jueves, 23 de agosto de 2018

Cambios: Capítulo 5 - Rita

Al día siguiente Rita llegó dispuesta a poner orden en esta casa. Pradito le indicó donde estaba su cuarto.
La habitación le pareció pequeña pero suficiente para su ligero equipaje, un misterioso bolso beis al que le buscó acomodo lo primero de todo.
Rita: - Hmm
Finalmente lo guardó bajo la cama.
Seguidamente fue a inspeccionar la casa.
Rita: - Parece limpio el baño.
Rita: - Hmm... barriles de vino, un  tapiz medio tejido con motivos indios...
Rita: - Una barra con un dispensador de cerveza... Curiosa esta buhardilla...
Rita: - Una buena biblioteca...
Rita:  Buenos días... Mi nombre es Rita. Soy la nueva sirviente e institutriz. ¿Es usted la señora de la casa, la capitana Karó?
Asentí con la cabeza casi sin mirarla. Estaba demasiado concentrada, para que no se me cayera la cucharada de helado. Rita se quedó mirando mi desayuno, una tarrina gigante de helado, con cara de estupor. Cuando me lo hube tragado, por fin le hablé.
Duclack: - Buenos días, Rita. Ya me ha dicho Pradito que acababas de llegar y te estabas terminando de instalar. Espero que hayas encontrado todo de tu agrado. Como habrás visto tu cuarto y el baño de la buhardilla son muy pequeños pero tratamos de que sea lo más acogedor posible. En cuanto a las tareas, Sus me dijo que te había pasado la lista. Siéntete libre para hacer las tareas a tu ritmo. 
Rita: - Gracias, señora. 
Duclack: - Yo no saldré hoy. Estaré en mi cuarto descansando. Preferiría que no me molestases. Si necesitas cualquier cosa, puedes preguntarle a Pradito o en su defecto llamar por teléfono a Sus. El número lo tienes apuntado en el cajón del mueble de la entrada.
Rita decidió salir a comprar algunas cosas para la comida. Pero antes se pasó por el cuarto de Pradito.
Rita: - ¡Todos estos juguetes tirados por el suelo! El orden es fundamental en todo. Cuando vuelva, recogeremos todo esto.
Yo seguí en la cama aunque no conseguía dormir, era donde más me apetecía estar.
Rita volvió y comenzó sus tareas. Así pasaron los días. Rita barría...
Ponía lavadoras y planchaba...
Preparaba la comida...
Fregaba los platos...
Se encargaba de sacar, alimentar y limpiar a Tinger.
E incluso sacaba tiempo para darle clases a Pradito.
Así Pradito empezó en poco tiempo a leer.
Primero a trompicones y sílaba a sílaba. Pero después cada vez con más soltura.
Además recibía clases de diferentes materias, para que cuando empezara el curso, llevara el mismo nivel que sus compañeros de clase.
Rita le transmitió el interés por la geografía.
A Pradito le gustaba conocer los nombres de los distintos países a los que podría viajar con su barco.
Además de aprender a usar la regla y el compás para hacer mapas.
En poco tiempo para sorpresa mía se convirtió en una niña de odiar las letras a disfrutar leyendo en sus ratos libres.
Duclack: - Pradito, vamos a cenar.
 Pradito: - Un poquito más, que me queda poco para terminar este capítulo...
Además a Rita no le importaba enfrentarse a otras tareas de bricolaje de la casa. Cogía la caja de herramientas y en un momento arreglaba cualquier desaliñado.
Y aún usaba parte de su tiempo libre en entretener a Pradito jugando a algún juego de mesa.
Parecía una superclack.
Pero por las noches debía caer rendida a la cama... No sabíamos mucho más de ella. Era una clack enigmática en cuanto a su vida personal. Pero lo cierto es que puso patas arriba nuestro desorden. Pradito y yo eramos puro caos en ebullición y ella era lo completamente opuesto. Tratando de meternos poco a poco en una dinámica de horarios, comidas en regla, pulcritud y disciplina de estudio, estaba batallando una dura pelea personal.
Sus: - ¡Rita! ¿Qué tal lo llevas?
Rita: - Señora Rosales, estoy al borde de la locura...
Sus: - ¿Qué sucede, Rita?
Rita: - No puedo más...Este caserón es enorme. Cinco plantas es demasiado para mantenerlo limpio una sola persona. Y si eso fuera lo único que tuviera que hacer...
Pradito: - ¡Si estamos en alto no nos puedes pillar! ¡Casa! ¡Corre, Suselle!
Dante: - ¿Por qué me la tengo que quedar yo?
Rita: - ¡Niños, no subáis ahí! ¡Cuidado con la fachada! ¡Qué luego me toca a mí limpiarla!
Rita: - Tengo también que hacer la compra, cocinar, sacar al leopardo... Por no hablar de todo lo que conlleva la educación de Pradito... Pero es que también tengo que hacer de niñera de la señora de la casa, porque si por ella fuera... Se pasaba todo el día en la cama y sus comidas... a deshoras y desequilibradas...Yo no puedo más, de verdad e intentado luchar por hacerles entrar en una serie de buenos hábitos pero tanto la hija como la madre son incorregibles... Yo no sé cómo lo hacía ese tal Sebastian. Un santo era o el amor que hace milagros... Pero yo no puedo. Por favor, señora Rosales, hable usted con la señora... Me temo que si sigo así, acabaré en un psiquiátrico...
Sus: - Vaya... Tienes razón es demasiado para ti sola. Hablaré con ella... No te preocupes, Rita.
                 CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Pobre Rita. Cuando me enseñaste el custom, pensaba que sería estricta, dura y algo bruta. Pero las apariencias engañan, y Rita aunque es estricta para intentar poner orden en la casa, no es bruta ni dura. Intenta hacer bien su trabajo y se ve que pone todo el empeño. Me encantan las fotos de ella haciendo las tareas. Me he reído con eso de "tengo que sacar el leopardo" jajajaja. Es que es verdad, es una mansión para una sola persona, y lo peor, con Duclack depresiva y Pradito revoltosa. Por si eso fuese poco, también se encarga de la educación de Pradito, y además, a las mila maravillas. Rita esconde secretos, ese maletín misterioso y está batallando una dura pelea personal. ¿Que le estará pasando? se ve buena clack. Se marchará si las cosas no cambian, ¿conseguirá Sus animar a Duclack y evitar que Rita se marche? ¡Voy a seguir leyendo!

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