Princesas guerreras

Ariane Lemacks: Embajadora de Wensuland y fundadora de la orden de princesas guerreras en Clisandia. La reina Evelyn confío en ella para esta misión tan importante. Es bondadosa y valiente, está enamorada de Greenmar, el embajador de Dukenheilt, pero su lealtad a Evelyn y a los votos de princesa guerrera le impiden en estos momentos mantener una relación con un click que podría distraerla de su deber.

Shaira: Es una de las princesas guerreras más valientes de la orden de Clisandia. Maneja la espada como nadie y se ha curtido en batallas por todo el playmundo. 

Niara: De carácter algo rudo, se crió en el reino de Gröholm, su padre era oscuro pero su madre, una admiradora de las fuerzas de la luz, la envió a Wensuland para alejarla de la influencia oscura de su padre y que se convirtiera en princesa guerrera. Tras cuatro años en la escuela de allí, fue enviada a Clisandia, para formar parte de la nueva orden de princesas guerreras de Clisandia e instruir a las nuevas jóvenes.

 Alika: Es una de las entrenadoras físicas de la escuela de princesas guerreras. A veces es algo dura en sus métodos. Pero es de las mejores luchando. Le encanta el oro para lucirlo encima.

Iana:  Es muy diestra con el arco y las flechas. Por su buena letra y sus buenas actitudes como escribana, es la princesa guerrera encargada de inscribir a las niñas que llegan hasta la escuela de princesas guerreras de Clisandia. Además hace las labores de secretaria de la escuela.

Blanca: Es la más anciana de las princesas guerreras que hay en Clisandia y como tal, la edad y experiencia la hacen una clack muy sabia. Muchas princesas guerreras acuden a ella para pedirle consejo. Se formó y vivió muchos años en Wensuland. Pero cuando se enteró de que la orden quería extenderse a Clisandia, su tierra natal,  se trasladó hasta aquí, donde se instaló definitivamente.

Kesia: Su tamaño nunca ha sido un impedimento para cumplir su sueño de ser princesa guerrera y ha demostrado con creces su valía ante todas. Huyendo de la guerra de Wensuland, vino con su hermana hasta Clisandia. Su carácter enamoradizo y romántico le hizo fijarse en un guapísimo guerrero, con el que mantuvo un romance, pese a las restricciones claras de la orden. Este, después de unos meses de relación secreta, siguió su camino rumbo a la guerra de otros reinos dejándola esperando un hijo suyo. Sus hermanas princesas guerreras la miman mucho. Ahora le han asignado como tarea, encargarse de ayudar en la cocina en el cuartel de princesas guerreras. Le gusta elaborar ricos pasteles de los que disfrutan las princesas guerreras en las celebraciones. 

 Limber: Es una de las más coquetas princesas guerreras. Elabora perfumes con plantas que recoge y los distribuye entre las princesas guerreras, que acuden a ella en busqueda de una fragancia personal y única.

Zeila: ha combatido con los guerreros más valientes e intrépidos y siempre ha salido victoriosa. No conoce lo que es el miedo.

Daura: Es una arquera con una puntería infalible. Es vegetariana, lo que le trae algún problema con las encargadas de la cocina. Se hizo princesa guerrera, porque su madre lo fue en Wensuland y siempre admiró a las princesas guerreras y su forma peculiar de vida. Además nunca le ha gustado depender de un click que la defienda y critica a las clacks que se dejan engatusar por un click con promesas de amor eterno. Dice que a ella eso nunca le pasará, pues nunca se enamorará, porque considera que el amor hace débiles a las clacks.

 Deka: Es una clack muy alegre, a la que le encanta bromear y reír con sus compañeras. Tiene una risa algo escandalosa y contagiosa, por lo que las princesas guerreras superiores la han regañado en alguna ocasión en la que la situación exigía seriedad.

Rahma: Es muy inteligente y una gran estratega en las batallas. Le encanta jugar al ajedrez. Pero las demás princesas guerreras se cansan de jugar con ella, porque siempre gana.

Oriana: Sus orígenes son de Dukenheilt. Es una gran guerrera y el mismo rey Ataldo la ha felicitado en muchas ocasiones y le ha concedido privilegios por su ayuda en las batallas del reino. Empezó como guerrera solitaria pero cuando conoció a Ariane y vio que la causa de las princesas guerreras era la misma que la suya se unió a ellas.

Perséfone: Fue embajadora en funciones de Wensuland. Es buena amiga de Caris. Le encanta ponerse un perfume que hizo especialmente para ella Liber. Cuenta la leyenda que su rastro en las batallas se puede seguir a través de ese perfume.

Melicia: Es la más diplomática de las princesas guerreras de Clisandia. Y muchas acuden a ella cuando hay un pleito entre dos, porque tiene fama de ser un buen árbitro y ayudar a resolver los conflictos por la vía de la paz. El rey Ataldo conoce también esas dotes de ella y la ha utilizado en alguna ocasión para ir a mediar con algún reino con el que tenía alguna disputa.

Gala: Hija de un famoso sastre de Clisandia, que llegó a vestir al mismo rey, tiene muy buena mano con la aguja y ha arreglado la vestimenta de las princesas guerreras cuando se han visto en algún apuro. Es muy buena también con la espada.

Malaika: Sus padres la educaron para ayudar en la granja y casarse con un granjero vecino pero su destino era otro. Ella tenía claro que no quería dedicar su vida a criar cerdos y a cuidar de un click al que no amaba, por eso se rebeló y se fue a Wensuland, donde entró en contacto con las princesas guerreras. Ellas le ofrecieron la posibilidad de trabajar para la nueva orden de Clisandia y aceptó encantada.

Tamura: Su animal favorito es el toro. Pues fue un toro el que salvó su vida en una cueva cuando estaba a punto de ser asesinada por su padrastro. Tiene un carácter algo brusco y seco. Pero es una excelente guerrera, a la que no le tiembla el pulso cuando tiene que machacar a su enemigo. Blanca la aprecia mucho.

Ife: Es una de las más jóvenes princesas guerreras, aún una adolescente, pero su falta de experiencia la compensa con su arrojo y decisión. Sabe manejar diferentes armas. Su padre era herrero y fue asesinado en circunstancias poco claras. Juró descubrir a los asesinos y vengarse de ellos algún día, por eso se hizo princesa guerrera.

Zaji: Es la hermana de Kesia. Juntas huyeron de su poblado cuando fue destruido por las tropas oscuras de SAM, Llegaron hasta Clisandia, donde se escondieron y encontraron un nuevo hogar con las princesas guerreras. 

Pulika: Es sólo un año mayor que Ife, su mejor amiga y su cómplice de travesuras y aventuras. Antes de ser princesa guerrera, era una ladrona pilluela que asaltaba en los caminos junto a una banda. Blanca la encontró e hizo de ella una princesa guerrera, dándole un futuro mejor.

Jina: Con solo diez años acabó con un dragón malvado que aterrorizaba a su poblado. Odia a los clicks. Es muy seria. Siente adoración por su compañera Chaniya, con la que entró a la vez en la orden. No le gusta que le impongan cómo tiene que hacer las cosas. Tiene su propio estilo para luchar.

Chaniya: Se le da muy bien trabajar con mimbre. Lleva un taller de mimbre para las niñas futuras princesas guerreras. Los cestos que hacen los llevan al mercado una vez al mes y sacan dinero para sufragar gastos de la orden. Además tiene maña para los negocios. Se le da bien vender.

Ghanima: Es una guerrera muy disciplinada. Quería ser embajadora pero el rey Ataldo siempre ha sentido debilidad por ella y no ha querido que se alejara de la corte tanto tiempo. La reina Circe la detesta.

Nikaule: Es una gran admiradora de su prima Caris. Ha viajado muchísimo por todo el playmundo desde niña, ya que su padre era embajador, por lo que ha conocido muchos reinos y visto muchas costumbres. Pese a su juventud, es una gran guerrera y muy valiente, cuya fama empieza a extenderse por la corte de Clisandia.

Delia: Conoce distintas lenguas, lo que hace que sea la encargada de traducir misivas y documentos importantes para otros reinos. Es una clack sencilla y algo insegura.

 Naima: Es una clack muy humilde y que siempre está dispuesta a escuchar a sus compañeras y a ayudarlas. Vive algo atormentada por un error que cometió en su pasado, antes de ser princesa guerrera. Dejó a su hija abandonada, porque no tenía con qué alimentarla, con la esperanza de que tuviera una oportunidad. Su secreto solo lo conoce Blanca.