domingo, 14 de octubre de 2018

Sebastián (Temporada II): Capítulo 2 - Viejos amigos

Duclack y Ben se perdieron por los puestos del zoco de la ciudad. Para Duclack todo aquello era nuevo. Se alegraba de que Ben estuviera allí. Él se movía por allí como pez en el agua y le daba la seguridad de un padre.
Ben: - Las frutas que traen son deliciosas. Pero mira como estafan a los turistas doblándoles el precio.
Ben: - Hay muchos souvenir sobre el tema de los egipcios. Los turistas quieren llevarse un recuerdo de su visita a las pirámides.
Ben: - Voilà! ¿Qué tal me queda?
Duclack: - Un auténtico faraón, jajajaja.
Ben: - ¿Cuánto?
El vendedor hizo un gesto con la mano para indicar que eran tres monedas pero su mujer le echó una mirada y subió dos dedos más pidiéndonos cinco monedas.
Ben soltó el souvenir del faraón en la misma caja que lo había cogido.
Ben: - No hay trato.
Vendedor: - ¡Barato! ¡Barato! ¿Cuánto dar?
Ben: - Un cleuro.
Vendedor: - Nooo...
Al vernos alejarnos, el vendedor nos llamó.
Vendedor: - Tres
Ben aceptó el trato y después de pagarle, echó su nueva adquisición a su bolsa.
Ben: - Esto para mi nieto Dante. Seguro que le hace ilusión.
Ben se entretuvo de nuevo en un puesto propiedad de una bella clack. Ben, a su edad, seguía siendo un gran seductor y las clacks difícilmente se resistían a su sonrisa y esos ojos profundos de mirada intensa.
Al ver mi cara de impaciencia, se despidió de ella, no sin antes guiñarle un ojo.
Si hubiera ido por otros motivos, me habría encantado entretenerme más detenidamente con todos aquellos objetos de artesanía local. Pero en mis pensamientos sólo estaba Sebastián. Aquel lugar era inmenso y no teníamos ni una pista. ¿Por dónde podríamos empezar a buscar?
Ben preguntaba y enseñaba a todos los vendedores un dibujo de Sebastián que él mismo había hecho. Pero nadie parecía recordarlo. Por aquel lugar pasaban tantos turistas a lo largo del día que era imposible retener en la memoria uno más.
Ben: - Antes de seguir buscando, tenemos que cubrir nuestras necesidades básicas. Podemos comprar algo de fruta para cenar y llevarla al hotel. Hay uno por aquí cerca que está bastante bien. Solía llevar a mis conquistas a él y les encantaba...
Aunque mi última preocupación era comer en ese momento, entendí que Ben podría ayudarme mejor si no desfallecía de hambre, así que compramos en un puesto de verduras, frutas y dulces.
Ben: - Estas manzanas están deliciosas.
Duclack: - ¿Son de esta zona?
Ben: - No, estas son importadas.
Mientras tanto en la ciudad Lilu, acudía a las oficinas de Clickvelt muy enfadada. El socio de su abuelo había empezado a tomar decisiones de manera unilateral. Si no lo paraba a tiempo y sacaban la nueva colección de otoño-invierno tal y cómo estaba planeado, todo apuntaba a que sería un terrible fracaso para la empresa.
Lilu: - Quiero hablar con el señor Borghetti.
Loli: - Lo lamento pero el señor Borghetti se encuentra reunido y no puede atender a nadie. Si quiere puedo darle cita... Veamos su agenda... Hmm... la semana que viene tiene un hueco...
Lilu: - No pienso esperar. Quiero verlo ahora y voy a entrar.
Loli: - ¡Pero...!
Cristina: - Osvaldo... Es tan excitante este despacho nuevo...
Lilu: - ¡Señor Borghetti!
Osvaldo: - ¡Upps!
Lilu: - ¿Tú?
Osvaldo: - ¡La clack de la boutique! Disculpe, ¿mi secretaria no le avisó de que estaba ocupado?
Lilu: - Ya veo cuáles son sus ocupaciones y mientras tanto la empresa se hunde.
Osvaldo: - No entiendo. ¿Qué interés tiene usted en mi empresa?
Lilu: - Su empresa es mi empresa también. Soy la nieta de Ernesto Pérez y me ha traspasado todos los poderes, para que me haga cargo de Clickvelt.
Osvaldo: - Cristana, déjanos solos, por favor.
Cristina: - Vaya, ahora soy yo la que está de más...
Lilu: - Le advierto una cosa, señor Borghetti, no pienso permitir que arruine el negocio en el que mi abuelo ha puesto mucho más que su dinero, puso sus sueños.
Osvaldo: - Le aseguro que yo tengo tanto o más interés que usted en que esto funcione.
Lilu: - Pues entonces no entiendo, por qué ha permitido que salga esa antigua colección de otoño-invierno. ¿Se ha fijado por un momento en esa ropa? ¡No hay clack que se vaya a poner eso!
Osvaldo: - La verdad es que di la orden, porque no había tiempo material de preparar otra. Este negocio no puede permitirse parar. Pero estaré encantado de escuchar sus propuestas y tal vez podamos lanzar en un mes una nueva colección.
Nut: - ¡Quítate de aquí! ¡Este es mi sitio! ¡Y tus críos me están robando a los turistas!
Hafida: - Yo llegué antes. No pienso moverme. ¡Es mi lugar!
Nut: - Pues llévate entonces a toda tu prole mugrosa.
Hafida: ¡Mis hijos no son mugrosos! ¡Retira tus palabras!
Nut: - ¿O si no qué? No sólo no las retiro, sino que además las reitero. Son tan mugrosos y pordioseros como tú.
Hafida: - ¡Te vas a enterar!
Hafida: - ¡Mugrosa tú! ¡Sucia!
Nut: - ¡Perra salvaje!
Duclack: - ¡Una pelea!
Ben: - ¡Hafida!
Nut: - ¡Te voy a destripar a ti y a todos esos críos!
Hafida: - ¡Mala víbora del desierto!
Ben: - ¡Basta ya! 
Duclack: - ¡Es suficiente! Mira quien viene por allí.
Nut: - ¡Los guardias!
Duclack: - Será mejor que te vayas...
Ben: - ¡Hafida!
Hafida: - ¡Ben!
Ben: - ¡Cuánto tiempo sin verte! Sigues siendo la fierecilla salvaje que me enamoró.
Hafida: - ¡Mi querido Ben! ¡Qué alegría!
Hafida: - Mira, Ben. Tengo que presentarte a alguien... Niños, este señor fue un amigo muy especial de mamá, podéis llamarlo tío Ben.
Hafida: - Ellos son mis cuatro hijos: Akil, Badru, Fadil y Anat.
Ben: - Simbat y tú no habéis perdido todos estos años. ¡Qué manera de procrear!
Duclack: - ¡Hafida! ¿Te acuerdas de mí? Soy Duclack.
Hafida: - ¡Duclack! ¡Claro que sí! La intrépida pirata amiga de los hijos de Ben.
Hafida: - ¿Ben y tú...? ¿Estáis juntos?
Duclack: - ¡No! ¡No! ¡Juntos pero no revueltos! Hehehe
Ben: - A Duclack no le gustan los maduritos, por eso es inmune a mi talento seductor. Aparte de que ser amiga de mi hijos, hace que la vea con ojos de niña y su padre no me lo perdonaría... Aunque no estaría mal después de haberse llevado a mi exmujer, ¿qué dices, Duclack? ¿Me das una oportunidad?
Duclack: - No le hagas caso. Es un bromista. Pero sí es verdad que es como un padre para mí.
Badru: - Mamá, se ha roto la cámara.
Hafida: - Vaya... con lo difícil y caro que es conseguir un objetivo como este. Todo por culpa de esa...
Ben: - Déjame ver... Esto te lo arreglo yo...
Hafida: - Muchas gracias, Ben.
Ben: - Vamos a buscar si tienen habitación libre en el hotel de aquí al lado. Pero más tarde podemos quedar y lo miro más despacio.
Hafida: - ¿Hotel? Ni hablar. No permitiré que os alojéis en un hotel teniendo mi casa. Os venís conmigo. Además Simbat se alegrará mucho de veros.
Ben: - No sé si realmente se alegre tanto de verme... Pero no puedo rechazar tu hospitalidad. Sé que es sincera.
Simbat esperaba en casa. Divisó a su mujer con los niños y dos forasteros a lo lejos. Habían pasado muchos años pero siempre su corazón seguía guardando algo de celos por Ben. No le hizo mucha gracia reconocerlo.
Los miró con preocupación.
Hafida: - ¡Simbat! Mira a quién he encontrado por el zoco.
Niños: - ¡Papá!
Simbat: - Mis pequeñas joyas del desierto... Pasad y lavaos las manos.
Simbat: - Ben Rosales, ¿qué te trae por estas tierras?
Ben: - ¡Placer, mi querido Simbat! ¡Siempre placer por la aventura y amor por esta tierra! Te conservas igual de vigoroso que siempre. Menuda fuerza al estrecharme la mano...
Simbat: - O tú estás más debilitado por los años. Se te ve más anciano.
Hafida: - Ella es Duclack, una amiga de la familia de Ben, está buscando a su mayordomo que ha desparecido. Ambos se quedarán con nosotros el tiempo que sea necesario.
Duclack: - Encantada, Simbat y gracias por vuestra hospitalidad.
Simbat: - Nuestro hogar es muy humilde pero sentirlo como vuestro. Pasad. Os preparemos algo para cenar.
Simbat: - Este té es una receta tradicional que me enseñó mi abuela. Es un poco fuerte.
Ben: - Has tenido suerte. Se te rompe esta lupa y el arreglo te hubiera costado un montón. Esto ya está arreglado.
Hafida: - ¡Gracias Ben!
Akil: - ¡Lo ha arreglado! ¡Cuánto sabe el tío Ben!
Simbat: - La experiencia, hijo. Cuando tú tengas sus años y hayas vivido todo lo que él, serás sabio también. 
Simbat: - ¿Y sabéis por dónde empezaréis a buscar?
Duclack: - No, en el aeropuerto preguntamos pero nadie nos dio ninguna pista fiable.
Simbat: - Si tu mayordomo estaba escribiendo un libro, podría querer algunos testimonios locales.  Quizás busque algún guía local...
Duclack: - ¡Es una gran idea, Simbat! Preguntaremos a los guías de las pirámides.
Diamante: - ¿Qué te sucede, Sus? Llevas días un poco extraña.
Sus: - Estoy preocupada por Duclack. No debería haber hecho ese viaje tan largo sola y en su estado...
Diamante: - ¿Su estado? ¿Hay algo que tú sabes y qué yo no?
Sus: - No... en realidad sólo es una intuición mía... Pero dejémoslo mejor...
Diamante: - Sus, Duclack sabe cuidarse perfectamente. No te preocupes por ella: estará bien. Y los niños están encantados de tener a Pradito en casa. Sí, la verdad es que esa niña tan pizpireta se ha ganado un hueco en nuestros corazones. Cuidaremos de ella el tiempo que haga falta.
Duclack: - ¡Uhhs!
Duclack: - Ainss...
Duclack: - Sebastián... no puedes desaparecer de mi vida precisamente ahora. Tengo que encontrarte y decirte lo que me está pasando...
Hafida: - Hmmm
Hafida: - ¿Duclack, te encuentras bien? Saliste como un rayo.
Duclack: - Sí, lo siento... sólo fue una indisposición. Debe ser por el cambio de comidas...
Hafida: - Duclack, he sido madre de cuatro hijos. A mí no puedes engañarme... Lo he notado en cuanto te he visto y me lo han corroborado tus gestos y esto ahora... ¿Estás embarazada?
Duclack: - Yo... ¡Ay, Hafida!
Hafida: - Puedes confiar en mí.
Duclack: - Yo... tengo un retraso en mi periodo... Realmente no lo sé... No he ido a ningún médico para confirmarlo. Pero mi cuerpo me está mandando señales continuamente...
Hafida: - ¿Tu mayordomo es el padre? No contestes si no quieres...
Duclack: - Sí, pero hace tiempo que es mucho más que mi mayordomo. Amo a ese click, por eso necesito encontrarlo y hablar con él para saber si él siente lo mismo y saber qué debo hacer. Estoy muy asustada pero feliz con la idea de que una vida crezca en mi interior, un trocito mío y del click que más quiero.  Por favor, Hafida, no digas nada a nadie de esto. Yo... prefiero mantenerlo aún en secreto, hasta que lo confirme y hable con él...
Hafida: - No te preocupes. Tu secreto está seguro conmigo. Mañana te prepararé una infusión que a mí me iba genial en cada embarazo para evitar esas nauseas tan molestas.
Duclack: - ¡Gracias!
Dormimos un poco apretados pero nos apañamos bien. La casa de Hafida era muy pequeña pero su corazón enorme.
Ben prefirió pasar la noche a raso en la entrada de la casa, decisión con la que Simbat estuvo muy conforme. No hubiera soportado tenerlo pegado a Hafida.
Al día siguiente en la ciudad los alumnos de secundaria empezaban el curso. Este año por orden de la consejería de educación los mayores empezarían antes que los de primaria.
Se hacían corros a la entrada del instituto. Algunos alumnos llevaban más peso en sus mochilas que lo que pesaban ellos mismos.
Algunos iban con sus bicicletas.
Renzo se había levantado muy temprano para poder recoger a Kim en la puerta de su casa. Su barrio le pillaba en la otra punta de la ciudad. Pero Kim no parecía agradecerlo y estaba disgustada por empezar las clases, por lo que se pasó todo el camino protestando por todo.
Willy: - ¡Ey, chicos! Pensaba que vendrías con nosotros como siempre. Te estuve esperando.
Renzo: - Ya le dije a Jorgito que no podía. Fui a recoger a Kim.
Willy: - Jorgito como siempre llegó tarde. Me lo imaginé al ver que no llegabas.
Manolete: - ¿Preparados para otro apasionante curso?
Kim: - Este año haré yo misma el casting de animadoras. El año pasado no pude y se nos metió cada cardo en el grupo...
Manolete: - Pues a mí me parecían todas guapísimas.
Junior: - ¡Ey, espabila! Como sigas mirándola así, Renzo se va a dar cuenta.
Jorgito: - ¡Ehh! ¡Qué dices! ¡No miro a nadie! (Es tan guapa... Parece una diosa con esa diadema rosa...).
Irene: - Hola, ¿eres profe? 
Olga: - ¡Sí! ¿Nueva también?
Irene: - Sí... Me adjudicaron ayer la vacante.
Olga: - Como a mí, para todo el curso.
Irene: - Estoy perdida.
Olga: - Sigamos a la gente y entremos.
Jorgito: - ¡Oh no! ¡Sigue estando el don Pimpón!
Junior: - ¡Caya, te va a escuchar!
Manolete: - Ojalá este año no nos toque.
El autobús escolar llegó con más alumnos de los pueblos cercanos.
Don Pimpón: - Buenos días, os veo con cara de perdidas. ¿Nuevas compañeras?
Irene: - ¿Eres profesor también?
Don Pimpón: - Evelino Calero, profesor de matemáticas.
Irene: - Yo, Irene de francés.
Olga: - Y yo me llamo Olga, de plástica.
Irene: - ¿Nuevo también?
Don Pimpón: - No, yo me saqué la plaza a la primera. Llevo en este centro desde... ni recuerdo el año. Hace muchísimos años.
Irene: - ¡Oh, qué suerte!
Olga: - Ya sabemos entonces quién nos va a guiar.
Irene: - Cada vez vienen más cargados de libros.
Olga: - Sí, convendría que trajeran más espacio abierto en sus mentes y más ligeras sus mochilas...
Manolete: - Oye, Kim. Sigue en pie lo de la finca de mi padre, ¿eh? Cuando quieras y te apetezca, preparamos algo allí.
Kim: - Genial... Estaría bien una fiesta para inaugurar el curso. La de cumpleaños de Renzo fue mítica....
Willy: - ¡Emma!
Emma: - ¡AHHHHH!
Willy: - ¡Te tengo!
Emma: - ¡Perdón! ¡Soy tan torpe!
Willy: - No pasa nada. Te he salvado, ¿eh?
Emma: - Gracias.
Willy: - ¿Pero qué haces aquí? ¿Vas a venir a mi instituto?
Emma: - Sí... Mi padre me ha traído a vivir con él a la ciudad... Estoy muy nerviosa. Todo es nuevo para mi. La ciudad... este instituto tan grande... y no conozco a nadie.
Willy: - No te preocupes por nada. Ahora ya me conoces a mí. Yo te enseñaré todo y te presentaré a mis amigos. A Renzo y a Kim ya los conoces.
Emma:- Willy... eres tan amable...
Willy: - Haría lo que fuera por ti... ejem... Quiero decir... que somos amigos, ¿no?
Emma: - Sí. ¡Qué suerte que vengas a este instituto también!
Hafida: - ¿Qué tal has descansado? Espero que los niños no te hayan molestado mucho con su patadas...
Duclack: - Bien, aunque estrechos, caí frita enseguida. Tengo el sueño pesado.
Hafida: - Toma esto, te irá bien.
Ben: - ¡AHHH! ¡Yo he dormido como un lirón!
Hafida: - Tus ronquidos retumbaban en toda la casa.
Ben: - ¿Preparada para un día intenso de búsqueda?
Duclack: - ¡Empecemos!
Hafida: - Llevad cuidado, amigos. Yo estaré por la zona de la pirámide azul trabajando. Si necesitáis cualquier cosa...
Niños: - ¡Suerte!
Ben: - ¿Qué es eso?
Duclack: - ¿Ese papel? Parece una instantánea de turistas perdida...
Duclack:- ¡Son Sebastian y Hafida! ¡Eso quiere decir que ha estado por aquí y que Hafida conoce a Sebastián!
Duclack: - Sebastián anduvo por este zoco...
Duclack: - Ahora estoy segura de ello... ¿Pero cómo perdió esa foto?

Duclack: - Sebastián...
Duclack: - ¡Un momento!

Duclack: - ¡Es su mochila!
Ben: - ¿Estás segura? Puede haber miles de mochilas iguales.
Duclack: - ¡Sí! ¡Es su mochila! Tiene el mismo siete cosido por él al lado del bolsillo y su S bordada en el lateral! ¡Y ese es su saco de dormir!
Duclack: - ¿Dónde está? ¿Qué has hecho con él? ¡Llamaré a la policía!
Ben: - ¡Duclack, cálmate! Déjame a mí.
Ben interpeló a la mujer asustada por mis gritos en un idioma que desconocía.
Ben: - A ella le dio la mochila su marido. Pero creo que esconde algo. Mira su colgante. Esta mujer pertenece a la secta de los sethines.
Rosarillo: - Muy bien, ¡silencio todo el mundo! ¡Bienvenidos a este nuevo curso, alumnos nuevos y veteranos! A continuación iré presentando al tutor de cada grupo e iré nombrando alumno por alumno para cada clase. Cuando os nombre subiréis en fila y en silencio detrás de vuestro tutor. 
Blablablablablablablablabla.
Don Pimpón: - Shhhhhhhhhhh... Jorge López y sus amiguitos. No empecemos mal el primer día.
Junior: - Se acuerda de tu nombre...
Manolete: - ¿Willy, si nos toca en la misma clase nos sentamos juntos?
Willy: - Lo siento pero Junior me lo ha dicho antes.
Manolete: - A ver si podemos juntar tres mesas...
Junior: - Shhh... Nos está mirando el director.
Rosarillo: - ¡¡¡¿Hablo chino?!!! ¡SILEEEEEENCIO ABSOLUTO! El primero que respire está castigado hasta Navidad.
Rosarillo: - Así me gusta. Os presento a la señorita Doña Puri. Ella va a ser la tutora del grupo de 3ºA. Paso a nombrar a sus alumnos...
Rosarillo: - Julia García Moreno... Elena González Sánchez...
Rosarillo: - Y ahora pasamos a Doña Irene Velasco. Será la tutora del grupo de 3ºB...
Renzo: - Fffff... nos hemos librado de doña Puri...
Willy: - Esta tiene cara de buena. A ver si tenemos suerte...
Kim: - Pues a mí me parece todo lo contrario. Yo quiero que me toque de tutor el profe de Educación Física. Me encanta ese click...
Rosarillo: - Jorge López Campos, Junior Pantano Encantado, Renzo Parra Vicario, Willy Pérez García, Manolete Rojo Fresa, ...
Duclack: - Mira Hafida. Hemos encontrado esto. Este es Sebastián. 
Hafida: - ¡Ahora lo recuerdo! Sí, ese joven regañó a mis hijo. Conversamos un momento, me preguntó una dirección. Después le regalé esta foto. ¡Qué mal ha cuidado de ella!
Ben: - Tememos que le puede haber pasado algo. 
Hafida: - ¡Me preguntó por el museo! ¡Ahora lo recuerdo! ¡Quería ir al archivo!
Guía turístico: - Maldito perro, todo el santo día aquí. Parece que espera a alguien. ¡Fuera chucho! 
Ben: - Tenemos que ir a ese museo. Allí está el mayor archivo histórico de la ciudad.
Duclack: - ¡No hay tiempo que perder entonces!
Ben: - ¡Corre, Duclack!
Mientras tanto muy cerca...
Mmnmnnmmnm
Mmmnmnmnnmmm
                                             CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. No me canso de mirar las fotos del mercado, son preciosas. Hay fruta importada, como es lógico, lo digo por el que ha tenido que hacer su puntualización en Instagram grrr. Que gracioso Ben con el "gorro" de faraón jajaja. Ben sabe recatear muy bien. Es muy ligón, no cambia en ese aspecto, a pesar de tener novia, no es nadie jajaja. Menos mal que Duclack ya sabe como es. Además de bromista, me he reído mucho cuando Hafida se piensa que son novios. Me encanta que Hafida tenga su papel en la historia, y que salga Simbat. Inma, es que los conoces tan bien, es como si yo mismo lo escribiese. Sabes como piensan, captas su esencia. Simbat se comporta así cuando aparece Ben, le tiene un poco de manía, y de celos. Las fotos todos en la mini casa, durmiendo tan pegados me encanta. Mira que lo pensé, que si se quedaban a dormir estarían apretujados, y así ha sido jajaja. Es un capítulo importante, ya que se hace realidad la posibilidad de que Duclack esté embarazada. Hafida no es tonta, y sabe interpretar los síntomas. Me gusta mucho que la escuche y la intente ayudar. Ayy, ¡Sebastián debe saber que será padre! Menuda angustia debe haber pasado Duclack al descubrir la mochila de Sebastián a la venta, como un objeto cualquiera. Menos mal que Ben interviene y la consiguen recuperar. La escena en la que Sebastián está amordazado en ese lugar tan oscuro da miedo y pena por él, con lo bueno que es.

    Osvaldo y Lilu empiezan muy mal. Lilu lo pilla con su secretaria en esa postura. No se ve nada más, pero da mucho que pensar y quieras o no, piensas mal. Además, con lo de sacar una colección de otoño pasada para Lilu es un gran error. A ver que ocurre a continuación, por el momento parece que muy bien no se van a llevar...

    Y por último el primer día de clase. He de decir que adoro esa escuela, ¡es preciosa! Con esos grafitis, esos colores, las paredes...me encanta. Rosarito tiene mucho carácter jajajaja, pero es que le pega muchísimo el trabajo y me gusta verla ahí. Por cierto,Don Pimpón es un click chulísimo, ideal como profesor. Al principio pensaba que lo llamaban así como mote, Don Pimpón de Espinete jajaja, pero luego he visto que no es así. Soy fan de Irene, es un custom precioso y creo que puede dar mucho juego. Ay, y el encuentro entre Willy y Emma es precioso. Me da pena que la otra (no recuerdo su nombre) se queda mirando la escena. Esto huele a conflicto...

    Un capítulo maravilloso, me lo he pasado pipa. No tardes en colgar otro, pleaseeee.

    ResponderEliminar