viernes, 6 de agosto de 2021

Hospital: consultas

 Era hora punta en la ciudad. El nuevo hospital se erguía a las afueras de la ciudad. 

El trasiego de coches era constante durante la mañana. Algunos acudían a consultas o a alguna prueba diagnóstico. Otros a visitar a algún familiar o a trabajar.
Sebastián: - Cuando se te caiga otro de leche, el ratoncito Pérez te dejará un regalo. Ahora la doctora tiene que revisarte ese...

Carmen Clickores: - Tú harás lo que te diga el médico. 

Manolete: - ¡Pfff, qué pereza!

Carmen Clickores: - ¡Cómo está esto de tráfico! A ver si encontramos un sitio donde aparcar el coche.
Taxista: - Normalmente los lunes es siempre así. Ha hecho bien en venir en taxi. Aparcar aquí es horrible.

Evelino: - No tengo coche y odio ir en autobús, así que yo soy de utilizar el taxi bastante. 

Evelino: - Me bajaré aquí. ¿Cuánto es?

Evelino: - Tome, cóbrese.
Evelino: - Ni que regalaran caramelos... Esto es peor que el instituto en la hora del recreo.
Olga: - ¡Evelino! ¿Está bien tu madre? ¿La han vuelto a ingresar?

Evelino: - No, no, está bien y en casa. Tengo consulta en el oftalmólogo.

Olga: -¡Ah! Muy bien. Yo tenía cita con mi ginecóloga.
Sebastián: - Venga, Pradito, date prisa.
Carmen Clickores: - Los golpes en la cabeza no traen nada bueno. Es mejor que te lo miren. 
La sala de espera estaba llena.

Bebé: Buaaaaaaaaah...
Madre: - Ea, ea, eaaa...
Vicenta: - Mi Valeria de niña era igual de llorona... Si no le dolía la tripa, le dolían los dientes y si no, tenía falta de sueño... ¿Ha probado a echarle al biberón un poquito de manzanilla?
Sofía: - No te preocupes, abuelo. La enfermera ha dicho que enseguida nos llamarán. Es mejor que te vean eso...
Vicenta: - ¿Qué le pasa a su abuelo? Ya tiene que tener sus años pero se conserva muy tieso. Yo también tengo bastantes...
En el pasillo de fuera un grupo de doctores compartía impresiones sobre el último congreso al que habían asistido.
Sebastián: - Creo que es en la segunda planta. 
Pradito: -  ¿Por qué hemos tenido que venir? Si ya no me duele el diente y casi no se mueve...
Sebastián: - Ya hemos hablado de eso. Espera, preguntaremos aquí. 
Sebastián: - Teníamos cita con la dentista, la doctora Barco. 
Conserje: - Segunda planta, por la escalera de la izquierda, sala 210.
Sebastián: - Gracias.
La Fune: - Grrr... ¡Odio esperar! ¡Es que nadie me va a atender! ¡Me duele mucho!
Javier: - Mamá, ¿por qué grita tanto esa señora?
Marta: - Shhh...
Don Hilario: - En mala hora hemos venido, esa mujer está tarada... Que llamen a unos loqueros, entre sus gritos y la señora esa preguntando... 
Sofía: - Abuelo, por favor, qué te van a oír...
Vicenta: - Niña, si por mucho que grites no hacen más caso... 
Algunos pacientes salían a la puerta para tomar un poco de aire...
Paciente: - No aguanto más aquí encerrado. Quiero fumar...
Un grupo de enfermeros aprovechaba también para desconectar por unos instantes de urgencias.
Dentista: - Abra más la boca. ¡Pfff! ¡Qué desastre! Esto no se puedes hacerlo, tienes que cuidar más tus dientes...
Sebastián: - Mira, es aquí. Siéntate ahí y espera, yo voy a hablar con la enfermera, para que nos avise.
Enfermera: - Saturnino Vázquez Contreras.
Saturnino: - Sí, soy yo.
Enfermera: - Por aquí.
Pradito: - ¿Has visto? Ese señor es rico.
Sebastián: - ¿Por qué dices eso, Pradito?
Pradito: -  Porque el ratoncito Pérez le habrá traído muchísimo dinero. Cuando ha sonreído, no se le veía ni un diente...
Sebastián ahogó como pudo una espontánea carcajada. Al cabo de un rato, la enfermera volvió a salir y llamó al joven que tenían sentado a su lado.
Enfermera: - ¿Ya te ha hecho efecto la anestesia? Venga, pasa...
De repente el hada de los dientes hizo su aparición en la sala de espera.
Pradito: - ¿Y esta quién es?
Sebastián: - Es el hada de los dientes. Trabaja para el ratoncito Pérez en algunos lugares a los que él no puede llegar.
Hada: - ¿Cuidas bien tus dientes y los cepillas todos los días? Has hecho muy bien en venir a revisarlos. Si te portas bien con la doctora, tendrás un regalo al salir.
Enfermera: - Prado Hernández Karó. La doctora os está esperando, seguidme. 

Dentista: - Vamos a ver... ¿Así que se te cayó un colmillo pero este se mueve y no termina de caerse?
Dentista: - Y por aquí parece que va salir el otro diente. Vamos a hacerte una radiografía. Ve con la enfermera.
Enfermera: - Vamos, por aquí.
Sebastián: - Está mujer parece un poco enfadada...
Dentista: - Hola, ¿tú eres Prado?
Pradito: - Sí... 
Dentista: - Ven, por aquí. 
Pradito: - ¿Me va a doler?
Dentista: - No, solamente haremos unas fotos de tus dientes. Por favor, usted tiene que esperar fuera.
Dentista: - No puedes moverte nada nada hasta que yo te diga, ¿vale?
Dentista: - Ya está. Esperad un poco a que os dé la radiografía la enfermera y después pasáis de nuevo a la doctora.
Hada de los dientes: - Pradito, dejaré tu regalo a la doctora. ¡Pórtate bien!
Pradito: - Gracias... 
Enfermera: - ¿Prado? Tomen, la radiografía.
Pradito: - ¿Ahí está la foto de mis dientes?
Enfermera: - Sí. Han salido superbonitos.
Sebastián: - ¿Podemos pasar ya?
Enfermera: - Sí, ya pueden.
Sebastián: - Mira, pero si parecen los colmillos de Drácula.
Pradito: - A ver...
Dentista: - Aquí tienes el principio de una pequeña caries. ¿Tomas muchos dulces? Recuerda cepillarte bien los dientes después de tomar caramelos, gominolas o cualquier otro dulce. Pero mejor si no los tomas, son veneno.
Dentista: - Voy a quitarte ese colmillo.
Pradito: - ¡No! Si me lo quitas aquí, no sé si el ratoncito Pérez se enterará.
Sebastián: - No te preocupes, Pradito. La doctora se whatsappea todos los días con el ratoncito y le avisa de todos los dientes que quita en la consulta.
Pradito: - ¿De verdad? Pues podías pasarme el contacto.
Dentista: - Shhh... 
Pradito: - ¡Auh!
Sebastián: - ¿Te ha dolido?
Pradito: - Muy poquito...
Dentista: - Enjuágate bien con el vaso que te he dejado y límpiate con la servilleta. Puedes echarte más agua si la necesitas.
Dentista: - Toma, esto es para ti.
Sebastián: - Mira qué regalo ha dejado el hada de los dientes a la doctora para ti. ¿Qué se dice?
Pradito: - ¿Un cepillo y un bote de enjuague bucal? Bueno, hubiera preferido unas monedas de oro... Pero graciasss.
Dentista: - Las monedas son cosa del ratoncito.
Sebastián: - Esta noche pondremos una cajita con el diente bajo la almohada y a ver si hay suerte.
Sebastián: - Te has portado muy bien, mi valiente pirata. Vamos para el cole.
Pradito: - Jo, ¿y no puedo saltármelo por un día?
Sebastián: - Pero tienes que hacer el examen de sociales, que ayer repasamos y te lo sabías muy bien.
Pradito: - ¡Es verdad!
Sebastián: - Recuerda que hoy te vienes en el autobús. Rita te recogerá en la parada. Luego tengo que venir con mamá, para su revisión.
Pradito: - Me hubiera gustado ver al bebé. Le harán fotos y te las enseñaremos luego en casa.
Mientras tanto en la sala de espera de otra planta...
Manolete: - No deberías jugar más al fútbol con ese Jorgito, desde niño ha sido un bruto... ¡Menudo susto nos diste! Inconsciente en el campo...
Manolete: - Solamente me mareé por un instante, mamá. Pero estoy bien.
Carmen Clickores: - Ya veremos lo que dice esa radiografía.
Enfermera:- (Esta clack es la famosa tonadillera, esposa del torero... Verás cuando se lo diga a mi madre, que no se pierde ni una sola revista del corazón).
Enfermera: - Manuel Fresa Clickores.
Carmen Clickores: - Vamos, hijo. 
Enfermera: - ¿Usted es la madre?
Carmen Clickores: - Sí.
Enfermera: - ¿Viene en ayunas? ¿Ni ha bebido nada en las últimas horas?
Carmen Clicjores: - Por supuesto, desde anoche no ha tomado nada. 
Enfermera: - Por favor, tiene que esperar fuera.
Enfermera: - ¿Llevas pendientes, nada de metal ni audífonos?
Manolete: - ¿Eh? No... 
Enfermera: - ¿Alguna alergia o asma?
Manolete: - No, nada...
Doctor: - ¿Este es el del balonazo en la cabeza?
Enfermera: - Sí...Es con contraste...
Doctor: - Veamos, Manuel. Vas a sentir que entras en una nave espacial. Desde ahora no puedes moverte nada.
Doctor: - Si te encuentras muy mal, nos lo dices y paramos... Pero vas a sentir todo lo que te hemos explicado...
Doctor: - Ajá...
Doctor: - Quieto, quieto... Estamos terminando...
Doctor: - Ya está... ¿Te encuentras bien?
Manuel: - Sí... 
Doctor: - Levántate, despacito.
Doctor: - Aquí tiene... No parece que haya ninguna lesión. Pero tiene que pedir cita a su doctor y llevárselo.
Carmen Clickores: - Muchas gracias, doctor.
Carmen Clickores: - ¿Ha sido muy molesto?
Manolete: - Eso hacía un ruido infernal y sentía cómo si me quemara por la garganta...
Mientras tanto don Pimpón esperaba en otra ala del hospital a ser llamado por la enfermera.
La Fune: - Ffffffff... ¡No quiero esperar más!
La Fune: - ¿Oye, estás segura de que están bien mis datos? Aquí no hace más que pasar gente. En urgencias me dijeron que subiese aquí y que me atenderían enseguida.
Enfermera: -Ya lo he comprobado tres veces. Hay gente que lleva más tiempo esperando. El doctor lleva algo de retraso, porque es impredecible lo que cada paciente va a necesitar. Por favor, siéntese y tenga paciencia. Al médico no se viene con prisas.
Don Pimpón llevaba gafas desde que era casi un crío. Alguna vez pensó en ponerse lentillas u operarse, pero pronto descartó la idea. Las gafas ya formaban parte de su ser.
Oftalmólogo: - Vicenta García Martínez.
Vicenta: - ¡Ya voy!
Vicenta: - Sí, hermoso, no me quito las gafas oscuras para nada... Tenía muchos dolores de cabeza y mareos... Y veo como bigotes a todo el mundo... Al principio, pensé que era una moda y que mi hija, como es un poco especial con sus gustos, se lo había dejado también. Pero cuando vi que Ximenita, mi nuera, lo tenía y que también mi amiga Herminia se lo había dejado y hasta los niños en el parque... Ya empecé a sospechar... Y luego empecé a ver unas listas negras también en las narices y en los ojos...
Oftalmólogo: - Vicenta, mire aquí... Apoye la barbilla...
Oftalmólogo: - Bueno, pues siga con esas gafas y la veo de aquí a seis meses.
Oftalmólogo: - Evelino Romero Gutiérrez.
Lilu: - ¡Doctor! ¡Disculpe!
Oftalmólogo: - ¿Tiene cita?
Lilu: - No, pero estuve aquí hace dos días y continúo con la irritación de ojos, me dijo que viniera de nuevo si persistía...
Oftalmólogo: - ¡Ah, sí! Pasa un momento. Evelino, espere un poco.
Oftalmólogo: - Toma, te vas a echar este colirio todas las mañanas nada más levantarte y la semana que viene te veo otra vez.
Lilu: - Muchísimas gracias, doctor.
Oftalmólogo: - Mire ahí...
Oftalmólogo: - ¿Mejor con estas o con estas?
Oftalmólogo: - Lea la segunda línea... 
Evelino: - 285462...
Oftalmólogo: - Bien... Ahora la de más arriba... ¿Esa le cuesta más? ¿Y ahora?
Diamante: - No se nos olvida nada. Niños, parad un poco... Que aquí no se puede hablar tan alto. ¿Te encuentras bien, cariño? 
Sus: - Sí, estoy bien. Debimos dejarlos en casa...
Diamante: - No nos hubiera dado tiempo. Primero tengo yo el cardiólogo y luego tú, tu revisión.
Ginecóloga: - Tráeme todos los informes. Quiero dejárselo todo preparado a Luis Alejandro.
Enfermera: - Enseguida, doctora.
Diamante: - ¿Y ese qué mira? 
Sus: - Mira, aquella de allí es la doctora Navarro.
Ginecólogo, doctor Moreno: - (¿Será mi futura paciente? ¡Qué linda! Lástima que cayó en manos de ese patán. Se nota a la legua que él no la merece).
Suselle: - ¡AHHHH!
Julián: - Pero es que sus padres los dejan pastar sueltos como ganado...
Ángela: - Mi padre tiene cita con el doctor Serrano.
Enfermera: - ¿Con el cardiólogo?
Ángela: - Sí, el de corazón.
Ginecólogo: - Paso, por favor... ¡Cuidado, niños!
Enfermera 1: - ¡Qué guapo es!
Enfermera 2: - ¡Está buenísimo!
Diamante: - ¿Levanto los pies? 
Limpiadora: - No hace falta. Vale, gracias... Es solamente un momentito...
Enfermera: - ¡Doctor Moreno! ¿Les paso a la siguiente paciente?
Ginecólogo: - Dame dos minutitos, reina... Vamos a hacer un breve descanso la doctora y yo.
Sus: - ¡Cómo volváis a gritar o dar un salto, esta tarde no hay play! 
Manolo Gómez: - Doctor, si me quita todo lo que me gusta en esta vida, no me queda nada...
Cardiólogo, doctor Serrano: - No se termina el mundo por dejar de fumar y un poquito de dieta, le vendrá genial. En cuanto a las clacks y el vino, hágame caso, solamente traen desgracias. Nos vemos dentro de seis meses. Por favor, hágame pasar al siguiente. Su nombre es Diamante.
Manolo: - ¿Diamante? Dice el doctor que pase.
Doctor Serrano: - Entonces desde el incidente de la descarga eléctrica, no ha vuelto a sentir  molestias...
Diamante: - Hombre, cuando los niños me alteran o me sacan de mis casillas por cualquier motivo, a veces noto un dolor aquí...
Doctor Serrano: - ¿Qué siente? ¿Cómo una opresión en el pecho?
Diamante: - Sí, como si me costase respirar y como si me fuera a salir humo por las orejas.
Doctor Serrano: - ¿Es usted un click nervioso?
Diamante: - Siempre he sido algo inquieto...
Doctor Serrano: - ¿Casado?
Diamante: - Sí, con dos hijos y otro que viene en camino...
Doctor Serrano: - ¿Fuma? 
Diamante: - No, tan solo cuando viajo a la aldea de mi padre y me ofrecen la pipa de la paz.
Doctor Serrano: - ¿Bebe alcohol?
Diamante: - Solamente una copita de ron los fines de semana o en algún festín puntual.
Doctor Serrano: - Muy bien, voy a hacerle un reconocimiento...
Doctor Serrano: - Suba a la báscula... 
Doctor Serrano: - No meta tripa, relájese. Le sobran unos kilitos, eh...
Doctor Serrano: - Menudo corazón tiene... Tiene un latido bien fuerte.
Doctor Serrano: - Pedaleé... Es una prueba de esfuerzo. 
Doctor Serrano: - Muy bien, siga así...
Doctor Serrano: - ¿No puede más? ¿Se fatiga?
Diamante: - Un poco...
Doctor Serrano: - ¡Vamos! ¡Más rápido!
Doctor Serrano: - Veamos el pulso...
Doctor Serrano: - Bueno, no está mal...
Doctor Serrano: - Ahora haga fuerza con las manos, estire los brazos todo lo que pueda... 
Doctor Serrano: - ¿Es su esposa?
Sus: - Sí...
Doctor Serrano: - Pase si quiere.
Sus: - ¿Qué tal lo encuentra, doctor? ¿Cómo está su corazón? Nos dio un susto terrible...
Doctor Serrano: - Tiene que cuidarse. Le voy a poner una dieta y debe hacer deporte... Con eso de momento y si consigue bajar de peso, es suficiente. Bueno, le mandaré también unas pastillas para la tensión, que la tiene un poco alta... Usted encárguese de que haga todo a rajatabla.
Sus: - Sí, doctor... Siempre se lo digo que no puede comer tanto ni pasarse toda la tarde tumbado en el sofá, que se puede tirar ahí, viendo la tele, horas y horas...

Dante:- ¿Quieres agua? 
Suselle: - ¿Funciona? 
Dante: - Antes he visto a un doctor llenarse un vaso.
Suselle: - Pero no tenemos vaso... 
Dante: - Podemos beber a morro...
Suselle: - ¡Espera!
Suselle: - Por favor, señora, me puede dar un vaso para beber agua de ahí...
Enfermera: - (¿Señora?) Grrr...
Suselle: - Mira...
Dante: - ¡Has conseguido uno! Tú pon el vaso y yo le doy.
Dante: - ¡Anda, dámelo!
Suselle: - ¡Ahh! ¡Me estás poniendo chorreando! 
Dante: - ¡Llueve! Jajajajaja
Julián: - ¡Niños, me estáis salpicando!
Enfermera: - ¡Pero qué hacéis! 
Enfermera: - ¡Ese agua no es para jugar! ¡Vaya dos niños más maleducados! ¡¿Y vuestros padres?!
Sus: - ¡Oiga usted no es quién para tratar a mis hijos así!¡Aquí está su madre para reñirles si hace falta! 
Enfermera: - Está bien... Pero ya puede cuidar mejor de ellos... Y más viniendo otro de camino...
Sus: - ¡Dante! ¡Suselle! ¡Castigados todo el fin de semana! ¿Sois bebés y no os puedo llevar conmigo a ninguna parte? 
Suselle: - Pero mamá, solamente queríamos beber agua...
Sus: - ¡Habéis puesto todo el suelo perdido y habéis molestado a ese señor! Fijaos cómo os ha reñido la enfermera...
Dante: - Mamá, no tenemos la culpa de que ese grifo soltara así el agua...
Sus: - ¡A callar! Cuando salga del médico, ya hablaremos en casa.
Doctora Navarro: - Tú debes ser el padre. Sus me ha hablado mucho de ti, pero como no habías venido aún por aquí, casi pensé que eran imaginaciones suyas.
Doctor Moreno: - Jajajaja.
Doctora Navarro: - Sus, este es el doctor Luis Alejandro Moreno. Él se va a encargar del parto y de esta última fase de tu embarazo. Me operan de una rodilla y mientras yo esté de baja, él se encargará de mis pacientes.
Sus: - ¡Oh! Espero que no sea nada grave. Encantada, doctor...
Doctor Moreno: - El placer es mío, preciosidad. ¡Vamos a formar un buen equipo para traer al mundo a ese bebé!
Diamante: - (Vaya, no había otro doctor más feo y menos empalagoso).
Doctora Navarro: - ¿Alguna molestia estas semanas?
Sus: - Me encuentro muy cansada... La tripa me pesa un montón y ya no sé ni cómo dormir. 
Doctor Navarro: - Todo eso es normal en esta fase del embarazo...
Doctora Navarro: - ¡Oh, míralo ahí! 
Doctor Moreno: - ¡Se ve bien claro ahí que va a ser un varoncito!
Sus: - Mira, Diamante. Nuestro pequeño...
Diamante: - Nuestro pequeño, Sus...
Sus: - ¿Todo está bien entonces?
Doctor Navarro: - Perfectamente...
Doctor Moreno: - No tienes que preocuparte de nada. Pronto se colocará. En pocas semanas tendrás a tu niño entre tus brazos y yo te ayudaré a ello. Programaremos la fecha del parto y todo se dará fenomenal. Además ustedes ya tienen experiencia. Ya he visto ahí fuera a esos dos diablillos correteando...
Más tarde...
Doctor Moreno: - ¿Pero entonces este bebé también es suyo?
Duclack: - No, doctor, Diamante es como mi hermano. 
Doctor Moreno: - ¡Ah! ¡Me estaba haciendo ya un lío, bellísima! ¡Como lo vi aquí! Pensé en doble embarazo... 
Duclack: - El padre no ha podido venir a última hora y por eso él se ofreció a entrar.
Doctora Navarro: - Duclack, no conseguimos verla bien, porque está siempre dándonos la espalda... Pero yo diría que va a ser una niña... 
Sebastián: - ¡Llego a tiempo!
Duclack: - ¡Habíamos quedado hace una hora!
Doctor Moreno: - (Otro patán)
Sebastián: - ¡Lo siento! ¡No pude llegar antes! Me entretuvieron en la editorial... Rita tuvo una urgencia y no pudo recoger a Pradito. Está abajo con Sus...
Duclack: - Siempre tienes alguna excusa.
Sebastián: - ¿Esa es su cabecita?
Doctor Moreno: - No, ese es el traserito... 
Sebastián: - ¿Y usted quién es? 
Doctor Moreno: - Soy el nuevo ginecólogo de su esposa. Sustituiré a la doctora Navarro.
A la salida...
Pradito: - Se mueve... ¡Qué ganas de que salga de ahí!
Duclack: - Muy pronto, cariño...
Sebastián: - ¿Estás enfadada? ¿Sabes que me hacía mucha ilusión venir contigo? Siento haber llegado tarde. 
Duclack: - No es solamente eso, Sebastián. Estos últimos meses han sido toda una locura, la boda, la cancelación, engordar hasta ponerme como una vaca, la angustia, los calambres, las clases de preparación... Necesito recuperar mi vida... Necesito desconectar de todo aunque sea sólo unos días y volver a ser yo misma. Lo siento, pero me marcho el fin de semana con el barco y los chicos. Necesito respirar en alta mar.
Sebastián: - ¡Pero en tu estado! Duclack no es prudente.
Duclack: - La decisión está tomada. Ya escuchaste a los doctores. Nuestro bebé está sano. Todo está bien. Podréis apañaros sin mí dos días.
Continuará

2 comentarios:

  1. Wow, esta entrada es una pasada. Ni te imaginas lo que he disfrutado leyendo y mirando todas las fotos. El hospital es impresionante, tiene pinta de ser uno de esos punteros, al que acude mucha gente por ser puntero en tratamientos muy avanzados. Me flipa todos los detalles que tiene, no le falta de nada. Aparecen muchos personajes conocidos. Vicenta, la típica mujer pesada que te encuentras en una sala de espera, o Fune, malhumorada e impaciente. Le pega comportarse así, y es que hay muchísima gente igual que ella. Los niños haciendo trastadas (menuda bronca de la enfermera), la que han liado con el agua. Duclack un poco harta ya de todo y necesita desconectar. Es que Duclack es un Alma libre que necesita volar de vez en cuando. Hace bien saliendo unos días. Parece que ambos bebés están bien. Ah, y muy graciosa Pradito en el dentista. Un capítulo maravilloso. ¡Quiero más!

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  2. Ay, que no te he dicho nada del doctor buenorro. Parece que le gusta Sus y Duclack. Ayyyyy qué doctor tan guapo, hasta las enfermeras lo comentan entre ellas. Tengo que conseguir ese click, me encanta. Menos mal que Duclack y Sus están muy enamoradas, si no, otro gallo cantaría jajajajaja.

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