martes, 1 de octubre de 2013

HCL 14 El final del verano (Último capítulo)

   Poco a poco los huéspedes alojados durante el verano fueron dejando el hotel esa última semana.
Cristina: - ¿Con tarjeta o en efectivo?
Genio Raspuclín: - Con tarjeta...
Idalia: - Vuelvan cuando quieran. Ha sido un placer tenerlos todos estos días...
Verdinga: - Gracias por todo...


   El genio y su ayudante abandonaron el hotel. Verdinga sintió una extraña sensación al rozar la mano de la secretaria de personal. Idalia sintió lo mismo. Las dos se miraron, sin entender muy bien qué significaba aquello.


Francesco: - Duclack, non deve finire qui. Per favore, vieni con me. La Toscana é il luogo ideale per perdersi...
Duclack: - Lo siento, Francesco. Pero mi lugar está aquí...


Duclack: - Siempre te recordaré, Francesco.
Francesco: - Brava ragazza...


Sandra: - ¡Adiós, doña Clayetana! Vuelvan pronto...
Giusseppe: - Gracias por todo, guapa...
Benita: - ¡Don Jaime! ¡Espere, por favor!
Don Jaime: - ¿Eh?...


Don Jaime: - ¿Qué pasa?
Benita: - Se lo ruego... Escúcheme... Tiene que darme una oportunidad... No puedo quedarme sin trabajo... Su secretaria me tiene manía... Pero necesito tanto ese puesto...
   Benita se echó a llorar. Sandra no daba crédito a lo que veía. Benita estaba suplicando a don Jaime por su puesto de trabajo. 
Benita: - Tengo a mis padres enfermos a mi cargo, tres hijos y una hipoteca que pagar...


Don Jaime: - Vamos, muchacha, no llores más. Pásate por mi despacho esta tarde sobre las cinco que voy a estar yo solo y hablamos.
Benita: - ¡Gracias! ¡Don Jaime!


   Esa misma tarde Dhara tendía las toallas del hotel cuando Idalia la llamó.


Idalia: - Dhara, tengo que hablar contigo. Ha habido un malentendido. Tienes que dejar tu puesto de trabajo a finales de esta semana... Lo siento. Sé de tu valía y te aseguro que he intentado por todos los medios que no fuera así... Pero son órdenes de arriba.
   A Dhara le cayó como un jarro de agua fría la noticia. Se quedó paralizada. Ya no escuchaba las risas de las rusas despidiéndose de Chango, que intentaba chapurrear en inglés.


   Esa tarde Marta, Chelo y Melibea hacían la limpieza del comedor cuando Clingo apareció con un ramo de rosas en la mano.
Clingo: - ¡Marta!


Marta: - ¡Clingo!
Clingo: - Marta, yo... quiero pedirte perdón. He dejado el grupo. Y Mirelli no volverá a molestarte. Le he dado su merecido a ese cerdo... Marta, yo sólo quiero estar a tu lado. La fama no la quiero si no estoy a tu lado... Y ahora... Ejem... Esto lo tengo que hacer bien...

   
   Clingo se arrodilló frente a Marta. Chelo y Melibea no se lo creían. Estaban más emocionadas y expectantes si cabía que la propia Marta.
Clingo: - ¿Marta Villalba, quieres ser mi esposa?
Chelo: - ¡Vamos, muchacha! ¡No te quedes callada! ¡Contestaaaaa!


Marta: - Yo... ¡Sí, quierooooo! ¡Quiero ser tu esposaaaa, Clingo!... ¡Te quiero!
Chelo: - ¡VIVA LOS NOVIOS!
Melibea: - ¡Vivaaaaaaaa! 
        ... Entonces los dos sellaron su amor como en los cuentos con un apasionado beso entre el júbilo de sus espectadoras.


   A la mañana siguiente Marta no parecía la misma. No podía borrar de su rostro una sonrisa de absoluta felicidad. Incluso canturreaba mientras hacía la limpieza de los cuartos junto a Chelo y Dhara
Chelo: - ¡Marta, hoy estás especialmente guapa! ¡Ainsss, qué bien sienta el amor! Cuéntame: ¿Para cuándo será la boda? ¿Le has dicho ya a Idalia que no irás a Wensuland?
Marta: - No, aún no...
Chelo: - Tienes que decírselo cuanto antes... Yo voy a lamentar mucho que dejes el trabajo. No será lo mismo... un nuevo lugar y sin ti... Pero entiendo que es lo natural. Él tiene el dinero suficiente, para que no tengas que volver a trabajar en esto y podréis vivir los dos en su mansión.. Ojalá encontrara yo a un maromo que me jubilara... Pero tengo que conformarme con mi Resti, ¡Ainsss Resti! jejejeje...


Marta: - La verdad es que no me atrae demasiado la idea de dejar de trabajar y pasar a depender totalmente de él... ¿Y si no funciona?... Tampoco quiero que él deje su carrera por mí...
Chelo: - ¡Tonterías, niña! Seguro que tienes hasta servicio en esa casa enorme que tiene en Beverly Click... ¿Verdad, Dhara, que una oportunidad así sólo se tiene una vez en la vida?
Dhara: - ¿Ehh? Sí...
Chelo: - ¿Y a ti niña, qué te pasa? Andas mustia y pensativa todo el día...


Dhara: - Me cesan a finales de esta semana...
Chelo: - ¿A ti también? ¿Pero no te quedabas?
Dhara: - Benita fue a llorarle a don Jaime. Sandra la vio hablar con él. No sé que le habrá dicho o qué habrá hecho. Estuvo por la tarde en su despacho. El caso es que ahora es ella la que se queda en el hotel para la temporada baja y a mí me echan a la calle...
Marta: - ¡Será...! A esa clack no la soporto. Ella y Macarena siempre están intrigando y cuando se enteraron de mi boda con Clingo, no fueron capaces más que de soltarme que estaría contenta, que ya había conseguido lo que quería, atraparlo...
Chelo: - A esas dos muchachas les pierde la boca... El jueves será la cena de despedida de todos los empleados. ¿Vendrás, Dhara?
Dhara: - No suelo salir de noche...
Marta: - ¡Por favor, Dharaaaaa! Si hasta iré yo aunque aún no sé que haré con Miguelito... Chelo me ha convencido.
Chelo: - Lo pasaremos bien. Y al fin y al cabo quién sabe si alguna vez nos volveremos a reunir todos...
Dhara: - Lo pensaré...
Chelo: - No aceptaremos un no, Dhara.


   Las despedidas continuaban en el hotel. A Francesco lo esperaba la furgoneta del hotel que lo llevaría al aeropuerto. Duclack salió a la puerta a despedirle.
Duclack: - ¡Francesco!
Francesco: - Duclack, ti porterò per sempre nel mio cuore.


   Francesco se despidió de la pirata con un apasionado beso que dejó boquiabiertos a todos los empleados.


Duclack: -Buon viaggio...


Duclack: - ¡Ciao!

   Duclack vio a la furgoneta del hotel alejarse hasta desaparecer.  Con ella se iban también muchos momentos y una etapa se cerraba para abrir otra en adelante. El corazón de la pirata estaba preparado de nuevo para el amor.


   Dhara se había refugiado en el cuartillo de las escobas para poder llorar, sin que nadie la molestase. Su vida no había sido fácil desde que llegó a Clisandia. Había sido educada en una familia muy humilde de inmigrantes. Haber encontrado ese trabajo había supuesto una gran oportunidad para ayudar en casa. Su sueño era convertirse en una estrella de Bollywood. Protagonizar una de esas películas, que tanto le gustaban y que le permitían soñar y evadirse de la triste realidad. Pero su sino era trabajar en trabajos como aquel y ahora... ¿Cómo le diría a su familia que a partir del mes que viene contarían con un sueldo menos en casa?


   De repente se abrió la puerta. Una amiga suya desde la infancia y su confidente descubrió su escondite en el cuarto de las escobas y vino a interrumpir su paz.
Shalmay: - ¡Dhara! ¡Te han cogido para el casting de "Sueña conmigo" ¡Tienes que ir ya a hacer la prueba!


   Dhara se vio de repente en medio de un plató de televisión. Era modesto pero le parecía precioso. Todos eran muy amables con ella y la apresuraban para empezar la prueba. 
Cámara: - ¿Eres la número sesenta y tres? ¡Corre! ¡Te estábamos esperando! Mira a la cámara y presentáte.


Dhara: - Hola... Me llamo Dhara. Tengo 23 años y me gusta bailar...


   Dos ayudantes aparecieron y se pusieron a peinar los cabellos de Dhara.
Ayudante 1: - Hay que prepararte...
Ayudante 2: - Tienes un cabello precioso, trenzado quedará maravilloso para representar a la princesa...


   Dhara se miró al espejo.
Ayudante 1: - ¡Estás guapísima!
Ayudante 2: - Pero ese traje...


Ayudante 3: - ¡Vosotros no miréis!


Ayudante 4: - ¡Rápido, rápido!


Dhara: - ¡Auhh!


Ayudante 3: - ¡Ya está lista!


Director: - ¡A bailar!


   Dhara se puso a mover las caderas con gracia y a cantar.


   Atraía con su baile a la cámara. Había nacido para eso.

   
   Su pareja protagonista, el guapísimo Hasid, al que tantas veces había visto en la tele, llegó en brazos de unos muchachos que formaban parte también de esa singular coreografía.


   De repente las chicas la empujaron para atrás...


    Hasid y ella fueron separados en ese baile.


   Dhara era rodeada por un grupo de bailarinas, que danzaban en círculo extendiendo hacia ella unos pañuelos blancos.


  Parecían haber estudiado perfectamente cada movimiento de aquella alegre y colorida coreografía.


   Dhara bailaba alegremente la pegadiza música que sonaba...


El estribilllo de la canción decía algo así como: Dholna Kadeh Mere Nal Hass

   
Las bailarinas no dejaban de danzar...


  Dholna Kadeh Mere Nal Hass...


   Sus movimientos eran muy rápidos. Todas dispusieron sus pañuelos al frente.


   La joven fue pasando de mano en mano en volandas.


   Dhara no sólo era la protagonista. Se sentía una princesa de verdad por un día.


  Un grupo de bailarinas con abanicos de plumas azules trajeron de nuevo a Hasid frente a la princesa.


   Ambos se pusieron a bailar. Uno al lado de otro...


   Las plumas de ambos bandos se unieron  a la vez que lo hacían las manos de Dhara y Hasid.


   Una explosión de júbilo estalló con el abrazo de los dos amantes ahora de nuevo unidos.


   Hasid acercó sus labios hasta los de Dhara...

Y...

   Dhara no dejaba de repetir el nombre del apuesto actor de cine que la tenía encandilada.
Dhara: - Hasid... Hasid...


  De repente abrió los ojos. Se encontraba en el cuarto de las escobas aún. No había ido nunca a ese casting ni balilado jamás con su ídolo. Todo había sido un sueño.



   Su realidad seguía siendo estar rodeada de escobas y trapos y ahora tendría que buscar de nuevo otro trabajo como ese.


Chelo: -¡Dhara! ¡Idalia te está buscando por todas partes! Has dejado el cubo del agua sucia en el pasillo y un cliente ha tropezado. Estaba furiosa...
Dhara: - Ya voy para allá a limpiarlo...


Dhara: - ¡Algún día conseguiré mi sueño! ¡Sí! ¡Quiero ser una estrella de Bollywood!


   Aquel día era el último también del grupo U-CLICK en el hotel. Bajaron temprano con sus maletas. El avión salía a mediodía.


Mc Clarney: - ¡Clingo! ¡Te echaremos de menos, amigo! 
Roy: - ¿Estás seguro de lo que haces?
Clingo: - Sí, nunca os olvidaré amigos. Pero es hora de volar solo...
Mc Clarney: - Entonces suerte... 
Roy: - Sí, suerte, rubiales y mis mejores deseos para los dos. Te llevas a un buen chaval, chica.
Mc Clarney: - Pero estás ciego, Roy. Él tampoco se lleva a una mala clack... Me parece que en los próximos meses no nos va a echar mucho de menos. Va a estar muy ocupado...
    Mc Clarney le guiñó un ojo y Roy golpeó cariñosamente a Clingo y Clingo le devolvió el golpe. Era su saludo amistoso.


   Mirelli bajó el último de la habitación. Echó una mirada de asco a Clingo y Marta, que estaban allí acaramelados, y volvió la cabeza. Iba muy acelerado y no vio a los niños de los Cleredia, que correteaban jugando por la recepción.


   Uno de los clickitos se chocó sin querer con el manager e hizo que se le cayerá el maletín que llevaba. Cientos de billetes de quinientos cleuros volaron por la recepción. Clingo no podía creer lo que veía.


Clingo: - ¡Es el dinero que nos iban a pagar por nuestro trabajo!
   Mc Clarney y Roy miraron sorprendidos también. El manager se apresuraba por coger todos los billetes y se abrazaba al maletín.
Mc Clarney: - ¿Pero no decías que no nos habían pagado?
Clingo: - ¡Nos ha estado robando! ¡Os lo dije!

Mirelli: - ¡No! ¡Es mi dinero! ¡Sólo mío! ¡Malditos críos! ¡Cómo odio a los niños! Por vuestra culpa me quedaré sin mi dinero. Yo soy quién realmente lo merecía... Vosotros tres sólo sois unas marionetas...
Roy: - ¡Llamemos a la policía!


   Los Cleredia ayudaron a acorralar al manager y sujetarlo hasta que la policía llegase.


Agente Smith: - Muy bien, Ramiro Mirelli. Parece que en ese maletín hay papeles que te implican en una trama de blanqueo de dinero. Además de robo y estafa al grupo. Este pájaro tendrá un juicio rápido y pasará una buena temporada en la sombra.


Clingo: - En nombre de mis compañeros y mío propio, tomad, que menos que daos parte de este dinero en agradecimiento por vuestra ayuda, pequeños...
Chiscla: - Graziaz. Ez uzté un zol...


   Esa misma tarde los Cleredia abandonaron el hotel. Ya había sido el casamiento del pariente y habían disfrutado de unos días en el hotel.

Papa Manuel: - Gracias por todo, zeñorita. Ze ha portao uzté mu bien con nozotros. Y que zepa que uzté y tos loz empleaos de ezte hotel qu´eztan invitaos a la boda de mi hijo menor Frasquito dentro de trez mezes. Ya les mandaré invitasión y recuerden qu´a un gitano no ze le dice que no. No pueden hasernos el feo de no ir...
Idalia: - Upps.. gracias, jejeje...


Antonio: - ¡Adióz, guapetona!
Frasquito: - ¡Antoniooooo! ¡Qué tienez mucho peligro!
Antonio: - Va a venir a tu boda... Disen que de una boda zale otra. ¿Querrá zer mi pareja, zeñorita?
Idalia: - Yo... ainsss.. Ya veremos...
Antonio: - Ezo no ez un no. ¡Oléee!
Papa Manuel: - Don Hilario...
Hilario: - ¡Adiós, don Manuel! Cuídese y cuide de toda su tropa...
Chiscla y niños: - ¡Adiósssss!

   Ese día las puertas del hotel cerraban una etapa. La temporada de verano había finalizado.


   Pero los empleados aún no se habían despedido. El broche final sería esa cena informal todos juntos. Habían quedado a eso de las nueve en la terraza de un bar, que no quedaba muy lejos del hotel. Leo y Dhara fueron los primeros en llegar.
Leo: - ¡Va-va-va-yaaa! Pa-pa-pa-rece que so-somos los pri-meme-ros!
Dhara: - Sí... (Uy, ¡qué nerviosa me pone este click con el tartamudeo. Yo creo que lo hace aposta cuando está conmigo, porque otras veces lo he escuchado hablar de un tirón... Y encima llegamos los dos los primeros. Debí entretenerme más arreglándome... ¿Y ahora de qué hablo con él? Mejor estoy callada? ¿O digo algo demasiado obvio y trivial?) ¡Qué buena tarde ha quedado!... (Ufffff...)


   La segunda en llegar fue Chelo con su nieto Jorge. Loli tenía turno de tarde esa tarde y  su marido estaba fuera por trabajo, por eso no le había quedado más remedio que haberse echo cargo ella del niño y llevarlo a la cena.

   
   Sandra vio a Chelo a lo lejos y levantó la voz para llamarla.
Sandra: - ¡Chelo!


   Leo y Dhara las vieron también y enseguida se acercaron.


   No había pasado ni un instante cuando llegaron Ceci, Laia y Cris juntas.


Laia: - ¡Holaaaa! Aún faltan por llegar...
Chelo: - Mi Loli tenía turno de tarde. Dijo que vendría más tarde con Melibea. Y creo que Hilario y Chango también salían a las diez.
Ceci: - ¿Qué tal si vamos cogiendo una mesa y nos sentamos?


Dhara: -Esta mesa está libre.
Mario: -¿Qué tal, chicos?
Chelo: - ¡Mario, ya estás aquí!


Dhara: - Leo, pregunta si se van los de esa mesa.
Leo: - ¿Os váis ya?
Lucy: - Sí, ya nos vamos.
Sandra: - Estupendo, ¡ya tenemos otra mesa!


Mario: - Esperad, vamos a juntarlas...
Ceci: - Pero tiene guarrería encima.
Laia: - Ya se está llevando el camarero las cosas. Ha dicho que ahora nos las limpia...


Camarero: - Pues sí que tienen prisa...


Cristina: - ¿Dónde pongo esta?
Mario: - ¡Ahí va otra silla!
Jorge: - Abu, yo a tu lado...


Chelo: - ¡Dhara! Ves como has hecho bien al final en venir... Y Benita y Macarena al final no vienen...
No se atreven a dar la cara después de la jugarreta que te han hecho... No quieren cuentas con nadie...
Camarero: - Me permite señorita... Un momento que limpie bien...


Chelo: - Ya viene por ahí Marta... ¡Uy, pero si viene con Miguelín!


Camarero: -¿Ya han pensado lo que quieren? Voy tomando nota...
Cristina: - Aún faltan por venir cuatro personas más al menos...
Ceci: - Sí...
Camarero: - ¿Entonces esperamos?
Laia: - Yo creo que podemos ir ya pidiendo de beber por lo menos...
Chelo:  Sí, vamos a ir pidiendo...


Irene: - ¡Hola, chicos! ¡Ay, siento llegar tarde! ¡Pero es que siempre me pasa igual! Cuando me he dado cuenta y he empezado a arreglarme ya se me había echado la hora encima...
Sandra: - No te preocupes. Hoy no eres la última en llegar...
Mario: - Y mira qué eso es raro... (A Cristina) Siempre llega tarde esta chica...


Camarero: - ¿Falta algo por aquí?
Irene: - Una cervecita, por favor...


Irene: - ¿Y a Idalia no le han dicho nada?
Chelo: - Sí... Se lo dijo Hilario, que se viniera, y creo que las chicas también se lo han dicho Laia y Ceci. Pero no ha querido venir. Ya sabes lo rara qué es...
Irene: - Y para que nos hubiera amargado la noche mejor estamos sin ella...
Mario: - No seas mala, Irene. Si yo creo que en el fondo no es tan mala la clack... Es... particular...
Todos: - Jajajajajaja
Mario: - También es bien guapa... A mí me parece una clack muy sexy con su carácter y todo...
Sandra: -Será lo único bueno que tenga el ser guapa.
Cristina: - Y yo no la veo tan guapa, la verdad...
Laia: - ¿Qué dices, Mario? ¿Idalia guapa? Si está tísica...
Ceci: - No debe comer nada para tener esa figura...
Chelo: - Con lo bonito que hacen las buenas curvas de una clack bien hecha... Lo suyo es antinatural.


Loli: - ¡Holaaaa! ¿Llegamos a tiempo aún de cenar?
Sandra: - No os ha dado tiempo ni a cambiaros.
Melibea: - ¡Qué va! Si venimos derechos del hotel. Y menos mal que José Luis ha dicho que cerraba él las puertas. Y nos hemos podido escapar un pelín antes de las diez


Hilario: - ¿Pedimos otra ración de gambas o mejillones?
Irene: - Los mejillones están de muerte...
Ceci: - ¡Uy, se ha despertado con las voces!
Marta: - No pasa nada... Le gusta mucho que lo cojan en brazos...


Loli: - ¡Qué guapo es! ¿Le das el pecho aún?
Marta: - No... Si no me sería imposible trabajar...


Hilario: - ¡Chelooooo! ¡Qué te has puesto muy lejos de mí, zarzamora mía!
Dhara: - ¡Uy, este hombre se ha pasado de copas!
Marta: - Sí, parece que ya va contentillo...
Hilario: - ¿Habéis oído alguna vez la copla de la zarzamora? En el 76 vi a Carmen Clickores actuar con su tía que era también artista y ella no era casi conocida. Era una cría. ¡Qué arte tiene esa clack! Vosotros cómo sois jóvenes no entendéis de música. Ahora sólo os gusta el chum-chum-chum... Pero Chelo, que es de mi quinta sí que me entiende. ¿Verdad, preciosidad?


Irene: - ¡Cántese algo, Hilario!
Mario: - ¡Venga, que nosotros le tocamos las palmas!
Hilario: - Y eztamoz tan agustiiiiiiiitooooooooo...


Hilario: - ¡Trae para acá! ¡Voy a darle un beso a mi Chelo! ¡Qué la estoy viendo desde allí y me pone unas caritas que no me puedo resistir!
Chelo: - ¡Uy, don Hilario, a mí déjeme tranquila!
Hilario: - ¡Oye, qué es con muuuuuucho respetooo!


Hilario: - ... Que yo sé que tú eres una clack casada... y además para que veas que no hay malicia, voy a pedir permiso a tu hija, por si se siente ofendida, porque un click bese a su madre... ¿Me da su permiso?
Loli: - Anda, don Hilario, deje a mi madre tranquila... y si tiene que dar permiso de algo es ella mísma, que ya es grandecita...


Leo: - Dha-dha-ra... Es-s-s-tás gu-gu-guguuu-apísimaaaaaaa...
Dhara: - Gracias... 


   Hilario siguió dándole la brasa  a Chelo. Era un click viudo y parecía muy interesado en encontrar esposa. Pese a saber que Chelo era una clack casada, sentía una fuerte atracción por su fuerte personalidad y la veía una clack de su casa del tipo que a él le gustaban. El alcohol había hecho que se desatara  y perdiera toda la vergüenza. Todos estaban pendientes de él y bromeaban sobre los dos.

   
   Después de cenar pidieron copas y café algunos. Mario se sentó al lado de su amiga Irene. Ella era toda una experta en cócteles y bebidas. Le encantaba salir de fiesta. Sandra también se levantó de su sitio para hablar con Ceci y Laia. Y Leo aunque tartamudeando no dejó de hablar ni de mirar a su compañera Dhara. Todos estaban muy animados compartiendo opiniones y contando anécdotas del hotel y de su vida.


   Terminaron pidiendo una botella de champagne para brindar todos juntos por la nueva etapa de sus vidas que se abría a partir de ahora.
Hilario: - ¡Por todos nosotros! ¡Suerte para los que se quedan en el hotel y para los que se van!


   Llegó el momento de pagar y todos echaron mano de sus carteras. Irene que era muy dispuesta se puso en pie para pedir a todos el dinero. Laia y Ceci ajustaron a cuanto tocaban cada uno.


   Los billetes y las monedas pasaban por la mesa y de mano en mano hasta dejar justo el dinero que era.
Chelo: - ¿Alquien tiene cambio de cincuenta?
Mario: - Yo tengo veinte.
Marta: - Yo lo tengo justo los diez.
Ceci: - Trae, que aquí hay cambio...


   El camarero echó una mirada al dinero cuando vio que empezaban a levantarse. Parecía todo correcto a simple vista. También le habían dejado una propina.
Camarero: - Gracias por todo.


Hilario: - ¿Y ahora qué? ¿Nos vamos a otro sitio?
Laia: - Eso están diciendo de ir a tomar una última copa a algún lado. ¿Te apuntas?
Chelo: - Marta, ¿te vas ya para casa? 
Marta: - Sí, este ya ha aguantado bastante por hoy.
Chelo: - Se ha portado muy bien. Es un angelito. Pues te acercamos si quieres, que tiene mi Loli el coche ahí.
Marta: - ¡Uy! ¿Pero voy con el carrito y todo?
Chelo: - No te preocupes, que el maletero es amplio. Jorgito se ha quedado también dormido y no sabe Loli ni cómo levantarse para no despertarlo...


Marta: - Gracias, Loli. Ahora ya no hay autobuses y habría tenido que pedir un taxi.
Loli: - De nada, mujer... A mí no me cuesta nada dejaros en la puerta.
Hilario: - ¡Vámonos ya!
Cristina: - Yo conozco un sitio que está muy bien, El Clickote. 
Sandra: - ¡Pues vamos allí!
  Dhara quería marcharse ya y Leo estaba dispuesto a acompañarla. Pero en el último momento los convencieron para ir también a otro lugar. Un día era un día.


Mario: - ¡Ay, mi rubia!
Irene: - ¡Mi Marioooo!
Chango: - ¡Vamos, chicos! ¡A mover el esqueleto! ¡Ehh! ¡Y no me la sobes tanto, que también es mi rubia!
Irene: - Jajajajajajaja


   El camareró terminó de recoger todas las mesas y apilar las sillas en cuanto el grupo de amigos se alejó. Estaba deseando de cerrar e irse a casa.


  En El Clickote los más resistentes bebieron y disfrutaron de la música muy animados. De repente una música familiar para Dhara sonó. Ella no lo sabía pero Leo había pedido que pincharan esa canción. El rostro de la joven hindú se iluminó. Dhara se atrevió a subir al escenario y animó a sus compañeros a  que la siguieran.


   Mario y las chicas Ceci y Laia fueron los más atrevidos. No dudaron en subirse también y seguir los pasos de Dhara. También hubo algún espontáneo del bar que se subió y movió las caderas al ritmo de Dholna Kadeh Mere Nal Hass.


   Esa noche cerraban una etapa de su vidas. El hotel había supuesto más allá de una gran oportunidad laboral, había sido el comienzo de buenas amistades, algunas de las cuales perdudarían para siempre y a partir de ahora una nueva vida y miles de aventuras les esperaban a todos ellos.


5 comentarios:

  1. Guau! Al final Cingl deja el grupo, y, Mirelli... Ladrón... Pobre Duclack... Y Dhara, ke decepcion de sueño... Bueno, yo tengo un blog: Playmobils de Hábù, visitadlo!

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  2. Gracias por leerlo y comentar. Ya le he estado echando un vistazo a tu blog. Parece que compartimos nuestra pasión por los clicks. Me han resultado interesantes las explicaciones de cosas de los clicks, como las chanclas o los tipos de clacks, etc y divertidas tus historias.

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    1. Muchísimas gracias, me estoy iniciando en esto y es importante para mí que la gente lo lea y comprenda. Ahora me centro más en las historias. Estoy publicando historias sobre Lara Click. Me guío mucho por ti y Wensus y me servís de gran ayuda y vuestras historias me alegran el día. Con el blog también tengo algo que hacer, en fin, las fotos, los comentarios, etc. te mantienen entretenido. Abrazos! 😊

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  3. ¡Bravoooo! Un final perfecto para esta historia que durante meses me a tenido enganchado y en vilo. La despedida de Francesco, muy especial. Es que su aparición ha sido... como una cura para Duclack. Con su ayuda, empieza una nueva etapa para la pirata. Ahora estoy seguro que comenzarán muchas nuevas aventuras y que los fantasmas del pasado y las malas experiencias desaparecerán definitivamente. Es una clack maravillosa y merece ser feliz.

    Don Jaime es muy bueno y Benita muy manipuladora... no esperaba que despidiera a Dhara...me da mucha pena. El sueño ha sido una pasada, ¡parecía que las fotos se movían solas! Que fotos más bonitas, coloridas y vivas. Es la magia que solo tú sabes hacer. Que sueño más bonito... aunque la pobre, al despertar se a encontrado con la dura realidad... menos mal que Idalia no la pilló dormida, eso habría sido todavía peor.
    Genial las fotos de transición del sueño a la realidad :-o

    ¡Se casan! ¡Clingo y Marta se casaan! Aunque Marta duda si seguir trabajando... ya veremos si al final decide ir a Wensuland. Lo que está claro es que hacen una buena pareja. Su manager ha sido pilladom ¡toma yaaa! A la cárcel, es dónde tiene que estar. Les robaba y encima va y dice que es él quien se lo merece, ¡será avaricioso! Clingo ha sido muy bueno con los Cleredia y les a obsequiado con dinero por su ayuda. A ver cómo lo hacen para no asistir a esa boda sin quedar mal jajajajaja.

    La despedida ha sido muy especial. Que real, es que ocurre exactamente de esa forma. Las típicas conversaciones, las tapas, que si te llevo en coche, critiqueo, para pagar... has plasmado todos los detalles. Que risa con Hilario, tan serio que es y con unas copas de más es el alma de la fiesta. Cantando el agustito y queriéndole dar un beso jajajajajaja. Buena contestación la de Loli.

    Por último, de fiesta en El Clickote jajajajaja. Dhara no se lo a pensado dos veces y bailando su canción preferida a contagiado a todos con su baile y alegría. Al final, salir le a venido bien para distraerse y no deprimirse por lo del despido. Se nota a leguas que Leo está loquito por ella, pero no se da cuenta.
    Que risas con el tipo borracho ese de las barbas bailando con ellos jajajajaja. Doy fe de que esta gente existe jajaja.

    Ver marcharse a todos los huéspedes ha sido emocionante. Esto es un trampolín para todos ellos. Seguro que los veremos por otras historias.

    Inma, El hotel ha sido todo un fenómeno. Has conseguido crear algo fantástico, inolvidable. Se marcha con el calor y el buen tiempo pero espero que el año que viene vuelva con otras historias tan divertidas como estas. Gracias por hacerme tan feliz.

    Un besazoooo

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    1. Daniiiiiiii, ¡qué decirte! Si tú has ido viendo día a día cómo se hacía esta historia y la ilusión que he puesto. Me alegra que te haya gustado. Te has fijado en todos los detallitos. Muchas gracias por tus palabras. Me llenan un montón y sin ti, pues no sería lo mismo esto. Un beso muy grande

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