viernes, 10 de abril de 2015

El gimnasio (3ª y última parte)

El gimnasio de moda en la ciudad decidió organizar para el domingo siguiente una jornada especial al aire libre con las bicicletas. Al terminar el día algunos de los monitores comentaban los últimos detalles sobre ese día. Diamante y Wen salieron justo en ese momento y los encontraron en la puerta del gimnasio. 
Fabiola: -¿Y vosotros qué? ¿Os habéis apuntado al día en bicicleta? - tanteó Fabiola a Wen con su pregunta.
 Chino Juan: - ¡Diamante, cuento contigo!
Wen: Yo... no sé...
Fabiola: - ¡Vamos! ¡Animaos! ¡Lo pasaremos bien!
Ray: - No todo el mundo tiene la suficiente resistencia como para aguantar un día en bicicleta...
Diamante: - Hmm... Pensándolo bien. Me apetece mucho ir. Bici y naturaleza...
Marcos: - Ofreceremos además algún tentempié para la mañana y habrá premios y regalos para los participantes... Incluso podéis traer a algún familiar.
¡Nosotros también nos apuntamos! - se oyó una voz desde el vestíbulo del gimnasio de los nuevos amigos de Diamante, Pericón y Juanón.
Wen: - Está bien... Yo también iré. Avisaré a Willy. Le encanta salir con bicicleta.
Fabiola: - ¡Estupendo! ¡Será un día para recordar!
Fabiola: - Wen, ¿ya te vas para casa? Esta noche estoy sola. Si te apetece, podrías venir a cenar y vemos una peli juntos...
Wen: - Yo... Lo siento pero tengo ya planes para esta noche. Voy a cenar a casa de mis padres.
Fabiola: - Bueno... otra vez será...
Mientras tanto en los vestuarios Sabrina acababa de asearse cuando llamó su atención un sobre que asomaba bajo su mochila. 
 Se acercó y lo recogió curiosa y sorprendida al leer su nombre. Antes de abrirlo, miró a ambos lados para asegurarse de que estaba sola en el vestuario.
"Conozco tu secreto. Sé lo que hiciste en las duchas. Te espero pasado mañana a las 20:00 horas en el café de la plaza de San Clickotín. No faltes si quieres que nuestro secreto no se haga público."
  Sabrina se quedó paralizada por completo, le temblaron las piernas y tuvo que dejarse caer en el banco. Un escalofrío se apoderó de ella, le vino la imagen de John a su cabeza y sintió miedo, un terrible miedo a perder al único click que la había amado de verdad. En ese momento se dio cuenta de cuanto lo quería y del terrible error que había cometido.
 Sabrina: - ¡NOOOOOOOOOOOO! ¡No nos van a separar! ¡De John no!
 Por fin llegó el domingo y con él el día en bici. Las expectativas de participación que los organizadores se había creado se superaron con creces. Más de cien clicks con sus bicicletas acudieron al evento. Ximena y Valeria estaban allí también. 
Valeria: - Te he echado un zumo por si tienes sed a mitad del camino. Ten mucho cuidado, cariño.Tú a tu ritmo.
Ximena: - ¡Qué sí! No te preocupes más. El señor Agripino es un gran deportista y cuidará de mi.

Diamante:- Llegó el gran día...
Fabiola: - Wen, tú sígueme a mí para no perderte.
Willy: - Está como un tren esta clack y mi primo parece ciego.. Ni la mira...

  El chino Juan había montado un puesto con avituallamiento para los ciclistas.
Chino Juan: - ¡Balato! ¡Balato!

   Subido en un tronco de árbol, uno de los monitores, Marcos el guaperas, llamó a todos a sus puestos y les explicó la ruta que iban a seguir.
Marcos: - ¡Atención todos!...

   Todo el grupo comenzó a pedalear siguiendo a los tres monitores Marcos, Ray y Fabiola.
Diamante: - ¡Vamos Willy, campeón!
Fabiola: - ¡Weeeen!
Wen: - Willy, tú conmigo. No me dejes solo.
Willy: - Esto no te saldrá barato, primo. Yo te cubro las espaldas de esa clack pero quiero algo a cambio.
Wen: - ¡Serás aprovechado! ¿Qué quieres?
Willy: - Quiero que me compres el nuevo videojuego de Cutreman.
Diamante: - Hoy no te libras de la humillación, Ray...

Sabrina: - ¡Ánimo, John!
  Juanón y Pericón empezaron también a pedalear aunque no podían seguir el ritmo de los otros ciclistas.
Sergio: - ¡Dadle fuerte!
Ray salió disparado el primero riéndose de todos. Estaba dispuesto a hacerse el circuito y dar la vuelta en menos tiempo que nadie.
El camino estaba resultando un regalo para todos los sentidos con esos preciosos paisajes naturales.
John, en una excelente forma física, era uno de los más adelantados del pelotón.
Algunos padres habían ido acompañados de sus hijos, dispuestos a pasar un buen día en familia.
Fabiola de vez en cuando se paraba para esperar a Wen. Pero este parecía ir lento con la idea de despistarla.
Fabiola: - ¡Vamos, Wen! Te estaba esperando.
Diamante se bajó de la bici, apartándose del grupo y retrocedió un poco en el camino recorrido. 
   Se ocultó entre unos matorrales con la bici.
  Wen le hizo un gesto cómplice. Diamante le había comentado parte de sus planes. Y le pidió que continuará, para que Fabiola siguiera y no lo echaran de menos.
Oculto entre las rocas Diamante veía a todos los ciclistas pasar. 
 Ximena se paró en mitad del camino y Diamante temió que echara a perder sus planes.
Diamante: - ¡No! ¿Y ahora por qué se para esta? ¡Continúa!
Ximena: - ¡Oh! ¿Le gusta esa flor, señor Agripino? ¡Sí, es de tu color!
La joven wensulana cogió una flor y siguió su camino. Por fin aparecieron en el camino Juanón y Pericón.
   Diamante los llamó desde su escondite.
Diamante: - ¡Pssss! ¡Pericón! ¡Juanón! ¡Estoy aquí!
  Entre los tres en un momento cambiaron las señales del circuito.

  Después esperaron agazapagos en su escondite. Sabían que Ray iba el primero y sería el siguiente en pasar. Solo tuvieron que esperar escondidos.
 Desde allí vieron como Ray se precipitaba al barranco.
Ray: - ¡AHHHHHHHHHHHHHHH!

Juanón: - ¿No nos habremos pasado? ¿Está muerto?
Pericón: - ¡Qué dices! ¡Solo está inconsciente del golpe!
Diamante: - Pues a mí no me da ninguna pena. Acordaos de todos lo que nos ha hecho sudar...
Juanón: - ¡¡Shhhh! Silencio! ¡Parece que vuelve en sí!
Diamante: - ¡Será mejor que desaparezcamos!

Ray: - ¡Ay! ¡Ayyy! ¡Menuda culá me he dado!
   Cuando finalizó la mañana y echaron en falta a Ray, los otros monitores lo buscaron por todo el bosque. John escuchó sus gritos pidiendo ayuda pronto entre unos cuantos lo ayudaron a salir del barranco en el que había caído. 
Diamante, Juanón y Pericón lo habían conseguido. Ray tenía unos lagos meses de baja por delante. Se habían liberado de la tiranía del plan para gordos para una buena temporada.
  Al día siguiente Sabrina llegó al lugar y a la hora que le habían citado. Se había puesto unas enormes gafas de sol oscuras, para no ser reconocida, y no dejaba de mirar atrás para asegurarse de que nadie conocido lo veía
   Pasó deprisa junto a un grupo uniformado con la misma chaquetita azul.
Sabrina: - ¡Maldición! ¡Nino y sus peluqueras!
   Una de las peluqueras había sido madre y los ojos de todos sus compañeros estaban fijos en las monadas de la criaturita. Sabrina pudo pasar sin ser vista.
Nino: - No puede negar que es hija tuya, nena. Es una fotocopia tuya en miniatura.
   Entonces Sabrina lo vio allí. El misterioso autor de la nota no era otro que el maltrecho Ray.
   Sabrina se acercó...
Ray: - Te esperaba.
Sabrina: - Así que eras tú...
Ray: - Siento no poder recibirte en mejores condiciones...
Sabrina: - Pues no me das pena ninguna. Te lo merecías. Menos mal que hay un karma que todo lo devuelve.
Ray: - Sabrina, no has escuchado nunca que quién desea el mal a su vecino, viene el suyo de camino. En fin... no tengo mucho tiempo para perderlo contigo. Seré breve. Quiero veinte mil cleuros a cambio de mi silencio.


Sabrina: ¡Veinte mil cleuros! ¡Estás loco! Yo no tengo esa cantidad de dinero.
Ray: - No, tú no. Pero una exclusiva con fotos de la noticia de tu affaire con el señor Cladal vale mucho más. Si no quieres que tu policía cachas se entere, ya pídele el dinero a tu amante o ve buscándote la vida como sea para conseguirlo. Te doy una semana para conseguir el dinero. De lo contrario, venderé las fotos a una revista. Aquí tienes las instrucciones de donde debes dejar el dinero y como debes hacerlo.
Ray: - Por supuesto, no cometas ninguna estupidez de irte de la lengua con el poli, no te interesa y si lo haces, te aseguro que tu imagen quedará dañado ante todo el playmundo de por vida.
Sabrina: - ¡Eres un miserable! ¡Ojalá se te gangrene la pierna!
Ray: - Rubita resentida... El odio no conduce a ninguna parte. Sé buena muñeca y tal vez cuando me recupere pueda darte lo tuyo. Sé que te van los cuerpos musculados... ¿No me encuentras atractivo?
Sabrina: - ¡Eres asqueroso! ¡Lo único que desearía es escupirte en la cara!
Ray: - ¡Adiós, muñeca!

                               FIN

          (Continuará en otras historias...)

2 comentarios:

  1. Cuando he terminado la historia, me he dado cuenta lo mucho que me he reído y la falta que me hacía. Cuantas cosas han ocurrido y que risas. En primer lugar la carrera, que daba la sensación de que se movían, con ese caminito al que le has sacado mucho provecho (yo lo tengo ahí despreciado y ahora lo miro con otros ojos). Pobre Wen, acosado por Fabiola, que está loquita por sus huesos. No me parece mala chica, pero Wen ahora mismo no tiene ojos para nadie. Que risa con Willy, que le cubre las espaldas a Wen a cambio de...¡Un videojuego de Cutreman! Ay, he estallado a carcajadas que hasta Luis me miraba raro jajajaja, que bueno. Que gracioso Diamante con ese casco sobrepuesto, y cuando se asoman a lo lejos cuando pasa Ray junto a Pericón y Juanón (los nombres son buenísimos). Verles asomados ahí expectantes me hace mucha gracia. Menudo tortazo ha pegado Ray. Se merece, por mal click. Ha quedado bastante perjudicado jajajaja. Me encanta cuando Ximena se para a por la flor, Chino Juan vendiendo "balato" jajajaja, cuantos detalles. Y Sabrina...la verdad es que cuando ha leído la nota, impactaba. Por muy dura que quiera hacerse, Ray puede destruir su vida y alejarle de John para siempre. A pesar de estar en silla de ruedas echo polvo, sigue siendo malo malo. No sé cómo se las apañará Sabrina...pero lo tiene difícil. Al verle en silla de ruedas también me he reído, cuando dice "te esperaba", en tan mal estado jajaja. Me he divertido muchísimo. Ya habrá que maquinar como puede seguir la historia. Como siempre, me encantaaaa!!

    Un besico!!!!

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  2. Hola: es una carreta muy auténtica y real... cuántas cositas tan ideales tienes... el bebé en la sillita es adorable... podría seguir y seguir ... me encantó la historia y descubrir todos los accesorios que tienes de los clicks... es un mundo apasionante. Seguimos en contacto

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