domingo, 29 de diciembre de 2019

Navidad 2019: 1. La panadería de Papá Noel

Los días pasaron y cuando nos dimos cuenta, estábamos de nuevo en Navidad. 
La ciudad bullía de gente, luces y vehículos.
Los comercios tenían un gran trasiego de clicks comprando regalos, los últimos adornos para decorar su casa o abasteciéndose de ingentes cantidades de alimentos como si se acercara una guerra mundial.
Los clicks parecían incluso más sonrientes.
Nadie quería hacer tarde a comprar los mejores dulces navideños.
Y ese alegre ambiente invitaba a salir más.
Pradito y yo nos dispusimos a pasar nuestras segundas navidades juntas. Sebastián había traído un precioso abeto que colocamos sobre una mesa vestida con unas alegres faldillas navideñas. Aquella tarde entre los tres nos pusimos a decorar el árbol.
Duclack: - Yo creo que ya hemos puesto suficientes bolas.
Pradito: - ¡No hemos puesto azules!
Duclack: - Un color más afeará el árbol.
Sebastián: - ¡Falta la estrella!
Sebastián: - ¡Ya está! ¡Encended las luces!
Duclack: - ¡Un momento! ¡Queda una cinta roja que poner!
Duclack: - ¡Ahora sí!
Pradito: - ¡Biennn!
Sebastián: - ¡Nos ha quedado precioso!

Esa misma tarde salimos los tres a pasear por la ciudad. Nos acercamos al restaurante de Carmelo, con el fin de quedar con él la noche del treinta y uno. 
Carmelo: - ¡Familia! ¡Cuánto me alegra veros!
Sebastián: - ¿Mucho trabajo estos días?
Carmelo: - ¡Estamos a tope! He tenido que llamar a Renzo, para que se acerque a echarme una mano, porque entre Irene, Tina y yo no damos abasto.
Duclack: - ¿Sigue en pie lo de Nochevieja?
Carmelo: - ¡Por supuesto! ¡Cuento con vosotros!
Sebastián reconoció a la alcaldesa con su exmarido y su hijo en una de las mesas del restaurante con mejores vistas.
Después, Pradito y yo nos desviamos para ver el mercadillo navideño, mientras Sebastián hacía algunos recados. Allí encontramos a César y a Moisés.
César: - ¡Menuda tripa! Me alegra verte de nuevo. Intuyo que no ha habido muchos cambios en tu vida desde la última vez que nos vimos. ¿Sigues con Sebastián? Has estado muy perdida los últimos meses.
Duclack: - Sí, estamos juntos. He estado algo ausente... Han sido días difíciles.
César: - Me enteré de lo de tu padre. Lo siento mucho, Duclack. Me hubiera gustado estar a tu lado...

Moisés: - ¿Ya te ha comprado tu madre la moto?
César: - ¡NO! ¡A lo mejor me la trae Melchor!
Duclack: - Póngame de los polvorones de chocolate una docena y otra de mantecados de naranja.
César: - ¡Cuidado, que eso engorda!
Pradito: - ¡Mamá, yo quiero de estas galletas!
Duclack: - Esas las compramos mejor en la panadería de Papá Noel.
César: - ¿Saldrás en Nochevieja o ahora prefieres mantita y planes más familiares?
Duclack: - He quedado con los piratas. Esta tripa no me impide seguir siendo yo misma. Es fin de año y hay que celebrarlo. Mañana sí que lo celebraremos más en familia. Viene toda la familia de Sebastián a cenar por Nochebuena a casa y el día de Navidad nos quedaremos también en casa.
César: - Espero verte entonces por ahí el 31, guapísima.
Pradito: - El tíovivo...
Duclack: - ¡Pradito! ¡Hasta luego, César!
Antes de que anocheciera fuimos a la casa de Papá Noel.
Pradito: - ¡Qué chuli! ¡Cuántos elfos! ¡Y Mamá Noel!
Sebastián: - Y allí está la panadería.
Sebastián: - Ahí es dónde caen los dulces recién salidos del horno, para que los elfos los empaqueten y los distribuyan...
Duclack: - ¡Una foto! ¡Sonreíd!
Duclack: - Tienes que echar en ese buzón la carta para Papá Noel.
Pradito: - ¡Ya está!
Sebastián: - Muy bien.
Pradito: - Espero que me traiga lo que le he pedido.
Sebastián: - Ya veremos... Ahora pasemos a la panadería...
Duclack: - Mmm... aquí huele que alimenta...
Pradito: - ¡Este es el libro de recetas!
Sebastián: - A ver qué llevan las galletas. Quizás las podríamos hacer en casa.
Papá Noel: - ¡Bienvenida Pradito!
Pradito: - ¡Sabe mi nombre!
Pradito: - ¡Te quiero mucho Papá Noel!
Papá Noel: - ¿Quieres ayudarnos a hacer dulces?
Pradito: - ¡¡¡Sííí!!!
Pradito: - ¡Wow! ¡La maquinaria es automática! ¡Los elfos se encargan de hacerlo!
Elfo: - Y este es el deván que utilizamos como despensa...
Pradito: - ¡Está decorado con cartas y dibujos de niños de todo el mundo!
Duclack: - ¡Haznos una foto desde ahí abajo, Sebastián!
Duclack: - ¡Sonríe, Pradito!
Mamá Noel: - ¿Unas galletas?
Sebastián: - Como no bajéis rápido, me las como yo todas.
Duclack y Pradito: - ¡¡¡Galletas!!!... Mmmmm... Deliciosas...
Sebastián: - Nos llevaremos dos cajas de estas.
Esa noche...
Sus: - Tengo que llevar a los niños también a esa panadería. Las galletas además están deliciosas.
Duclack: - Ya te digo que merece la pena. Pradito disfrutó como nunca.
Sus: - ¿Y entonces mañana cenáis todos en casa?
Duclack: - Sí, por suerte Sebastián se encargará de casi todo. Rita no va a estar.
Sus: - Te compadezco. Me imagino que tu suegra estará mangoneando por casa...
Duclack: - Yo le dejo hacer... Mientras está entretenida, no está pensando...
Sus: - ¡Qué paciencia tienes! Pues nosotros iremos como todos los años a casa de mi madre. Nos juntaremos también bastantes.
Duclack: - Espero que paséis una buena noche...
Sus: - Mmm... esta infusión sienta genial.
Rita: - Le he dejado todo en la nevera. La vajilla nueva está en el salón y la cubertería dorada. ¡Ah! Y el mantel que compré lo dejé en el primer cajón de ahí. Espero que no me echen de menos mañana.
Sebastián: - Tranquila, nos apañaremos. Muchas gracias por todo, Rita. Tú también te mereces un descanso con tu familia y una feliz noche de Navidad.
Diamante: - Ya estamos aquí. Pradito y los niños se lo han pasado pipa cenando pizza y jugando una partida de cartas con la abuela Salma.
Sus: - ¡Vamos, cariño! ¡Se nos ha hecho tarde y estoy agotada!
Diamante: - ¡Feliz Navidad, Duclack! Espero verte un ratito mañana. Pasad por casa.
Duclack: - ¡Sí, por supuesto!
Duclack: - ¿Aún no has terminado el capítulo?
Sebastián: - Empecé de nuevo, no me gustaba como estaba quedando...
Duclack: - Es tarde... Anda... vamos a la cama. Mañana nos espera un largo día.
                                                         Continuará...

1 comentario:

  1. Esta entrada se ha convertido en algo muy especial para mi. Siento que es una nueva etapa, que supone un nuevo camino, con nuevas ilusiones y dejando atrás (o apartándolo un poco), cosas que duelen y con las que es muy complicado luchar. He disfrutado muchísimo con las fotografías y el texto, que van unidos de la mano de una forma mágica que solamente tú sabes hacer. Es esta magia la que me atrapa, la que me hace sonreír, a veces llorar, pero me hace sentir vivo y transmite alga muy bonito a lo que no quiero renunciar nunca. Todo transmite ese toque especial Duclack que tanto me entusiasma. No sabes lo mucho que te echaba de menos. Saco una copa virtual, con buen ron del que le gusta a Duclack y Wen y brindo por mil historias más como esta. ¡Chin chin!

    ResponderEliminar