martes, 24 de julio de 2018

Pradito: 6. La despedida

Pradito: - Me aburro... ¿Juegas conmigo?
Sebastián: - Estoy muy liado ahora mismo.
Pradito: - Por fi...
Sebastián: - Está bien. Jugamos al escondite. Tú te escondes y yo te busco. Pero escóndete bien.
Pradito: - ¡Seeeh!
Duclack:- Adelante, Duque. Te estaba esperando.
Duque: - Traigo nuevas noticias sobre tu encargo.
Duclack: - Bien, pasa y me cuentas despacio.
Duque: - He encontrado el lugar perfecto. Son unas monjitas de las Hermanas de la Caridad. Llevan un colegio con internas a su cargo en el mismo edificio que el convento. La mayoría son huérfanas, con las que las monjas hacen una labor de educación y cuidados. Sus referencias son inmejorables.
Duclack: - No sé... monjas... Será un contraste muy grande para ella. Hubiera preferido un hogar en una familia de mi confianza.
Duque: - Duclack, no sufras. A Pradito no le faltará nada allí. ¡Las hermanas se han tomado mucho interés en el caso. Al contarle la urgencia del asunto y el estado en el que se encontraba la niña, se han ofrecido a recogerla durante el verano aunque en esta temporada quedan pocas niñas allí y empezarán a buscarle una familia para adoptarla. Ellas tienen muchos contactos con familias adineradas que no pueden tener hijos. Si tiene suerte y les cae en gracia a alguna, encontrará un hogar. ¡Ah! ¡Y lo mejor es que mañana mismo puede ingresar!
Duclack: - ¿Mañana? Pero es demasiado pronto.
Duque: - ¿No te estarás encariñando con ella? ¡Cuánto antes la entregues, antes podrás volver a tu vida normal! Estos días se te ha echado de menos por el barco, capitana.
Pradito: - ¡Ohhhhhhh!
Esa  misma tarde...
Sus: - Te vi hecha una madraza con Pradito. Esa niña ha sacado una nueva faceta en ti.
Duclack:  - La verdad es que Sebastián me lo ha puesto bastante fácil. No habría podido sola con todo pero todo se acaba. Admiro lo que hacéis, Diamante y tú. No es fácil criar a un niño y vosotros lo hacéis con dos a la vez. Tienen tantas necesidades. Y tú, Wen, ¿te estás preparando? ¿Qué tal lleva el embarazo Estrella? 
Wen: - Pasó los primeros meses fatal con molestias. Pero ahora está mucho mejor. Ya se le nota un poco la barriguita. Estamos deseando de que pase el momento del parto y verle la carita ya. Es todo una experiencia nueva para ambos. Ya estamos barajando varios nombres.
Suselle: - ¿Qué te sucede? ¿Por qué no quieres jugar? Le has contestado un poco cortante antes a Duclack.
Pradito: - No tengo ánimos. Además Duclack es una traidora.
Suselle: - ¿Te ha pasado algo con ella?
Pradito: - ¿Puedes mantener un secreto?
Suselle: - Sí.
Pradito: - Me van a llevar interna con las monjas. Puede que sea la última vez que nos veamos.
Suselle: - ¡Qué!
Pradito: - No sé qué hacer... He pensado en escaparme e irme sola en el primer barco que pase por el puerto. Me haré pirata y cuando encuentre un tesoro y me haga rica, regresaré para vengarme.
Suselle: - Duclack te quiere. Estoy segura de que si hace eso es porque tiene algún motivo. A lo mejor impedimentos legales. ¡No te vayas, Pradito! Mi tío Willy se fue en un barco y se lió una buena en casa. Todos los mayores estaban furiosos con él. Si te pillan, te castigarán para siempre e incluso al no tener padres pueden llevarte a la cárcel. Tengo una idea mejor.
Pradito: - ¿Cuál? 
Suselle: - Tal vez si te portas muy bien, Duclack recapacite y decida que te quedes con ella.
Pradito: - La verdad es que muy bien no me he portado. Tiré una estantería llena de libros y objetos antiguos y manché de tinta la alfombra. Puedo intentarlo... ¡Gracias, Suselle! ¡Eres una verdadera amiga!
Esa misma tarde...
Duclack: _ ¿No has querido jugar en toda la tarde? Sebastián me ha dicho que llevas ahí sentada desde que llegamos. ¿Te pasa algo?
Pradito: - No, nada.
Pradito puso la mejor de sus sonrisas para Duclack. El plan parecía estar funcionando.
Sebastián: - Mira lo que te he comprado esta tarde en un librería. Como te gustan tanto los cuentos , encontré estos tres que seguro que no conoces, así podrás leerlos tú misma. Lee los títulos, a ver cuál te gusta más.
Pradito: - ¡Upps! Gracias. Son muy bonitos los tres.
Sebastián: - No pareces muy ilusionada.
Pradito: - Lo estoy... Pero es que me gusta más que me los leas tú.
Sebastián: - Bueno, entonces te leeré uno esta noche.
Al día siguiente...
Duclack: - Sebastián, ve a por Pradito ha llegado el momento. Han venido a por ella.
Sebastián: - Temía este día...
Sebastián: - Pradito, ven. Duclack te espera.
Duclack: - Pradito, la hermana Sor Tecla ha venido a por ti. Irás a un colegio interna con las monjas. Allí harás nuevas amigas y las monjas cuidarán de ti y te enseñarán muchas cosas hasta que te encuentren una familia. 
Duclack: - ¡No quiero ir con las monjas! ¡Me he portado bien! ¡Me portaré mejor! ¡Por favor, Duclack, dame otra oportunidad! ¡Yo quiero quedarme con Sebastián y contigo!
Duclack: - Pradito, sabías que esto era temporal. Yo... Llevo una vida demasiado ajetreada y no puedes quedarte conmigo. Ya me gustaría pero no puede ser. Eso no quiere decir que no nos vayamos a volver a ver...
Duclack: - Te prometí que seríamos amigas. Iré a verte a menudo y te contaré mis aventuras piratas y tal vez cuando crezcas puedas formar parte de mi tripulación. Pero ahora tú necesitas una familia de verdad, ir al colegio y hacer las cosas que hacen las niñas de tu edad. Tendrás un padre y una madre y tal vez hermanos. ¿No te gusta la idea?
 Pradito: - Vosotros sois mi familia. No quiero un padre y una madre. Me gustáis Sebastián y tú.
Duclack: - Lo siento, Pradito. Pero es imposible... No llores. Sé que ahora no es fácil pero cuando descubras tu nueva vida, te gustará.
Sebastián: - No olvides las bolsas con tu ropa nueva. Te he echado los cuentos.
Duque: - ¿Ya estás lista?
Pradito: - ¡No me he despedido de Tinger!
Duque: - No hay tiempo ya. La hermana Sor Tecla, te espera en su furgoneta.
Duque: - ¡Vamos!
Duclack: - Sebastián... se me hace el corazón trizas.
Sebastián: - Se lleva parte de nuestro corazón, capitana.
Sor Tecla: - He aparcado un momento en doble fila. ¿Tú eres Pradito?
Pradito: - Sí...
Sor Tecla: - ¡Pues dame la mano, bonita! ¡Deprisa! ¡Deprisa!
CONTINUARÁ



1 comentario:

  1. Es muy triste...es el momento que temía que llegase. Pradito ha descubierto la felicidad, lo que significa tener una familia, que no tiene que ser estrictamente una madre, un padre y hermanos. Duclack y Sebastián le han dado un hogar y son la familia ideal. Es imposible ser más feliz. Me ha dado pena cuando habla con Suselle y ella le aconseja que se comporte bien, como último recurso. Muy buena la mención a Willy y Renzo en la historia del crucero jajaja, ha ido como anillo al dedo. Duque es más frío, con esta historia y la del crucero, queda más que demostrado jajaja. No es que sea de piedra y que las cosas no le afecten, pero mantiene la mente muy fría y no se deja llevar por los sentimentalismos. Pobre Pradito...con las monjas no será tan feliz, por mucho que ellas lo intenten. Que se preparen, se les avecina un huracán jajaja (aunque las pobres no saben que Pradito no es el único y peor huracán al que se tendrán que enfrentar jajajaja, ay pobres). Me encanta son Tecla con esas manjas, queda chulísima. Duclack y Sebastián se quedan con el corazón roto...no me extraña. La echarán de menos...Las fotos son muy bonitas, con esas luces, con la decoración...me encanta mirarlas. ¡¡Estoy deseando leer la continuación!! ¡¡Estoy enganchadísimoooo!!

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