domingo, 31 de marzo de 2019

Campanas de boda: Capítulo 1 - Nuevos días

Sebastián: - Vamos a desayunar. Rita estaba preparando tortitas. Hay que coger fuerzas. Hoy tenemos muchas cosas que hacer. Mi hermano Santiago ha encontrado finalmente una casa en la ciudad y quiere que vayamos a verla. Además antes hay que recoger a mamá en la estación.
Duclack: - Pfff... no me apetece nada salir. Por mí me quedaría todo el día aquí contigo.
Sebastián: - Yo también me quedaría aquí contigo... Pero hagamos un esfuerzo. Ya tendremos tiempo de estar solos. Por cierto que aún no hemos pensado dónde vamos a ir de viaje de novios.
Duclack: - Hmm... Cualquier lugar del mundo donde estemos tú y yo solos, será perfecto.
Sebastián: - Duclack... Me gustas tanto...
Duclack: - Sebastián...
Sebastián: - ¿Y si nos saltamos el desayuno hoy?
Duclack: - Mmm... ni hablar. Quiero probar esas tortitas. Tengo un hambre... 
Sebastián: - Tus labios me vuelven loco... mmm.
Duclack: - ¡Auh!
Sebastián: - ¿Eh?
Duclack: - Me has pinchado...
Sebastián: - Huy, sí, se te ha puesto la cara toda roja, jeje. Tengo que afeitarme hoy.
Sebastián: - La la lala... Un poco de crema de afeitado...
Sebastián: - ¿Tampoco me queda tan mal la barba? ¿Debería dejármela? Hmm... Nooo...
Sebastián: - Así mejor... Ahora un poco de crema para después del afeitado y listo.
Duclack: - Mmmm, ¡qué suave!...
Sebastián: - ¿Te gusta?
Duclack: - Mucho.
Lilu: - ¿Cómo te sienta?
Lola Clickado: - Hezú, me zienta como un guante. ¡Qué manos las zuyas!
Lulú: - Ya le dije que mi hermana es la mejor confeccionando vestidos de flamenca.
Lola Clickado: - Me llevaré también unoz sapatitoz. Pero rojoz no. Ezoz pa´la Clickores.
Lola Clickado: - Y collarez... Tengo que dezlumbrar a mi público. ¡Qué no me haiga zombra eza envidioza!
Lulú: - ¿Serán cierto los rumores de que Lola quería al rojillo para ella y desde entonces son enemigas?
Lilu: - No sé. Pero nosotros vamos a atenderla como una reina. Esta clack tiene dinero para gastar y puede darnos publicidad y prestigio.
Lola: - Mi chsofer vendrá a recoger todo cuando estén los arreglitoz de los veztidoz.
Lilu: - ¡Hasta pronto! Vuelva cuando quiera. Ha sido un placer atenderla.
Santiago: - Pues esta es. Como veis, tiene dos plantas y azotea, jardín, terraza...
Doña Paca: - Se ve una buena casa. Te costará muy caro el alquiler.
Santiago: - Pasad... Es por aquí.
Sebastián: - ¡Qué lámpara más bonita!
Doña Paca: - Con ste suelo tienes que tener cuidado de que no se levanten las tablillas.
Santiago: - Subid por aquí a la segunda planta...
Duclack: - ¡Tiene muy buenas vistas!
Doña Paca: - ¡Qué alegre!
Santiago: - Pondré la clínica aquí...
Doña Paca: - Tienes amplitud...
Sebastián: - Entonces tus amigos, incluidos piratas, todos juntos en otra mesa. 
Doña Paca: - No os olvidéis de la tía Angustias y de su sobrina la Marinieves.
Sebastián: - ¡Ay, mamá! ¡Pero si no hemos vuelto a tener trato con ellas desde que hice la comunión!
Doña Paca: - Pero estaría muy feo no invitarla.
Duclack: - ¿Y Duque traerá a esa clack con la que está?
Diamante: - Yo creo que sí. 
Sebastián: - ¿Y dónde los sentamos? 
Sus: - En la misma mesa que mi prima Lilu no, que le da algo. 
Sebastián: - ¡Otra vez a recolocar!
Pradito: - Y los niños queremos estar juntos en otra mesa.
Duclack: - Esto es una pesadilla. 
 Sus: - ¡Ainss! ¡Paciencia, Duclack!
Renzo: - ¡Jorgito! ¿Pero qué haces con todos esos perros?
Jorgito: - Es mi nuevo trabajo. Me dan tres cleuros por cada perro que paseo. 
Junior: - ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Jorgito: - Lo tuyo con los perros es de expediente X.
Junior: - ¿Por qué los atraeré?
Lulú: - ¿Te gusta?
Emma: - Sí...
Teresa: - Ha quedado precioso.
Lilu: - Su nieta es muy guapa y lo luce muy bien.
Teresa: - Pues ya tienes vestido nuevo para la comunión de tu prima en el pueblo.
Emma: - ¿Abuela, podría ponérmelo para salir con mis amigos?
Teresa: - Después podrás gastarlo para salir los fines de semana.
Lilu: - Su nieta va a deslumbrar...
Lulú: - Es tan cándida... Tiene una belleza natural.
Duclack: - Esta es la boutique de una amiga... Podríamos mirar aquí lo del traje de novia... Ella es de confianza y...
Doña Paca: - Todo el pueblo va a comprar los vestidos de novia a la tienda Clacknovias. Allí trabaja la hija de una amiga del pueblo y seguro que nos hace buen precio. Además tienen los mejores diseñadores.
Duclack: - Pero...
Doña Paca: - Nada de peros... Ya pedí cita por teléfono. Iremos primero allí. Además he quedado con la Trini a las doce. Quería venirse también. Es la tienda donde se compró su vestido para casarse con mi Juan Antonio y quedó muy contenta.
Duclack: - A mí me gustaría que me acompañase mi amiga Sus...
Sebastián: - Mamá, Duclack y yo queríamos pasar antes por casa de su padre. Tiene que recoger algunas cosas. Id, sin problema. Yo tardaré lo menos media hora en la peluquería.
Duclack: - Sí... Un respiro...
Sebastián: - Podemos recoger a Sus y las niñas a la vuelta.
Sebastián: -Ya está todo en el coche. 
Duclack: - Sebastián, a esta cocina le tengo mucho cariño...
 Duclack: - Mi padre nunca quiso cambiarla por una nueva. Era de su madre...
 Sebastián: - Podríamos llevárnosla también...
 Duclack: - No sabríamos dónde ponerla... Pero esta tetera sí la echaré en la caja.
 Sebastián: - ¿Esta era tu cama?
 Duclack: - Sí, fue la cama de mi cama en el camarote durante muchos años...
Duclack: -  Me da tanta pena dejarla.
Sebastián: - Pediré la furgoneta a Othello. Le buscaremos un sitio.
Duclack: - Gracias...

CONTINURÁ...

sábado, 30 de marzo de 2019

Una despedida sin aviso

Wenda: - Duclack...
Duclack: - ¡Wenda! ¿Qué ha sucedido? ¿Vienes sola? ¿Y mi padre?
Wenda: - Duclack... cariño...
Wenda: - Lo siento. Tu padre... Se ha marchado... Ha dejado esta carta para ti.
Duclack: - ¿Pero por qué? ¿Dónde ha ido? Ahora que os habíais casado, hacía mucho tiempo que no lo veía tan feliz... No entiendo nada. 
Wenda: - Él siempre fue un click de mar. Hace poco descubrió que estaba enfermo... Cuando vinimos del crucero, empezó a encontrarse mal y fue al médico. Le hicieron varios análisis y pruebas en los últimos meses. No quería preocuparos. Pensábamos que no sería grave. Pero me temo que no ha salido cómo esperábamos... Él no ha querido quedarse con nosotros en tierra... Necesitaba zarpar... Duclack... Nos ruega que respetemos su decisión.
Wenda: - Ya... ya... No llores...
Duclack: - Quería llevarme al altar. Iba a ser mi padrino... Esto lo cambia todo.
Wenda: - Duclack, tienes que seguir con todos tus planes. Él no quiere que los anules por él. En esa carta como en la que me ha dejado a mí, te da todas las explicaciones. Tenemos que respetar su decisión como nos ha pedido. No nos queda otra.
Wenda: - Está bien... Llora todo lo que quieras.  Te hará bien desahogarte. Esto va a ser muy duro para las dos.
Querida hija mía... 
Nunca estuvo en mis planes escribirte estas tristes letras, porque nunca he querido causar dolor ninguno en tu corazón. Pero espero que sepas entenderme y aceptar mi partida cuando las leas, pues ambos siempre hemos sido iguales en cuanto a caracteres y creo que tú en mi lugar harías lo mismo... Te quiero más que a mi vida. Siempre te he querido. Desde que te tuve por primera vez en mis brazos, cuando sólo eras una clackita con la carita redonda y sonriente, quise protegerte y así lo he hecho. Te he dado todo lo que he tenido, procurando siempre tu bienestar y una educación en libertad y en aquello que realmente importa. Espero que sepas perdonarme por no poder estar esta vez en el que debe ser el día más importante y feliz de tu vida: tu boda con el click que amas. Sé que Sebastián es un buen click y que sabrá hacerte feliz. Lo ha demostrado con creces y por eso me quedo tranquilo dejándote en sus manos. Hija, sé feliz. Disfruta de cada instante. No hagas nunca nada que no quieras. Vive. Yo seré feliz sabiendo que tú lo eres. En cuanto a la casa, la he puesto en venta. Recoge todo lo que quieras de ella. Quiero pasar los días que me quedan en una isla remota que fue mi refugio cuando el destino me quitó a la clack que fue mi gran amor de juventud: tu madre. Esa clack que despareció de nuestras vidas y por un pacto tácito entre todos nunca hemos mencionado. En esa isla encontraré la paz que necesito respirando la brisa del mar, pisando la arena con mis pies descalzos y viviendo una vida libre, lejos de todos esos edificios blancos fríos y horribles que no quiero que estén presentes en mis últimos días. Allí estaré bien. Por favor, no te empeñes en buscarme. 
Te quiero, mi niña. Aunque no pueda abrazarte, siempre estaré contigo.
Duclack: - Papá...
Tinger: - ########
Duclack: - Tinger, ¿qué vamos a hacer ahora sin él?
Tinger: - ##############
Duclack: - Fueron tantos momentos...
Cuando era pequeña y salíamos a caminar, mi padre me daba la mano...
Me llevaba así durante mucho rato y yo no me soltaba... Me sentía segura...
Adoraba apretarla y que me devolviera el apretón... Sabía que estaba ahí, que podía contar con él y que nunca me iba a dejar... Papá...
Sebastián: - Estás aquí... Por fin te encuentro. Me ha llamado Sus y me ha contado todo. Yo... 
Duclack: - No lo voy a volver a ver...
Sebastián: - Lo siento...
Duclack: - Era mi única familia... Me siento tan sola...
Sebastián: - Diamante es un hermano para ti. Y ahora Pradito y yo somos también tu familia...
Sebastián: - No vas a estar sola... Ven...
Duclack: - Quiere que sigamos con todo como si nada. Pero yo no puedo... ¿Cómo voy a hacer que todo sigue igual si él no está?
Sebastián: - Lo harás por ese niño que esperas y porque es lo que él quería... Duclack, estaré siempre a tu lado. Apóyate en mí en estos difíciles momentos...
Diamante: - ¡Capitana! Vino Wenda a casa. A mí también me dejó una carta... ¡Maldita sea! ¡Tenían que habérnoslo contado antes! ¡Hubiéramos buscado una solución! ¡Tenemos que buscarlo!
Duclack: - ¡Diamante! Habla de una isla. Pero no tenemos ni idea de cuál...
Diamante: - ¡Por todos los clicks! ¡Alguien debe saber algo!
Duclack: - No quiere que lo encontremos.
Diamante: - Él fue mi padre durante mucho tiempo. Estamos juntos en esto.
Duclack: - Diamante... Abrázame...
Wen: - Nadie lo esperábamos...
Diamante: - Tenemos que hacer algo. Hay que buscarlo.
Duclack: - Sí, hay que reunir a todos los piratas. Buscaremos alguna pista por la que empezar.
Sebastián: - En las cartas lo dice claro, no quiere ser encontrado.
Sus: - Me parece terrible. Yo entiendo a Diamante y Duclack. ¿Cómo vamos a quedarnos de brazos cruzados?
Wen: - Quería estar solo y libre. Es su decisión.
Ben: - ¿Y Wenda? ¿Cómo lo ha tomado?
Sus: - Mamá quiere hacerse la fuerte pero lo está pasando fatal.
Sebastián: - No deberíais dejarla sola...
Wen: - Estrella y yo hemos decidido irnos a la mansión hasta que nazca el bebé. Vivir en el bosque no es nada cómodo teniendo que ir cada dos por tres a hacerse ecografías y revisiones por el embarazo. Hemos buscado casa pero aún no hemos encontrado nada que nos guste del todo. La abuela nos ofreció su casa pero necesitaría una reforma de tuberías, instalación eléctrica... y ahora mismo no tenemos tiempo para eso. 
Ben: - Con mamá estaréis cómodos. La casa es lo suficientemente grande para tener vuestra intimidad y a ella le vendrá muy bien vuestra compañía. 
Diamante: - Esto parece un mal sueño. Tengo la sensación de que en cualquier momento, Duclón va a aparecer por esa puerta, como siempre...
Ben: - Diamante, hijo... su recuerdo estará siempre con nosotros. Pero tenéis que seguir adelante. Si lo encontráramos, ¿de qué serviría? ¿Lo vais a traer contra su voluntad? ¿Lo vais a obligar a permanecer encerrado en un hospital? 
Duclack: - No... pero al menos podríamos abrazarlo y estar con él en sus últimos días.
Ben: - Él ha decidido hacerlo así. Tenemos que respetarlo. Es su voluntad.
Sebastián: - Duclack... Llevas ahí toda la tarde...
Sebastián: - Vamos a salir. Te hará bien tomar un poco de aire fresco...
Sebastián: - Por cierto, mamá, viene el lunes en la camioneta. Quiere acompañarte para ver los vestidos de novia.
Duclack: - Sebastián, no tengo ánimos...
Sebastián: - Por favor, hazlo por mí... Me hace tanta ilusión que seas mi esposa. Duclack, cumple la voluntad de tu padre, vive y sé feliz. El mundo te espera y yo quiero vivir mil y unas aventuras contigo. No me quites ese pequeño placer de verte vestida de novia y convertirte en mi clack.
Duclack: - Está bien. Seguiremos con los planes de boda adelante.
Sebastián: - Y ahora... vamos a cenar algo y a por Pradito. Nos está esperando en casa de Sus y Diamante.
Duclack: - Sebastián... ¿puedes darme la mano?
Sebastián: - Dame...
Duclack: - ...