sábado, 6 de octubre de 2018

Sebastián (Temporada II): Capítulo 1 - Egipto

Sebastián corrió hacia el origen de la algarabía provocada por unos niños que tiraban piedras a un huesudo y maltrecho perro negro. Los niños muy alborotados le gritaban algo así como shaytan.
Sebastián: ¡Ey! ¡Pero qué hacéis! ¡Dejadlo en paz! ¡Ese perro no os ha hecho nada!
Sebastián: - ¡Cómo os vuelva a ver apedrear a este o a cualquier otro animal os daré la tunda de palos que vuestros padres os tuvieron que dar hace tiempo!
Dudó que hubieran comprendido algo de lo que les había dicho. Pues esos niños no tenían pinta de hablar su mismo idioma pero su gesto amenazante con el palo y su gruñido con cara de enfado sí que debieron entenderla, porque los niños salieron corriendo.
Sebastián: - ¡Huid sí! Grrrrrrrrrrrrr
Sebastián: - No te preocupes, amigo. Esos niños no volverán a acercarse a ti. Hmm... ¿Tienes hambre?
Sebastián: - Sólo me queda este bollo...
Sebastián: - Toma, para ti.
Sebastián: - Yo proseguiré mi camino. Aún me queda mucho por andar...
Sebastián: - Nagara está a casi cuarenta kilómetros y tengo que ir a pie. Allí podré encontrar documentación clave para la investigación de mi libro...
Sebastián: - ¿Eh? No, no, tú no puedes venir conmigo...
Sebastián: - Date la vuelta. No puedo hacerme cargo de ti...
Mientras tanto en el aeropuerto...
Duclack: - ¡Ben! ¿Tienes billete también para el vuelo a Egipto?
Ben: - Sí. Aún viajo a menudo allí por negocios y otras por placer, para qué negarlo... Tengo buenas amistades. ¿Y tú? ¿Cómo qué vas a Egipto? Y por lo que veo sin equipaje...
Duclack: - Es una larga historia...
Ben: - Tendremos tiempo de hablar en el avión. Conozco a todo el personal de vuelo de estos aviones, con alguna de las azafatas me ha unido una estrecha relación en otros tiempos y conservamos la amistad, les diré que te cambien el billete por uno a mi lado en primera clase. Así podremos conversar durante el camino.
Duclack: - Gracias, Ben... Será un placer viajar contigo.
En ese mismo momento en el centro de la ciudad Kim y Renzo paseaban.
Renzo: - Mañana empiezan las clases para secundaria. Espero que este año se me dé mejor... Aún no creo que al final haya pasado curso con todas las que me quedaron para septiembre...
Kim: - Tienes suerte de que Willy sea tu amigo y te haya dejado sus apuntes. ¡Qué pereza me da empezar de nuevo las clases! Después de todo el verano de vacaciones... Los profesores son tan aburridos. Espero que al menos este año haya algún profe nuevo guapo que alegre las clases...
En Egipto de nuevo...
Sebastián: - Pero... ¿Cómo me has seguido hasta aquí? Ya te he dicho que no puedo hacerme cargo de ti...
Sebastián buscó un refugio entre unas rocas para pasar la noche en el desierto. Se puso a escribir en su cuaderno antes de que el sol se escondiera del todo. El perro lo observaba.
Sebastián: - La única comida que me queda, amigo, es esta lata de champiñones. Tendremos que compartirla si te empeñas en seguir a mi lado...
Sebastián: - Estás agotado... Yo también estoy cansado... Ha sido un día muy largo. ¿Qué hará Duclack en estos momentos? Seguro que ella y Pradito han cenado ya y están en pijama viendo la tele... Duclack... No creo en tus últimas palabras. Sé que lo que vivimos fue real...
Finalmente, pese al frío de la noche y los pensamientos que se aglutinaban en su cabeza y le impedían conciliar el sueño, Sebastián cayó rendido y se durmió. Su nuevo amigo permanecía cerca de él, acurrucado.
De madrugada un escorpión rojo se acercó peligrosamente hasta la zona donde Sebastián descansaba.
El perro advirtió el peligro que suponía ese intruso para su nuevo amigo y se puso a ladrar.
Sebastián despertó bruscamente.
Sebastián: - ¡Pero ahora qué pasa! Encima que comparto mi comida contigo, ¿me vas a dar la noche ladrando?
El perro siguió ladrando y mirando hacia las sábanas hasta que Sebastián se percató del peligro.
Sebastián: - ¡Un escorpión!
Sebastián: - ¡Eh! ¡Dónde vas!
Sebastián: - La picadura de estos escorpiones es mortal. Me has salvado la vida, amigo... Y te has ganado el derecho a quedarte conmigo... Te llamaré Carbón.
Sebastián: - Hoy puedes dormir conmigo... Así no tendrás frío.
Mientras tanto en el centro comercial...
Osvaldo Borghetti: - ¿Es usted la nueva secretaria?
Dolores: - Sí, señor. Me llamo Dolores pero me dicen Loli.
Osvaldo: - Muy bien, mmm... Loli... Necesito que este fin de semana se encargue de sacar todas las cosas del anterior director del centro comercial y adecente mi oficina con todas mis cosas.
Loli: - Precisamente quería comentarle algo sobre el fin de semana. Verá... Yo antes trabajaba en el negocio familiar, una bodega de un pueblecito. Me acabo de mudar de mi pueblo a la ciudad al haber conseguido este trabajo y necesitaría un par de días para hacer la mudanza, buscar a un sustituto para la bodega y mudarme al nuevo piso... 
Osvaldo: - Señorita Dolores, deje de contarme su vida. ¿Quiere realmente este trabajo?
Loli: - Sí, por supuesto.
Osvaldo: - Entonces será mejor que deje de anteponer sus necesidades personales y centre todos sus esfuerzos y tiempo en las necesidades de esta empresa. De lo contrario, mal empieza... Tiene 24 horas para convertir este cuchitril en mi despacho...
Loli:  Sí, señor Borghetti...
Lilu: - ¡Abuelo!
Don Ernesto: - Mi querida Lilu... Te ha quedado realmente preciosa la boutique. Sabía que conseguirías levantar un nuevo negocio por ti misma. No necesitas a nadie como socia... Y estás ta guapa...
Lilu: - ¡Abuelo! ¡Qué alegría verte! Pasa y te enseño el interior...
Lilu: - ¿Entonces te gusta?
Don Ernesto: - Es impresionante. Tienes un gusto exquisito para los diseños... Siempre lo has tenido, por esta razón he estado pensando en ti para proponerte algo que creo que puede ser una gran oportunidad para ti... 
Lilu: - ¿De qué se trata, abuelo?
Don Ernesto: - He comprado el cincuenta y cinco por ciento de las acciones del centro comercial Clickelt. Yo ya estoy mayor pero necesito que ese negocio funcione. Para ello necesito a alguien de mi total confianza que se ponga al frente y creo que tú eres la persona más indicada.
Lilu: - ¿Al frente de Clickelt yo? Abuelo, yo no tengo experiencia en una empresa tan grande e importante... No sabría por donde empezar...
Don Ernesto: - Lilu, confío plenamente en ti. No quiero dejar el negocio en manos del otro inversor extranjero que tiene el 45% ... Sé que tú puedes hacerlo. De todos mis nietos eres la única que ahora mismo está en situación de poder tomar el mando. Wen está demasiado ocupado con lo de su próxima paternidad. Sus tiene bastante con la juguetería y criar a sus niños y ese marido que es como un niño más. Lulú está volcada en la discográfica de vuestro padre y Willy aún es demasiado joven. Además la mayor parte del centro comercial se dedica al sector textil y en eso tú eres la mejor. Lilu hazlo por mí, por el apellido Pérez y por ti misma. Esto es un reto que estoy seguro de que sólo tú puedes conseguir.
Lilu: - Abuelo... gracias por confiar en mí. Lo haré. Por ti, por toda la familia y por mí misma. Demostraré de lo que soy capaz, sí.
Sebastián: - Ya no puedo más... Llevamos horas caminando y no hay ni rastro de vida humana, de las pirámides ni del pueblo. Creo que nos hemos perdido y estamos dando vueltas en círculo...
Carbón: - Guauuuu
Sebastián: - ¡Qué ven mis ojos! ¿Un oasis? ¿Estaré soñando? ¿Acaso es aquello una ilusión?
Egipcia: أحلى صباح
Sebastián: - Disculpe, no entiendo. ¡Agua!
Egipcia: - ¿Wensulano?
Sebastián: - No, clisandés... Al lado de Wensuland.... ¿Hablas mi idioma?
Egipcia: - Sí, mi hermano se casó con una extranjera y se fue a vivir a Wensuland durante un tiempo. Después esta lo dejó y volvió. Me enseñó vuestra lengua... Me llamo Bastet. Me gusta tu perfume... 
Sebastián: - Pues no sé como lo hueles, mezclado con mi sudor... Llevo horas caminando... Creo que nos hemos perdido. Por favor, Bastet, estamos sedientos. ¿Podrías darnos agua de ese pozo?
Bastet: - Sí, toma...
Sebastián: - Bendita agua...
Sebastián: - Estoy sudando. Necesito refrescarme un poco la cabeza...
Bastet: - ¿A dónde te diriges?
Sebastián: - Hacia Nagara. Soy escritor y estoy investigando acerca de los sethines, una secta que ahonda sus raíces en la antigua cultura egipcia y que actualmente unos pocos profesan. Leí una noticia sobre un asesinato ligado a esta secta y quiero tener más documentación para escribir mi novela. ¿Podrías indicarme el camino hasta Nagara? 
Bastet: - Haré algo mejor. Te llevaré hasta allí...
Sebastián: - Eres muy amable pero no tengo con qué pagarte...
Bastet: - No importa. Precisamente me dirigía a allí. No queda demasiado lejos. Además existe una antigua ley del desierto, por la que tenemos que ayudar al que se encuentra perdido. Sube al camello.
Mientras tanto en la ciudad...
Diamante: - ¿Es aquí?
Dante: - ¡Sí! 
Pradito: - ¡Aquí es!
Suselle: - ¡La nueva tienda de chuches!
Diamante: - ¿Seguro que vuestra madre os dijo que podíais merendar chuches?
Dante: - ¡Por supuesto! Dijo que saldría tarde. No querrás que muramos de hambre hasta la hora de la cena...
Suselle: - Mamá tiene que hacer inventario en la tienda... 
Pradito: - El último que llegue tiene cara de morcilla...
Diamante: - ¡Esperad! ¡No corráis! ¡Que yo no tengo cara de morcilla!
Niños: - Jajajajajajajajajajajaja
Diamante: - Bienvenido a la tienda de dulces... Mmmm... Chuches... Se me hace la boca agua...
Ximena: - Lalalalala... ¡Qué tranquilidad, señor Agripino! Estoy feliz con este nuevo negocio, rodeada de dulces y de niños encantadores... ¿Usted también, señor Agripino? Lo he puesto en realidad por usted. Sus vicios me salen cada vez más caros. A ver cuando deja de fumar esos cigarrillos de chocolate, aquí no le permitiré que los robe... Buenas tardes, pasad... ¿Qué queréis, niños?
Dante: - ¡Yo quiero pica pica y peta zeta!
Suselle: - ¡Y yo nubes y besitos!
Pradito: - ¡Yo una piruleta y chicle de natillas!
Ximena: - ¡Orden! ¡De uno en uno!
Diamante: - Pon también de aquellos caramelos y chupa-chups... y de aquellos otros... Mmmm... chuches...
Bastet: - El desierto es peligroso para aquel que no ha crecido en estas tierras...
Bastet: - Al espíritu del desierto no le gustan los forasteros... por eso tiende trampas y la mayoría se pierden en él...
Dante: - Yo me pido esta piruleta y este coche... Y los caramelos de lima...
Suselle: - ¡Ehh! ¡Te estás pasando! ¡Se lo voy a decir a papá!
Pradito: - ¡Deja eso! Hay que hacer un reparto justo, como los piratas con su botín... 
Sus: - ¡Pero qué es todo esto! ¡Diamante, ¿has permitido comprarle a los niños todas estas chucherías? ¡Y dándole gominolas a Pandy! ¡Conforme está de tremendo! El veterinario dijo que tenía que hacer dieta... 
Pandy: - ############### # (= ¡Ay, que me han pillado! Sólo fue una gominola, Sus...)
Sus: - Ahora me diréis que no queréis espinacas ni pescado para cenar...
Dante: - Mamá, un día es un día...
Pandy: - ########## (=Eso, Sus... Un día es un día)
Suselle: - Sí, mamá. Hacía mucho que no tomábamos chuches y tu amiga Ximena ha abierto una tienda nueva en la ciudad... ¡Es supercuqui!
Pradito: - Las racionaremos para varios días...
Suselle: - Vais a necesitar una revisión de vuestras bocas...
Sus: - Y tú ahí tirado en el sofá en vez de tener la cena ya lista. Yo no puedo más. Todo en esta casa es para mí y encima yo soy la mala... Te vas encargar tú de pedir la cita al dentista y de llevarlos cuando toque...
Bastet: - Ya hemos llegado al centro de Nagara... Aquí tienes la gran pirámide azul... Como puedes ver es una zona llena de turistas...
Sebastián: - Es impresionante... Como podrían hacer estas construcciones...
Sebastián: - Bastet, quiero agradecerte de algún modo tu ayuda... Has sido muy amable...
Sebastián: - Este es mi perfume. Es una fragancia que no encontrarás fácilmente por aquí... Quiero que lo tengas tú, en señal de mi agradecimiento. Aunque es una fragancia de caballero, pienso que le gustará a tu hermano o a tu prometido...
Bastet: - Sebastián, ¿por qué no escribes en vez sobre el desierto? Es un tema mucho más hermoso y menos peligroso que el de la secta...
Sebastián: - Sin duda, es un tema para una novela pero soy curioso por naturaleza y quiero acabar primero lo que empecé sobre los sethines.
Bastet: - Suerte entonces en tu investigación y con tu libro...
El mercado de Nagara rebosaba de vida... Comerciantes anunciando a voces sus productos y rebajas... Extranjeros buscando un recuerdo de su viaje o alguna curiosidad a buen precio.
Duclack y Ben llegaron allí al anochecer. Un coche privado los recogió en el aeropuerto y los acercó hasta la ciudad.
Ben: - ¿Te gusta?
Duclack: - Es un lugar lleno de vida... 
Ben: - A mí me encanta perderme en mercados como este puedes encontrar objetos únicos y conseguir verdaderas gangas si sabes regatear. Eso sí, ten siempre todos los sentidos en alerta y lleva tus cosas bien vigiladas... Los pilluelos y ladronzuelos abundan y les encantan los extranjeros despistados...
Sebastián: - La pirámide azul. Ese escarabajo es mítico. Este lugar me inspira tanto para escribir...
Sebastián: - Tengo que entrar a la pirámide... pero necesito dinero... Iré primero al museo.
Sebastián: - Vosotros aquí otra vez... ¿Pero cómo habéis llegado? Os dije que no os quería volver a ver...
Hafida: - ¿Qué le han hecho mis hijos?
Hafida: - No puede dedicarse a asustar a niños. Métase con alguien de su tamaño...
Sebastián: - Disculpe pero sus hijos están un poco asilvestrados, estaban apedreando a este perro...
Hafida: - ¿Es eso verdad, niños? ¡Cuántas veces os he dicho que los perros negros no son el demonio! Ya hablaremos en casa. Perdone... no querían molestarle ni a su perro ni a usted... Son sólo niños...
Sebastián: - Habla perfectamente mi idioma...
Hafida: - Sí, esta zona fue colonia de Wensuland y lo aprendí bien hace muchos años con un antiguo amor, mi primer amor... Pero no me entretenga más, al no ser que quiera hacerse una foto. Son sólo tres cleuros.
Sebastián: - No, foto no quiero... No tengo dinero. Pero... ¿Podría indicarme dónde está el museo?
Hafida: - No quiere foto pero sí que le haga de guía turística gratis.... Allí tiene la oficina de turismo. Quítese de en medio, por favor. Me está espantado a los clientes.
Sebastián: - Las clacks de aquí sois clacks de carácter... 
Hafida: - ¡Está bien te indicaré! Pese a todo, me has caído bien... Me recuerdas con ese acento a mi primer amor...
 Hafida: -Tienes que seguir recto esa calle y al girar a la derecha, a la vuelta encontrarás el museo.
 Hafida: - No tiene perdida.
 Sebastián: - Gracias... Una pena que no pueda pagarte esa foto. Hubiera sido un bonito recuerdo...
 Hafida: -Te la regalo, anda. Ponte... Niños, sacadnos bien.

 Sebastián y Hafida pusieron la mejor de sus sonrisas.
 Sebastián: - Muchas gracias por todo...
Unas horas más tarde...
 Sebastián: - Menudas callejuelas, esta ciudad parece un laberinto más bien...
Sebastián: - ¿Por qué será que tengo la sensación desde que he salido del museo de que alguien me sigue?
 Sebastián: - ¡Auch!
Uno de los dos clicks con el rostro oculto agarró a Sebastián de los hombros y lo arrastró después de que el otro con la porra con la que había golpeado a Sebastián aún en la mano, le dijera algo...
 ¿Quiénes eran? ¿Cuál sería el destino del pobre Sebastián?

                                                               CONTINUARÁ...



1 comentario:

  1. Un capítulo con todos los ingredientes para mantenernos enganchados, ¡me encanta! Hay muchas cosas a resaltar ,a ver si me acuerdo de todas.

    Sebastián busca información para su libro, pero parece información peligrosa y creo que es eso lo que le ha traído problemas. ¡Espero que se encuentre bien! Carbón me encanta, sin pretenderlo, tiene un nuevo gran amigo, fiel y que lo cuida. Me encanta la foto en la que duermen juntos. Se encuentra con dos clacks de carácter, Bastet y Hafida. La vida de Hafida sigue siendo la misma, pero con cambios muy significativos. ¡Tiene cuatro hijos! En su casa no tienen tele jajaja. Son muy revoltosos, mucho más que Dante. Se creían que el pobre Carbón era el demonio jajaja. Al final Hafida lo ayuda, si es que es muy buena chica, y encima le regala la foto. Ha sido maravilloso volver a ver a Hafida, saber de ella. La teníamos muy olvidada y merecía volver y avanzar, como hacen todos los personajes.

    Me encanta también la parte de la tienda de chuches. A Ximena le queda perfecto el puesto, es ideal para ella. Encima, acompañada por su querido Agripino, que por lo visto es adicto a los cigarrillos de chocolate jajaja. Diamante es como un niño más, comprando chuches y comiendo, aunque es verdad que los niños lo engañan como quieren, pobre jajajaja. Cuantas chucherías, hasta a mi me entran ganas de comerme alguna, tienen una pinta espectacular. Sus les mete la bronca, no me extraña jajaja, encima Pandy también come chuches, con lo gordo que está jajajaja. Se le nota un poco cansada, del trabajo y la casa.

    Lilu al frente del negocio, ayudando a su abuelo. Esto puede dar lugar a situaciones muy divertidas, a ver como encaja Osvaldo su incorporación. Parece un click muy severo, a la pobre Loli le pone las pilas en un momento. Y Kim como siempre, a lo suyo. Tengo que decir a su favor, que la diadema le queda genial. Renzo parece que sigue enamorado de ella, aunque ya con las preocupaciones de la vuelta al instituto/colegio.

    Duclack y Ben hacen buen equipo, y seguro que Ben le ayuda en todo lo que pueda. Se conoce bien la zona y tiene muy buenos amigos, como Hafida. De momento se están acercando, aunque ya veremos si consiguen dar con él. El mercado es precioso, no le falta detalle, es una delicia mirarlo detenidamente.

    Me lo he pasado pipa leyendo este primer capítulo, ¡que siga prontooooo!

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