jueves, 20 de agosto de 2020

Clickvirus

Habían sido unos meses muy duros para todos... Irene aún recordaba aquel día de mediados de marzo en que todo cambió.  Esa tarde tenían evaluaciones. Se había quedado a comer con algunos de sus compañeros en un restaurante cercano al instituto, propiedad de los padres de uno de sus alumnos. Todos disfrutaban de una paella mientras comentaban con una mezcla de preocupación, risas e incredulidad las últimas noticias que venían del virus que se había ido extendiendo desde el país pinypon cuando el presidente habló en la televisión anunciando el estado de alarma. Las noticias se habían ido precipitando a lo largo del día contradiciéndose unas y otras. El nerviosismo entre el equipo directivo y el resto de profesores y trabajadores del centro se palpaba en el ambiente.

Al día siguiente tuvieron una reunión extraordinaria de coordinación y organización. La más extraña y difícil para todos en sus carreras profesionales.
Doña Rosarillo: - ...Y os hemos enviado un listado con los correos electrónicos de las familias y sus teléfonos. Tenéis que garantizar la comunicación. Pero debéis siempre usar como primera vía para dejar constancia la plataforma de la consejería, que es el canal oficial. ¿Alguna pregunta?
Claudia: - ¿Pero tenemos que llamar por teléfono con nuestro teléfono particular?
Director: - Utilizad primero los otros medios y si tenéis problemas para comunicaros, podéis llamar. Es un instrumento más.
Olga: - Yo me niego a utilizar mi teléfono particular y que lo tengan las familias y alumnos... Cuando empecé a trabajar en esto, cometí ese error de dar mi número y tuve que aguantar llamadas de un alumno enamorado de mí...
José Antonio: - Pones número oculto y ya está...
Director: - Olga, tu obligación es seguir en contacto con tus alumnos y para ello utiliza todos los medios que estén a tu alcance... (Murmullos)
Pedro: - Yo tengo un teléfono con tarjeta que uso solamente para excursiones y cosas así, usaré ese... Ramón: - De todas maneras esto no va a durar mucho, en dos semanas tenemos vacaciones y después podremos retomar las clases. Yo me llevaré lo imprescindible. Por cierto, ¿ha dicho que un alumno se enamoró de ella? Siempre tiene que dar la nota esta clack...
Marivi:  - Están diciéndome que en otros centros están haciendo las reuniones en el patio y nosotros aquí apiñados... ¡Ventilad la clase! ¡Estamos demasiadas personas!
Doña Rosarillo: - Ya terminamos... Si no hay ninguna pregunta más, levantamos la sesión. 
Irene: - ¿Vas para casa?
Olga: - No, he quedado con el chico que conocí en la discoteca el otro día.
Irene: - Olga, ten cuidado... Yo voy a anular la cena con Narciso.
Olga: - ¿Te vas a ir al pueblo? 
Irene: - No, no puedo... Tengo miedo de estar infectada y llevarle el virus a mis padres... Me duele mucho la cabeza, casi no he podido dormir esta noche...
Olga: - Yo tampoco me encuentro bien... Últimamente había muchos alumnos enfermos... Nos quedaremos en el piso las dos, total está pagado el mes y no puede ser para mucho tiempo esto. Ya iremos a ver a nuestras familias.
Carolina: - Evelino, ¿qué tarea les ponemos de matemáticas a los de primero? Nos tocaba empezar tema. Yo estoy perdida... Hablamos por teléfono luego y nos coordinamos para ponerles más o menos lo mismo...
Don Pimpón: - Sí, sin problema...
Don Pimpón: - ¡Irene! 
Irene: - ¿Sí, Eve?
Don Pimpón: - ¿Tienes un momento?
Irene: - ¡Claro!
Don Pimpón: - Qui...quisiera... quisiera...
Irene: - ¿Sí?
Don Pimpón: - ¡Quisiera que no perdamos el contacto estos días!
Irene: - ¡Oh!
Don Pimpón: - Para... coordinarnos... ya sabes... Como eres tutora... y tu grupo es tan difícil...
Irene: - ¡Ah, por supuesto! No lo perderemos. Podemos hablar por teléfono o por skype...
Don Pimpón: - ¡Vale!
Irene: - ¿No te vas con tus padres? 
Don Pimpón: - Sí... cogeré un taxi y marcharé con ellos...
Irene: - Bien... Pues... hasta pronto... Lo dicho. Estamos en contacto.
Don Pimpón: - Lo estamos, sí...
                                                                     
Las siguientes semanas fueron de un enorme estrés para Irene. Al miedo por el clickvirus y la preocupación por sus seres queridos que estaban lejos, se unía su propia autoexigencia de querer seguir realizando su labor lo mejor posible, pese a que en muchos momentos se encontraba perdida y su intuición y sentido común era lo único que la guiase en su trabajo. Muchos días no podía dormir, abrumada por los mensajes de sus alumnos y padres a cualquier hora y pensando qué actividades podría preparar que fueran motivadoras, al alcance de todos sus alumnos y cómo explicar de la mejor manera conceptos que no sabía si sus alumnos podrían entender. Le preocupaban alumnos como Dalia. No respondía a ninguno de los mensajes por ninguna de las plataformas utilizadas y había llamado varias veces a la carnicería de sus padres pero no le cogían tampoco el teléfono llegando incluso a colgarle en una ocasión. Otros alumnos, en cambio, la habían sorprendido para bien, como Jorgito. Practicamente con todo suspenso en la primera y en la segunda evaluación se había puesto las pilas durante el confinamiento, o mejor dicho, su madre se las había puesto, y estaba entregando todo perfectamente.

Las videoconferencias se habían convertido en la única forma de estar en contacto con su familia y amigos. 
Olga: - ¿Qué haces?

Irene: - Estoy hablando con mi hermana. Mi padre está muy preocupado y harto de esta situación. Dice que viene a recogerme aunque se salte el confinamiento...


Irene: - Eve está hablándome también. Quiere enseñarme una canción que ha estado ensayando con el violoncello.
Irene: - ¡Me encanta, Eve!
Don Pimpón: - ¿En serio? Mi madre insiste en que le dé un concierto a los vecinos pero no me apetece demasiado...
Irene: - ¡Narciso por la otra línea!
Narciso: - ¡Hola, princesa! ¿Qué? ¿Te gusta mi nuevo look?
Olga: - ¡Se ha cortado el pelo! Eso no me lo pierdo!
Olga: - ¡Wow!
Irene: - Estoy con mi compañera de piso, Olga.
Narciso: - Hola, bonita... Irene no me había dicho que comparte palacio con otra bella princesa.
Olga: - ¡Hola! Gírate, que te veamos el corte de pelo... ¿Sabes? Yo siempre he sido la peluquera de mis hermanos.
Narciso: - Vuestros deseos son órdenes. ¿Os gusta?
Olga: - ¿Te lo has cortado tú?
Narciso: - Yo solito... Ya me hubiera gustado que me lo cortaran tus manos...
Olga: - ¡Irene dice que estás muy guapo!
Irene: - ¡Olga! ¡Cállate, por favor!
Olga: - ¡Vale, ya te dejo con tu churri! Voy a planchar...
Narciso: - ¡Gracias! ¡Vososotras sí que sois guapas!
Olga: - ¡Uhs, qué pereza! Creo que paso... Total sí no voy a salir de casa...

Aquellos días en casa con la familia estaban sirviendo para comprender qué era lo verdaderamente importante...
Sebastián: - ¿Has hecho ya los deberes? 
Pradito: - Hoy mejor vemos nuestros dibujos preferidos juntos...

También una oportunidad para pasar más tiempo con uno mismo...

Preparar platos más elaborados en la cocina...

E incluso darse algún que otro capricho...

Conocer más a los compañeros de piso, sus costumbres y pasiones ocultas...
Irene: - Ya está ahí, Narciso... Quiere que ponga la cámara otra vez...

Y a veces llevarse alguna sorpresa con estas...
Narciso: - ¿Te gusto? ¿Quieres ver más? 
Narciso: - Mmm... Me siento tan cómodo contigo... Esto no lo hago normalmente pero me apetece enseñarte todo...
Olga: - Jajajajajajajaja... En serio, tanto tanto para eso... Jajajajajajaja
Irene: - Olga, por favor, te va a oír. 
Olga: - ¿Pero has visto esto? ¿Cómo puede ir de exhibicionista?
Irene: - ¡Olga!
Y a otros les sirvió para desarrollar su espíritu artístico...
Don Pimpón: - Esta noche voy a tocarte una sinfonía que siempre me pone melancólico... 
Ganando un público fiel día a día...
Don Pimpón: -He estado practicando mucho. Va dedicado a ti, Irene...

Aunque eso no impidiera otros momentos de soledad y tristeza...
Que algunos sabrían llevar mejor...
Con algo de alcohol y compañía...
Pero lo importante de todos esos raros días... fue descubrir el tesoro que tenemos en casa.
Pradito: - Papá,  tengo ganas de que todo pase y volver a poder jugar en el parque.
Sebastián: - Me has llamado papá... 
Pradito: - Sí... Ahora tú eres mi papá también. Mi primer papá está en el cielo pero creo que estará contento de que tenga otro que me cuide aquí. Te quiero mucho.
Sebastián: - Yo a ti también, mi niña. Y te cuidaré siempre.

FIN