HCL 10: Atraco en el hotel

   Pinhead y Fune tenían todo listo para escapar con su botín. Pero el destino no permitiría que se fueran sin manchar de sangre las paredes hotel.

   

   Giusseppe y la señora Clayetana habían pasado una noche de ardiente pasión en el hotel. Ella había descubierto su falso moreno de bote. Giusseppe siempre se había cuidado mucho. Aunque ni el bote de bronceado más caro no se iba y guarreaba con el paso de las horas. Consideraba que un buen aspecto físico era fundamental para conseguir sus propósitos. Conseguirlos le habían llevado al lecho de esa anciana multimillonaria. Podría llegar a ocupar un puesto de peso en el hotel. Pero ahora por primera vez algo en su conciencia parecía removerse. Ella pareció adivinar que algo le angustiaba y le preguntó.

Clayetana: - ¿Qué piensas, rey?
Giusseppe: - Pensaba en... ¿Has visto esas nubes esta tarde? Yo creo que va a llover...
Clayetana: - ¿Hmm?

A Gaby le había tocado el turno de noche aquel día. Se lo había pedido así, para poder estudiar por la mañana. Estudiaba Derecho en la universidad a distancia y se acercaban los exámenes de septiembre. Estaba tan cansado, que acabó quedándose dormido plácidamente en su silla. Pero no estaba solo. Una sombra acechaba su sueño e interrumpio su bienestar.

La Fune: - ¡Necesito su ayuda, por favor! ¡Un murciélago ha entrado en la habitación!
Gaby: - ¿Eh?

La Fune: - Entró por la terraza. Abrimos porque hacía mucho calor y...
Gaby: - No se preocupe, señorita. Enseguida acabaremos con él...

Pinhead: - ¡Alto ahí! Contigo es con el que vamos a acabar...
La Fune: - Caiste...
Gaby: - ¿Qué está pasando aquí?¿Quién sois? ¿Qué queréis?

Pinhead: - Si sigues todas nuestras órdenes. No tendrás que temer por tu vida. Pero si no... estás muerto...
La Fune: - Ya has oído. ¡Abre esa caja fuerte ya!

  
 Gaby estaba muy nervioso. Nunca antes se había visto encañonado. Tecleaba sin éxito y sin dejar de temblar.

Gaby: - Pero yo no sé la combinación... Es la encargada la única que maneja la caja fuerte... 

   Al final la Fune nerviosa acabó reventando la puerta de la caja de una patada.
Pinhead: - ¡Vamos! ¡Echa ahí todo el dinero! ¡Deprisa!

   Gaby fue echando todas las monedas al cubo. Era  todo un manojo de nervios. La Fune no dejaba de increparlo ni Pinhead de apuntarle con esa pistola.

   
  Cuando terminó su tarea, le entregó el cubo a Pinhead. Todo parecía salir de boca para los dos malhechores.

   
   Pero entonces un imprevisto surgió. Busca, que se encontraba aquella noche de guardia también, acudió alertado por el ruido. 
Busca: - ¿Gaby? ¡Qué está pasando!

 

Pinhead no lo dudó. Apuntó y sonó en todo el hotel el escalofriante ruido del estallido de su revolver.

Clayetana: - ¡Ahh! ¿Has escuchado eso?

Clayetana: - Parecía un disparo...

    Los dos se quedaron callados intentado hacer oído. Se escucharon voces de la recepción.

Giusseppe: - Algo está pasando... Clayetana, no salgas de la habitación. Vístete...

Clayetana: - Sí, ya voy...

Giusseppe: - Yo voy a bajar. Si tardo demasiado, llama a la policía...

La Fune:  - ¡¿Qué has hecho?! ¡Estás loco! ¡Lo has matado!

Pinhead: - ¡Maldita sea! ¡Le di a la cabra también! No podemos dejar testigos. Encárgate de ese. 

        La Fune apuñaló a Gaby y salió corriendo.  

La Fune: - El disparo ha debido advertir a los huéspedes. Tenemos que salir de aquí, antes de que llegue la pasma.

 

La Fune: - ¿Qué haces?

Pinhead: - Estoy recogiendo las monedas... Se ha caído todo el cubo...

La Fune: - No hay tiempo para eso. ¡Corre, Pin!

   Los dos cuerpos de los empleados quedaron tendidos en la recepción. La Fune y Pinhead salieron de allí a toda prisa.

Giusseppe fue el primero en llegar y encontrarse con la dantesca escena.

 

  Le siguieron los integrantes de U-CLICK que bajaron en pijama tal y como se encontraban al escuchar el ruido. Mc Clarney no dudó en salir disparado tras los culpables de aquellos violentos crímenes.

   Enseguida se movilizaron todos los huéspedes. Llamaron con sus móviles a la policía. Incluso algunos de ellos, como las rusas, pusieron en práctica sus conocimientos de primeros auxilios para atender a los heridos.

Busca: - La cabra ha tratado de salvarme la vida... 

Clingo: - Tranquilo, es mejor que no hables. Estás perdidendo mucha sangre. La ambulancia está de camino. Te vas a poner bien, amigo.

Busca: - No... De esta ya no salgo... Decirle a mi madre que la quiero...

Papa Manuel: - ¡La Paca! ¡AY! ¡No! ¡Tu no, Paca! ¡No nos dejez! ¡No! ¡Pacaaaaaaa!

Rafael: - Papa, la Paca fue una heroína...

Chiscla: - ¡Pero qué alguien llame a un matazanoz que la atienda!

Rafael: - Juro por toitoz miz muertoz que zi muere la Paca, zu muerte no quedara impune...

Papa Manuel: - Azí ze habla, hijo mío... La familia vengaremoz a la Paca. Palabra de gitano...

Giusseppe: Sí, yo fui el primero en llegar y vi huir a dos individuos. El primero no pude verlo bien. Era de comprensión fuerte y alta. Aunque podría ser una clack... no sé... Pero el segundo era muy característico. Me llamó la atención por su pelo pincho anarajado...

Agente Smith: -  Sólo puede ser Pinhead...

Mc Clarney: - Yo salí corriendo detrás pero no pude darles alcance. Aunque pude verlo también a lo lejos y coincido en la descripción. El pelo de punta anaranjado y ropa negra, piel wensulana tatuada...

Idalia: - Esta era la habitación de esos individuos que coinciden con la descripción. Como pudieron colarnosla con esa identidad falsa...
Sus: - ¿Encuentran algo?
Agente Smith: - Estamos recogiendo todo tipo de huellas y muestras para llevar a analizar.

Agente Smith: - Pero mirad lo que asoma por aquí...

Sus: - ¡Tanger! Es el cachorro de Duclack.  ¡Hace días que había desaparecido!

Agente Smith: - Estos animales están muy cotizados en el mercado negro por exóticos. Pretenderían sacar un pellizco por él.

Duclack: - ¡Oh, gracias, Sus! ¡Mi chiquitín! Podría haber resultado herido.

Sus: - Fue muy listo y logró escaparse y esconderse.

Agente Smith: - Todo aquello que recuerden será importante para la investigación. 

Clayetana: - Espero que todo esto sea confidencial, agentes. Yo... tengo una reputación y no quisiera que me relacionaran con este incidente ni que se supiera que estaba acompañada... Usted ya me entiende.

Agente Smith: - Ejem... tranquila, señora. Todo es confindencial...

   

Aquella fue una larga noche en el hotel. Con los primeros rayos de luz fueron llegando los primeros trabajadores. En la lavandería había un gran revuelo. Todo eran comentarios acerca de lo acontecido en el hotel aquella noche.

Chelo: - Y dicen que iban armados hasta los dientes con metralletas y  fusiles de alto asalto... 

Todas: - ¡Ohhh!

Melibea: - ¡Qué horror! Menudo comienzo en el hotel he tenido. Mi primer día y la noche anterior dos heridos de bala en el hotel.

Loli: - Tranquila, Melibea, es la primera vez que pasa algo así...

 

Dhara: - ¿Se sabe algo de los dos heridos, señora Chelo?

Macarena: - Sí, ¿qué se sabe de ellos?

Chelo: - El pobre Busca no lo ha contado. Perdió mucha sangre. Pero aún estaba consciente cuando llegaron los primeros huéspedes a socorrerlos. Sin embargo, los médicos no sabían que era alérgico a determinados medicamentos y se lo han cargado en el hospital.

Todas: - ¡OHHH!

Chelo: - Era un muchacho encantador... No es que fuera muy hablador pero no faltaban nunca sus buenos días por la mañana tan amable. Se le echará de menos... El hotel no será el mismo sin él pero hay que tirar para adelante...

Idalia: - ¡Qué hacéis aquí paradas dándole a la sinhueso!

Todas: - Upps...

Chelo: - Sólo comentábamos la desgracia del joven Buscador... ¿Usted tenía una estrecha relación con él? ¿No? Mi más sentido pésame...

Idalia: - ¡Pero serán chismosas! ¡Pónganse a trabajar que es para lo que se les paga!

Chelo: - Está afectada...

Mario: - Venía a avisaros de que bajaba la Rotenmeller pero veo que llego tarde...

Benita: - Ya nos ha dado cuatro voces y se ha quedado tan pancha...

Melibea: - ¿Le llamáis la Rotenmeller?

Chelo: - Ya iremos contándote los secretillos del hotel, Melibea...

Macarena: - ¡Ay, cómo pesa este cesto!

Mario: - Chicas, ¡no sabéis cómo está la entrada del hotel! ¡La han tomado los periodistas! ¡Por eso esta está que trina! Están entrevistando al Hilario y a la Irene...

Chelo: - ¡Uy, pues eso yo no me lo pierdo! ¡Con lo que a mí me gusta la tele!

  

La entrada del hotel estaba tomada por cadenas de televisión nacionales e internacionales. Se había formado un buen revuelo. En cuanto se había conocido la noticia del atraco y funesto desenlace de dos empleados del hotel: un muerto y un herido grave, habían acudido en masa hasta allí.

Mabel Perea: - Nos confirma  esta familia que su cabra se debate también entre la vida y la muerte. La Paca actuó como una verdadera heroína, interponiéndose entre el joven empleado y su agresor. Pero su gesto fue en vano.  El empleado ha muerto finalmente en el hospital...

Chiscla: - ¡Esto es una vergüenza! ¡Ay, ayy!...

Daniella Reyes: - ¿Y cuéntenos, cómo era el muchacho que murió? ¿Era un buen compañero con vos?

Irene: - Sí, no tenía un carácter fácil. Pero si sabías llegar a él, encontrabas a un click muy especial...

Mercedes Clicka: - ¿Don Hilario, sospechó en algún momento de esos dos huéspedes? ¿Pensó que detrás de sus caras inocentes podrían esconderse dos peligrosos prófugos de la justicia, unos delincuentes y asesinos?

Don Hilario: - Pues...

Chelo:- ¡Pues claro que no sospechó! Nadie sospechábamos nada. Aunque a decir verdad... Me daban mala espina esos pelos... Pero es que me he quedado a cuadros cuando me he enterado de quién es hijo...

Mercedes Clicka: - ¿Usted conoce a la madre del asesino?

Chelo: - Hemos comprado chorizos y salchichas toda la vida en su carnicería. Mi marido Resti y yo cruzábamos el puente a Wensuland, sólo por ir a su carnicería, porque los cerdos que mataban allí eran más buenos y con mejores carnes. Luego sospechosamente les empezó a ir muy bien el negocio y pusieron otra en Clisandia...

Mercedes Clicka: - ¿Y qué puede decirnos de la mujer?

Chelo: -  Pues que la madre es una clack trabajadora.  No se merece ese sinvergüenza de hijo que le ha salido y que le va a quitar la vida...

Daniella: - ¿Vos prestaste asistencia a los heridos los primeros instantes?

Ianina: - Yes

Aniuska: - Yes

d

Chelo: - Esa es la secretaria de personal del hotel...

Mercedes: - ¡Señora, unas palabras, por favor!

Idalia: - Lo siento pero no.

Chelo: - Es así de seca ella, Merche. Tranquila que no es personal.

Mercedes: - ¡Mago Raspuclín! ¡Verdanga! ¡Unas palabras, por favor! ¿Escucharon algo anoche?

 

Mago Raspuclín: - Yo ya predije hace días que algo así iba a suceder en este hotel. La energía negativa se respiraba en el ambiente...

Mercedes: - ¿Y vosotros qué decís?

Currito: - ¡Queremoz a nueztra cabra! ¡Pacaaaaaaa! ¡Cúrateeee!

Duclack: - Habían secuestrado a mi mascota, sí...

   El autocar del hotel esquivó a los periodistas. Duclack miró curiosa su interior. ¿Qué nuevos turistas llegarían al hotel?

                                                             CONTINUARÁ