Chino Juan: - Nos espela un lalgo día, Duclack.
Duclack: - ¿Llevamos el almuerzo?
Chino Juan: - No selá necesalio... Ya comelemos algo pol ahí... El ayuno hace más fuelte...
Después el maestro echo a correr y Duclack salió detrás de él.
Duclack: - ¡Maestro! ¿A dónde vamos?
Chino Juan: - ¡No pleguntas! ¡Sígueme!
Duclack: - ¡Espereee!...
Llegaron hasta una zona de rocas escarpadas. Duclack sentía pinchazos en sus pies descalzos pero el maestro la instaba a concentrarse en su respiración nada más. La brisa y el olor a mar le hacían olvidar el dolor físico.
Chino Juan: - ¡Vamos, Duclack!
Duclack: - ¿Por qué se llama así, maestro?
Chino Juan: - ¿Ves cabeza enloscada de dlagón abajo? Dice la leyenda que hasta este lugal llegó un glan dlagón que osó desafíal al espílitu del hăi. Este lo cublió con su manto de aguas conviltiéndolo en piedla...
Duclack: - Fue un ingénuo al desafiar a una fuerza incontrolable como el mar... En mi vida pirata he tratado mucho con el hăi o mar y sé que es hipnótico y bello pero también muy peligroso...
Chino Juan: - Mmm... Dlagón conquistó al miedo. Antes de entlar en la cueva, halemos unos ejelcicios de lesistencia en esa arena...
Chino Juan: - ¡Mente en blanco! ¡Lelajación!
Más tarde ambos se refrescaron en el agua que les cubría más allá de la cintura.
Duclack: - ¡Qué fresquita!
Chino Juan: - Estas aguas tienen plopiedades culativas. Aplovecha, Duclack y lelajate...
Después del baño y de secarse, díscipula y maestro se introdujeron en el interior de la gruta ...
Chino Juan: - ¡Cuidado con los desplendimientos!
Duclack: - Sí, maestro, ¿vamos a meditar?...
Chino Juan:- ¡Natulaleza tenel fuente de plovisiones!
Chino Juan: - ¡Tlanquila!
Allí el maestro siguió con sus enseñanzas. Duclack lo escuchaba atentamente y aprendía técnicas nuevas para vencer a sus enemigos y mirar a sus propios miedos cara a cara para superarlos. Sentía que sus palabras le llenaban más que cualquier tipo de alimento, a la vez que servían de bálsamo para sus heridas...
Chino Juan: - ¡Mente en blanco!...
Duclack: - ¡No puedo hacerlo!
Chino Juan: - ¡Lánzate!... El miedo es la plisión del colazón... La expeliencia de supelal miedo es lo más glatificante que existe...
Duclack: - ¡Qué deliciosa sensación el respirar esta brisa marina!... Ahora entiendo a lo que se refería el maestro con la historia del dragón. Creo que es hora de conquistar mi miedo... ¡Debo volver a casa!
Con la puesta del sol regresaron al templo, tuvieron que hacer un último esfuerzo para subir las escaleras que conducían hasta él...
Duclack: - ¡Espereeee, maestroooo!
Esa misma noche ya en la cama Duclack después de mucho pensar tomó una determinación. Estaba decidida, al día siguiente abriría la misteriosa puerta prohibida del templo y descubriría lo que habría detrás de ella. No iba a sentir más miedo...
Continuará...