuera a algún otro rezagado que llegaba tarde.

   
  En la zona de la recepción habían instalado un estante con postales, souvenirs y objetos para los turistas olvidadizos. La encargada de su venta era una nueva empleada que había llegado esa misma mañana. Se llamaba Cecilia y había congeniado desde el primer momento con su compañera Laia.
 
Laia: - Ceci, ¿has visto esta página de ropa? ¡Tienen un cuarenta por ciento de descuento en todos los bolsos y zapatos hasta agotar existencias!
Cecilia: - ¡Oh, ahora le echo un vistazo!
Busca: - ¡Pufff, como sois las clacks con las compras!
Laia: - Luego bien que os gusta a todos los clicks que vayamos guapas...
Busca: - Guapas sí... pero a mí no me gustan las clacks a las que les gustan los bolsos y todas esas cosas... Me parecen tan superficiales...
Ceci: - Bahhhh... Eso es lo que dices... Nos gustan también otras cosas...


En el comedor Rojillo y su esposa desayunaban, junto a los huéspedes más madrugadores, con el fin de no perder bocado del buffet libre...

    
 Una pareja muy peculiar conversaba mientras se llenaba las bandejas y bolsillos...
 
Pinhead: - Recuerda que somos turistas extranjeros... 
La Fune: - ¿Seguro que nadie nos reconocerá?
Pinhead: - Tranquila... Los DNI falsos han colado. Te dije que eran unas falsificaciones perfectas y en este hotel perdido de Clisandia quién iba a encontrarnos. Nos deben hacer ya mucho más lejos...  Tú déjame que yo me encargue de todo. Cuando consigamos el dinero suficiente, podremos coger ese avión.

Entretanto, a los niños de Rojillo no había quién los sacara de la sala de juegos... Irene amaba su trabajo y esos niños le parecían adorables...
Irene: - Uy, chiquitín... Ajoooo...
 

Mientras tanto en otro punto de la ciudad Chelo iba a comprar el pan antes de irse a trabajar. El artesano era una panadería de barrio, llevada por Pepe y su familia, que habían abierto su humilde negocio en el barrio hacía más de veinte años...

 
Chelo saludó al panadero y todos los presentes en la tienda... Entre ellos estaba su vecina Herminia, a la que tenía en bastante estima.
 
 
Herminia: - ¡Buenos días, Chelito! Has madrugado mucho...
Chelo: - Sí, que a las 9 entro a trabajar...
 
 
Herminia: - Ya me ha dicho tu Loli que te han cogido en el hotel nuevo...
Chelo: - Sí, allí estoy desde hace quince días...
Herminia: - ¿Y a ella no le sale nada?

 
 
Chelo: - No y ya se le ha acabado el paro... La verdad es que yo he tenido mucha suerte. Estoy muy contenta, porque es una empresa muy seria y funciona todo muy bien allí...
Herminia: - Sí, mí Rojillo ha estado allí alojado dos días con los niños, como cogen el barco el lunes a primera hora... Se van a un crucero por las islas... Hmm... No me sale el nombre... A esas islas de por ahí que salieron el otro día en el programa de Callejeros... Ainsss...
Chelo: - ¿Las Clickicas?
Herminia: - Hmm, ¡sí, esas son!... Como marchan tan bien de dinero, se pegan unas vacaciones...
 
 
Chelo: - Bueno hasta luego, Herminia. Cuídate, que te veo muy bien...
Herminia: - Uy, bien... Estoy llena de dolores pero no me quejo... ¡Y anda que mi amiga Vicenta! Esa está peor que yo, todos los días de médicos y eso que es dos años más joven... Ale, adiós Chelito, dale recuerdos a Resti.
Chelo: - Yo se los daré de tu parte y tú a Onofre... Adiósss
 
 
     El hotel se llenó pronto de movimiento y nuevos huéspedes...
 
Don Fabián: - ¿A cómo son las postales, señorita?
Ceci: - A 50 céntimos.
Don Fabián: - ¿Y dices que no tienes de ningún santo ni siquiera de la patrona de Ricachuela?
Ceci: - No, ya le he dicho que no... Pero creo que hay alguna de la catedral que le puede gustar...
 
 
Ianina: - Мы сделали бронирование
Anika: - Комната на двоих, пожалуйста.
Laia: - Excuse me, I don´t understand... Ay, Ceci... a estas no hay quién las entienda... Do you speak English?
 
 
   La limpieza de las habitaciones del hotel empezaba bien temprano. Chelo era incapaz de permanecer callada mientras trabajaba. Marta la escuchaba a veces un poco alejada en sus pensamientos...
 
Chelo: - ...Mi Antonio está ciego por ella... ¿Tú te crees que hacernos ese feo?... Y porque era la comunión de mi sobrina y la niña no tenía culpa pero si no, le había cantado las cuarenta a mi hermano ese mismo día...
Marta: - Uy, se han dejado un sombrero...
Chelo: - Ahora lo llevamos a recepción por si vuelven a por él...Pero escucha que te cuente lo que hizo la muy bruja en la cena de Navidad... que esa es otra...
 
 
Chelo: - Yo lo tengo claro... Si él no viene, yo tampoco voy a ir al bautizo... ¿Me estás escuchando?
Marta: - Sí, Chelo... No merece la pena que te enfades... Es tu hermano...
 
 
   Unos clientes muy especiales llegaron esa mañana al hotel. Se trataba del famoso mago Raspuclín y su bellísima pareja sentimiental y artística Verdinga.
 
Laia: - Todo en orden, Idalia... Hoy estamos teniendo bastante trabajo pero está todo controlado...
Idalia: - Jummm...
 
 
Idalia pasaba muchas mañanas por el hotel para revisar que todo estaba en orden. Casi no dejaba respirar a los empleados  pero estos aprovechaban cualquier despiste suyo para seguir con sus cosas...
Laia: - ¡He encontrado un bolso de H&L por diez cleuros!
Ceci: - ¡OMG! ¡Me chifla la ropa de esa tienda! ¡Pídeme uno! ¡Y compartimos gastos de envío!
 
 
Laia: - Una doble para tres noches... ¿Desean algo más?
Mago Raspuclín: - Sí, quiero que me suban una botella de agua con miel y tres gotitas de anís a las seis en punto... Y no quiero que nadie nos moleste el resto del día... Necesito tranquilidad... ¿No será muy ruidoso este hotel?
Laia: -  No, puede estar tranquilo. Aquí nadie les molestará...
 
 
Verdinga: - ¿Es por ahí?
Gaby: - Yo los acompaño para indicarles su cuarto... Por aquí, síganme si son tan amables, por favor...
 
 
   El mago se quedó mirando fijamente los ojos de Gaby y como si entrara en trance le dijo:
 - Veo en tus ojos un viaje a un país muy lejano y una boda de una cultura muy diferente a la tuya...
Gaby: - ¿Eh? No tenemos planes ni de viajar ni de boda mi novia y yo...
Mago Raspuclín: - Yo no he dicho que sea tu novia de ahora con la que te cases...
  Gaby se puso a sudar nervioso y deseando que el ascensor llegara a la primera planta. Le intimidaba la mirada del mago y no entendía sus palabras.
 
 
    Cuando llegaron a su habitación el mago se deshizo rápidamente del botones sin darle ni siquiera una propina.
 
Mago Raspuclín: - Por fin solos, Verdinga...
Verdinga: - ¡Oh, Raspuclín! Te deseo... Hazme sentir como sólo tu sabes...
Mago Raspuclín: - Tus deseos son órdenes, hada del bosque...
 
 
                                                                 CONTINUARÁ...

7 comentarios:

  1. Pobre Marta... mira que irse tan temprano y dejar a su madre, a su hermana y a su padre con el bebé...
    ¡Qué mala pata!
    Las otras historias de las vidas de las personas también me han gustado mucho.

    Àlex.

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  2. Divertídisima ;) Como dice Àlex, me da pena Marta. La pobre lleva una vida de estrés. Cuantas cosas a resaltar. Las fotos de Marta con sus padres, el bebé y su hermana son preciosas (y esos muebleees). La parada del bus, con esos planos que nos meten de lleno en escena. Me encanta esa en la que está a punto de subir al bus, cuando le abren las puertas. Es genial, es que la vida misma es así. Gente que ves todos los días en la parada y la rutina de siempre. Genial esa panadería dónde Chelo y Herminia compran el pan, que bonitaaa. Divertidísimo cuando hablan de las islas Clickicas jajajaja. Pinhead y Fune en el hotel... esto me huele que habrán problemas en un futuro... estos solo pueden traer problemas allá dónde estén. El detalle de las Rusas, en seguida fui a traducir lo que decían (guapísimas las dos), pobre Laya jajaja. Chelo taladrando a Marta, el detalle del sombrero de Rojillo olvidado, las referencias a H&L, los dolores de Vicenta, la clicka que pierde el bus... ¡Cuantas cosas! Por cierto, la pareja formada por el mago Raspuclín y Verdinga me encanta. Aunque él me cae un poco mal, no le da una triste moneda a Gaby... aunque por lo que se ve, es un buen amante jajaja.

    Duclack, esto es geniaaaaaal, que rato más divertido ;)

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    1. Jajajajajajaja, sí, Raspuclín se ve que es buen amante, jajajaja. Y tienes razón Pinhead y la Fune sólo pueden traer problemas en el hotel y no serán pocos... Muy pronto lo veremos ;-) Gracias por tus palabras.

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  3. ¡La Fune y Pinhead en el hotel! ¡Esto va a traer cola, seguro! Bueno, no voy a repetir el comentario de Dani, si hubiera un Oscar para las historias con fotos detalladas te lo llevabas seguro, ¡pero qué barbaridad! Eso es lo que hace que nos parezcan tan vivas, son tantas cosas que da gusto dedicarle un ratito a cada foto, todas son geniales, por ejemplo las del autobús, con la gente en la parada, o todo lo que hay en la panadería... y efectivamente ese mago parece alguien con una personalidad muy fuerte, ¿será verdad lo que le ha predicho a Gaby, o solo una forma de dejar de dar propina sin que este se mosquee? Parece que esto se pone pero que muy interesante, ¿en qué parará todo esto? ¿eh? Muchas gracias por refrescarnos el veranito.

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  4. Gracias por comentar. Me ha hecho mucha ilusión ver que la sigues. Aún queda mucho lío por delante y personajes nuevos muy curiosos que van a entrar en los siguientes capítulos en acción. Un abrazo

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  5. Por cierto, esa panadería es algo que conservo de cuando era pequeña. Y me ha hecho ilusión incluirla en esta historia.

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