domingo, 28 de octubre de 2018

Sebastián (Temporada II): Capítulo 4 - Salvado

Hafida: - Este es el lugar. La esfinge tiene una entrada que conduce a través de un pasadizo hasta la pirámide. Es la forma más discreta para acceder a ella. Esto lo descubrí hace muchos años cuando era niña.
Elena: - Había oído hablar de pasadizos que llegaban hasta la pirámide pero jamás tuve prueba de este en mis libros. Es un descubrimiento muy importante.
Duclack: - La esfinge es realmente impresionante.
Ben: - Cuidado con las escaleras. No se ven muy seguras. Iré delante para ir abriendo camino.
Duclack: - ¿No vienes, Hafida?
Hafida: - No, alguien tiene que cerrar la entrada desde fuera. De lo contrario nos podrían descubrir y sería peligroso.
Duclack: - Hafida... Ya sabes lo importante que es esto para mí. Gracias.
Hafida: - Corred. No hay tiempo que perder.
Duclack: - No veo nada...
Ben: -Tened cuidado donde pisáis. Hay escalones en muy mal estado.
Elena: - Espero que sepas por donde vamos, Ben. Yo sólo os podré guiar dentro de la pirámide.
Hafida: - ¡Iahhh! ¡Cómo pesa esto!... Ya está.
Mientras tanto muy lejos de allí, Willy, Renzo y el resto de la pandilla hacían frente a su segundo día de clase. Era día de presentaciones. A lo largo de las seis horas de clase de la mañana irían conociendo a los profesores que les impartirían las distintas materias. La mañana comenzó fuerte con el apodado don Pimpón, el temido profesor de matemáticas.
Don Pimpón: - A muchos ya os conozco del año pasado pero empezaré pasando lista para poner falta e irme quedando con las caras de los nuevos.
Don Pimpón: - Jorge López, tire a la papelera ese avioncito y quédese de pie en el rincón hasta que finalice la clase.
Jorgito: - Pero yo no he hecho nada.
Don Pimpón: - No se lo voy a repetir dos veces. Hace caso o baja a jefatura.
Jorgito: - ¡Joclick! Me tiene manía este profesor.
Don Pimpón: - Os pondré un examen de raíces cuadradas para ver que queda en vuestros cerebros después del verano.
Manolete: - ¡NOOOO!
Se oyen quejas y murmullo entre los alumnos.
Kim: - ¡Pero si es el primer día de clase, profesor!
Renzo: - Este no perdona ni el primer día ni el último...
Willy: - Menos mal que ayer repasamos...
Junior: - Pfff...
Don Pimpón: - Willy, espero que este año saque como mínimo la misma nota que el curso pasado.
Willy: - Sí, don Evelino, eso espero yo también...
Don Pimpón: - Cuento con vosotros dos de nuevo para la olimpiada matemática.
 A segunda hora fue el turno de biología, la profesora empezó a explicar el primer tema.
 Los alumnos sacaron sus libros de ciencias.
Ciencias Naturales era una de las materias preferidas de Willy. Le encantaba aprender todos los secretos que oculta el universo.
 Después fue el turno de inglés. La profesora entró hablando en inglés.
Nadie entendía nada y murmuraban quejándose.
Cristina: - Open your books, page 3. Excuse me, what´s your name?
Willy: - Willy...
Willy había viajado con el instituto el curso anterior para practicar su inglés y no le costaba mucho seguir las clases.
 En el recreo apenas hubo tiempo para comentar las primeras impresiones, ir al baño y comprar un bocata en la cantina. Después tocaba historia. Victoria era una profesora de la vieja escuela. Bastante severa y aburrida a primera vista.
 Su primera decisión fue cambiarnos de sitio a partir del próximo día.
El profesor de tecnología, don Javier, estuvo explicando su forma de evaluar y las actividades que realizaríamos a lo largo del curso.
La última hora de la mañana fue para plástica. La materia preferida de Junior. La profesora era una clack joven, con una vitalidad y amor por su materia que contagiaba a cada paso.
Olga: - ¡Podéis utilizar la escuadra, la regla y el cartabón! Hmm... Me encanta eso que estás haciendo, Junior. ¡Eres un artista!
Junior: - Gracias... Me encanta dibujar.
Elena: - Según mis estudios y los últimos cálculos, ahí detrás tiene que estar la sala de las ceremonias de los sethines.
Ben: - Esta pared suena hueca... Debe haber alguna puerta o mecanismo...
De repente se escuchó un grito y Elena desapareció.
Duclack: - ¡Una trampa! ¿Estás bien?
Elena: - Sí... ¡Estoy bien!
Elena: - Ben ha debido accionar una trampa al tocar en la pared. La pirámide está llena de ellas.
Duclack: - ¡Tranquila! Te sacaremos de ahí.
Ben: - Shh... ¿Qué es ese ruido? ¡Cuidado, Elena!
Elena: - ¡AH! ¡Una cascabel!
Sin darse cuenta Elena accionó una nueva compuerta giratoria...
Desapareció así, quedando resguardada de la cascabel.
Duclack: - ¡Ha desaparecido!
Ben: - La pirámide está llena de trampas. No podemos bajar por ahí. La picadura de la cascabel es demasiado peligrosa. Buscaremos otro camino e iremos a buscarla después. El tiempo se acaba tenemos que abrir esta otra puerta. Sebastián corre peligro.

Elena: - Ufff... Salvada por los pelos... Por allí se ve luz... Esta sala me es familiar. Creo que sé donde estoy.
Ben observaba la pared con detenimiento buscando alguna palanca.
Por fin pareció dar con algo.
Ben: - ¡Lo tenemos!
Una puerta se abrió ante nosotros.
Cuando acabaron las clases, Junior sintió la urgencia de ir al baño. Charly y sus amigos lo siguieron hasta allí.
 Charly: - Teníamos unos asuntos pendientes. ¿Lo recuerdas, monstruito?
 Junior: - Yo no tengo nada con vosotros... Dejadme salir, voy a perder el autobús.
 Charly: - Hoy volverás a casa andando... ¡Agarradlo!
 Junior: - ¡AHHHHH! ¡¿Qué hacéis?! ¡Dejadme! ¡Se lo diré a los profesores!
 Charly: - Tú no dirás nada, bicho asqueroso... o esto no será nada al lado de lo que te espera...
 Junior: - ¡Dejadme! ¡AHHH!
Ben: - ¡Está ahí! ¡Lo estoy viendo!
Duclack: - ¡Sebastián!
Sebastián: - Mmmmmu
Ben: - ¡Tenemos que darnos prisa en desatarlo!
Duclack: - ¡Sebastián!
Sebastián: - Duclack...
Sebastián: - Duclack, has venido a buscarme... Me alegra tanto verte...
Duclack: - Sí, y ya no voy a permitir que vuelvas a alejarte. ¡Tenía tanto miedo por ti!
Sebastián: - Duclack... ¿Me has echado de menos? Me quieres... Lo sabía...
Duclack: - Tonto, siempre te he querido...
Sebastián: - ¿Pero cómo descubriste que estaba aquí?
Ben: - Es un momento muy bonito pero os recuerdo que una secta radical nos pisa los talones. Ya tendréis tiempo para explicaciones y daros todo el amor del mundo, tortolitos.
Duclack: - ¡Ben tiene razón! ¡Vamos!
Ben: - ¡Oh, oh! ¡Demasiado tarde!
Ben: - ¡Corrred! ¡Por allí hay una salida! ¡Yo los entretendré!
Sebastián: - ¡Ay!¡Ay! ¡Ay! ¡Arañas y escorpiones!
Duclack: - ¡Salta!
Ben: - Tranquilo, amigo... Ese cuchillo no es una buena forma de empezar una relación...
Sebastián: - Corre, Duclack. ¡Por aquí!
Duclack: - ¡No puedo seguirte! ¡Se cierran las paredes! ¡Huye tú y pide ayuda!
Sebastián: - ¡Dame la mano! ¿Confías en mí?
Duclack: - ¡Sí!
Duclack: - ¡Ay!
Sebastián: - ...
Duclack: - ...
Duclack: - Lo conseguimos.
Sebastián: - Juntos conseguiremos todo siempre. Te quiero, Duclack.
Duclack: - Te quiero, Sebastián...
Cuando salimos de la pirámide Hafida nos esperaba fuera y Sebastián pudo reencontrarse también con un viejo amigo.
Sebastián: - Yo también estoy feliz de verte de nuevo, Carbón...
Hafida: - Pero... ¿Y Ben? ¿Dónde está?
Duclack: - Se quedó como cebo para entretenerlos mientras nosotros huíamos... Pero eran muchos y no pudo salir... Lo rodearon... Espero que esté bien...
Hafida: - Elena salió hace como media hora de la pirámide. Tenía mucha prisa. Iba a hablar con un amigo suyo de la policía.
Sebastián: - ¡Ehhh! ¡Ya vale! Jajajajajajaja. A ver si vas a poner celosa a la piratilla...
Duclack: - No hay tiempo que perder. Tengo que entrar y sacar a Ben de ahí. Sebastián, tú ve a casa con Hafida. Allí estarás a salvo. Nos reuniremos después.
Sebastián: - ¡Eh! ¿Estás loca? No voy a dejar que entres ahí sola. Esos clicks son muy peligrosos. He podido ver de lo que son capaces. Además no pienso separarme de ti de nuevo. Nunca más.
Hafida: - Chicos, es mejor que vayamos todos a casa y descanséis un rato. Llamaremos a Elena, que conoce bien la pirámide y trazaremos un plan para sacar de ahí a Ben cuanto antes.
Sebastián: - Me parece lo más sensato.
Duclack: - Está bien...
                                                           CONTINUARÁ