martes, 16 de julio de 2013

Hotel HCL 3: Vacaciones de Duclack

  Guiaba la nave hacia Isla Tortuga pero una impetuosa tempestad se había cruzado en su camino y se cernía ahora sobre el velero de Duclack y sus piratas....


De repente un ser terrorífico negro y rojo de doce ojos y casi el doble de tentáculos se situó delante de ellos. El velero se dirigía inevitablemente al corazón de ese espeluznante mostruo marino, sin que ninguno de los esfuerzos de la capitana por rectificar su rumbo, causara el efecto deseado...


  Un estremecedor relámpago iluminó la oscura noche y con el ensordecedor sonido del trueno, Duclack despertó empapada en sudor.


Duclack: - ¡AHHHH!... Ufff... Era un mal sueño... Necesito unas vacaciones. Tantas aventuras acaban por agotar a una... Creo que voy a usar los tickets que me regaló Wen para ir al hotel de su abuelo en Clisandia unos días. Un poco de playa y tranquilidad me vendrá de perlas...

Y así lo hizo. Esa misma mañana Duclack alquiló un coche y condujo hasta la costa. El hotel estaba situado en un enclave ideal.

   
  Al bajar del coche, miró a su alrededor inspeccionando el lugar. Parecía respirarse una gran tranquilidad. Pensó que había estado acertada en tomar esa decicisón.


Bajó las pesadas maletas del coche con cuidado...


 Y se dirigió a la entrada del hotel, donde un empleado le ofreció amablemente su ayuda.


Gaby: - ¿Puedo ayudarla con las maletas, señorita?
Duclack: - ¡Oh, muy amable! Gracias...


Gaby: - Permítame... Usted delante, por favor...


Duclack cogió del coche otro bolso de mano y entró en el hotel decidida, seguida del empleado.


  La recepción del hotel era moderna y acogedora. Algunos turistas hojeaban unos folletos. Laia, la encargada de recibir a los huespedes, la saludó y le preguntó si tenía reserva hecha.


 Duclack enseñó la invitación vip que tenía. La recepcionista la revisó y comprobó la disponibilidad de habitaciones libres.


 Afortunadamente no hubo ningún problema. Laia se giró para coger la tarjeta de la habitación 102.


   Le recordó los horarios de desayunos y le deseo una feliz estancia en el hotel.


Gaby acompañó a Duclack hasta el ascensor y apretó el botón de la primera planta. Duclack observó el moderno elevador verde que permitía ver el exterior del hotel.



Un silencio algo incómodo fue interrumpido por la pirata con una frase típica de ascensor. 
Duclack: - Son preciosas las vistas desde aquí.
Gaby no era precisamente el empleado más hablador. Se limitó a sonreír asintiendo con la cabeza.


Llegaron a su destino y Gaby sacó las maletas. 



El pasillo era una balconada que formaba parte de la fachada principal del hotel.


Una limpiadora les dio los buenos días educadamente.


  Duclack introdujo la tarjeta en la ranura de la puerta y esperó el clack para empujarla. Mientras tanto Gaby dijo algo muy bajito a la limpiadora.
Gaby: - ¿Hoy a las dos? Yo también, te acerco como ayer si quieres.
Marta: - Sí, gracias.
  Marta sonrió. Vivía en la periferia. No tenía coche y tardaba casi tres cuartos de hora de autobus.  El hecho de que Gaby la acercara le suponía un ahorro de casi treinta minutos y el poder darle ella de comer a su pequeño.


Gaby pasó las maletas a la habitación y Duclack rebuscó en su bolso alguna moneda.


Encontró una en el fondo y se la dio al mozo, sonriendo al ver como la cara de este se iluminaba al verla.


Gaby se fue dando saltos de alegría. ¡Su primera propina!


La habitación era muy coqueta y amplia. Incluía un pequeño pero impecable baño. Duclack se extiró feliz. 
Duclack: - ¡Biennn! ¡Vacaciones!


Encendió la tele y se tumbó en la cama. No había comido pero estaba demasiado cansada como para bajar ahora al pueblo, por eso decidió quedarse a dormir y descansar esa tarde en el hotel, por la noche cenaría algo junto a la playa.

   
   A la mañana siguiente Duclack se despertó y se dio una refrescante ducha...

D
  
 Deshizo la maleta y buscó en ella algo para ponerse...


    Se echó un bronceador en spray para el sol...



   Y cuando ya estaba arreglada, sonaron unos toques en la puerta. Abrió y vio a un empleado con el uniforme del hotel, mucho más joven que el del día anterior y apuesto, que le comunicó que en recepción había un mensaje para ella.


   Duclack recogió el mensaje en recepción. Era de su amiga Sus. Esa misma mañana llegaría a Clisandia. Desde que habían nacido los pequeños, no había tenido ni un momento para ella misma y había decidido dárselo aprovechando que Diamante la había animado a ir con su amiga Duclack. Aunque no se iba muy tranquila de dejar a Diamante a cargo de todo, necesitaba pasar un día lejos y relajada. 


 Duclack se dirigió al comedor del hotel para tomar el desayuno. Solo encontró a un click con su pequeño que ya habían terminado...


Chelo, otra empleada del hotel, le indicó lo que había para desayunar y dónde podía coger las tazas y platos y después se puso a charlotear animadamente con ella, contándole los últimos cotilleos del corazón. Aunque a Duclack no le interesaba demasiado el tema, la escuchó con atención e incluso hizo algún comentario sobre alguna cosa de las que Chelo le contó.


Duclack desayunó una taza de leche con click-cao y cogió una manzana para después. Pensó dónde podían ir cuando llegara su amiga Sus. Tenía ganas de hacer alguna excursión por la zona y de tomar un poco de sol en la playa.

  
   Chelo se calló cuando vio aparecer en el comedor a Idalia. Era una clack bellísima y aparentemente muy simpática con clientes y compañeros. Pero era muy estricta con su trabajo. Se tomaba muy en serio su papel de secretaria de dirección. Solía pasear por la recepción del hotel. Siempre pendiente de todo, no dudaba en llamar la atención a los empleados que veía distraerse en sus horas de trabajo e incluso contárselo a su jefe, el gerente de personal. Chelo no se sentía muy cómoda con ella. Pese a poder ser su madre, Idalia no había dudado en recriminarla delante de más gente por estar dándole a la lengua mientras trabajaba.


Duclack se llevó la manzana para tomársela a media mañana. Idalia se cruzó con ella y se quedó mirando la manzana.  Gaby le dio los buenos días sonriente.


En la recepción Duclack se encontró con un grupo de la tercera edad reclutado por la animadora del hotel. Al parecer esa mañana tocaban ejercicios en el agua de la piscina y a la tarde el baile del pollito... Duclack los miró y se fue a dar una vuelta por la playa mientras hacía hora, para que su amiga llegara.


Continuará...

6 comentarios:

  1. ¡Fantástica continuación! Aquí ya vemos el hotel en pleno apogeo. Funciona a las mil maravillas y se ve taaaan bonitooo. Desde luego, Idalia tiene a los empleados bien rectos, no se le escapa ni una... incluso que Duclack se lleva una manzana (pensaba que le diría algo por llevársela). Está claro que Duclack se merece estos días de relax (los tickets que le regaló Wen le han venido estupendamente). Esa habitación se ve tan acogedora que me da una envidiaaaa. Menudas pesadillas que sufre Duclack... ese monstruo con tantos ojos da mucho miedo...es cierto, son muchas aventuras seguidas y merece unos días de relax. A ver que ocurre ahora cuando llegue Sus, ¿a dónde irán? ¡Que sigaaaa! Por cierto, me encanta Gaby, que acompaña a Marta a casa. Es un buen compañero. ;)

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  2. Gracias, Daniiii. Me alegra que te guste, jajajaja. Sí, el hotel ya está funcionando con completa normalidad. Y la primera clienta ha sido Duclack, jajaja. Lo van a pasar genial Sus y ella. Idalia no es mala pero demasiado recta. Y Gaby sí es un buen compañero. Un abrazo

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  3. El hotel es una maravilla, eso no se puede negar, para los que dicen que Playmobil no saca ya referencias como "las de antes" habría que pedirles que se dieran una vueltecita por esta historia, ¡es sencillamente perfecto! Ya he visto la parte de la inauguración, que se me había pasado por alto, es muy divertida y llena de detallitos. Esa, creo yo, es la palabra clave en tus historias: "detallitos", y ahí es donde está la diferencia, porque son lo que les da verdadera vida a todo, como el de la manzana por poner uno nada más.
    Duclack está claro que necesitaba ya unas buenas vacaciones, y sí, este hotel parece que reúne las condiciones, pero ¿saldrán así las cosas y tendrá relax, o veremos emociones y suspense cuando llegue Sus?
    Conociéndote me da a mí que más bien lo segundo, pero en fin, esperaremos acontecimientos...
    ¡Gracias por una historia veraniega tan estupenda!

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    1. Gracias, Vicente, por leerlo y comentar. Habrá muchas emociones y todo tipo de clientes pasarán por este hotel...

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  4. Qué pasada el hotel! Parece ser muy grande y bonito. Tengo ganas de que llegue Sus.

    Àlex.

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    1. Muchas gracias, Alex. Sí, es bastant grande y da bastante juego. A ver si te gusta la continuación. De momento Sus y Duclack no serán muy protagonistas, porque aparecerán nuevos personajes en acción que crearán situaciones muy divertidas. Ya verás.

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