viernes, 17 de agosto de 2018

Sebastián: Capítulo 17 (Final) La barbacoa familiar final

Esa noche habían organizado en la casa una barbacoa familiar.  La familia al completo nos reunimos en torno a una gran mesa. Doña Paca y su hermano Julián se encargaban de la parrilla. Yo ayudaba a la Trini a abrir el pan para hacer bocadillos. Todos disfrutaban de la comida y bebida mientras recordaban anécdotas familiares.
Paca: - ¿Faltarán chorizos?
Julián: - Quedan más en la cocina.
Miguel: - Mamá, yo quiero un poco de pancenta también.
 Julián: - No están las brasas como tienen que estar. Hay que echar otro tronco.
La Trini: - Si yo viviera en la ciudad, iría todos los días a ver escaparates al centro. Me encantan las compras: las joyas, los zapatos, la ropa... Pero aquí en el pueblo, ya ves tú... No hay nada de nada. Y menos mal que ahora he descubierto las compras a través de internet y le digo a Miguel, que está más puesto en las nuevas tecnologías, lo que quiero y me ayuda a hacer los pedidos, porque a Juan Antonio no hay quien lo mueva del pueblo. ¡Ay! ¡Ojalá se anime a ir a visitaros un día! 
Duclack: - Claro, podéis ir cuando queráis.
La Trini: - Tú díselo a mi Juan Antonio, a ver si entre todos lo convencemos.
Luisa: - Si queréis salchichas, aquí hay más.
 Flavia: - Yo no quiero más.Gracias, tía Luisa.
Ángela: - ¿Susi, has probado el chorizo?
Susana: - ¡Está buenísimo!
Cristian: - ¡Ha venido el padre Iñaki!
Venancia: - ¡Padre! ¡Llega justo a tiempo! Parece que le dio el olor. Siéntese con nosotros a cenar.
Don Iñaki: - Será un placer. Muchas gracias. No había cenado aún.
 La comida estaba siendo bastante animada. Todos comían y bebían con gusto. Yo había conseguido olvidar un poco por un momento mis preocupaciones aunque Sebastián seguía bastante más callado de lo habitual. Teo no paraba de beber del vino que Ángela trajo.
Miguel: - Tenemos que planear un viaje toda la familia.
La Trini: - Yo con ir a la ciudad ya me conformo.
Juan Antonio: - La ciudad es una locura. La última vez que fuimos era Flavia pequeñita y Trini estaba embarazada de Cristian. No veas como sude para salir de un atasco. Dije: "No me vuelven a pillar con el coche aquí". ¿Y total para qué? Sólo hay clicks estresados, contaminación y todo mucho más caro... Sebastián y Duclack te lo pueden confirmar.
Sebastián: - Tiene también sus cosas buenas.
Duclack: - Sí, de hecho, a mí me gusta bastante pasear por mi ciudad...
Juan Antonio: - ¿Más vino?
Teo: - Sí, écheme otro vaso.
Casimiro: - Esto es gloria bendita.
Venancia: - ¡No blasfemies, Casimiro! ¡Qué está el cura delante!
Casimiro: - ¡Pero si el padre Iñaki lo está saboreando con más placer que yo!
Don Iñaki: - Sí, a veces Dios nos manda cachitos de cielo a través de cosas tan terrenales, como estas viandas.
Santi: - ¿Entonces ya no trabajas en la ciudad?
Dolores: - No, ahora estoy en la bodega de nuevo, llevando las cuentas. Me tienes que dar tickets para ir a verte actuar.
Flavia: - Mi amiga Emma quiere saber si vendrás con nosotras el viernes. Parece que tiene mucho interés en ti...
Miguel: - ¡Dile que sí! ¿Me pasas su teléfono?
Flavia: - Hmm... ya veremos. ¿Qué estarías dispuesto tú a hacer por mí?
Luisa: - No comas tanto, Julián, que todo esto tiene mucho colesterol y mira que lamparones llevas en la camisa y te la pusiste limpia esta mañana. Ainsss, me duele la cabeza. ¿Cuándo nos iremos?
Julián: - ¡Luisa, por favor! Por una vez disfruta y deja disfrutar.
Juan Antonio: - ¿Qué Teo? ¿Te gusta esta familia? La familia es lo mejor... Y siempre tiene que permanecer unida...
Teo: - Sí, mucha unión familiar pero aquí el que más y el que menos tiene sus secretitos... ¿O acaso vais a negarme que no sois nada sinceros los unos con los otros?
Susana: - ¿Eh?
Ángela:  - ¿Pero este ahora qué dice?
Teo: - Os diré una verdad tan grande como un templo. Con perdón, padre Iñaki. ¡Sois todos unos farsantes! ¡Unos mentirosos y unos hipócritas!
Juan Antonio: - ¿Pero qué dices? Tú no nos conoces.
Susana: - Teo, creo que has bebido demasiado... Será mejor que no digas tonterías...
Teo: - ¿Tonterías? ¡JA! Sé que tú también mientes, Susanita y también el hijo pródigo con su porche azul...
Santi: - Ya vale, Teo.
Teo: - Pero el principal farsante y el peor es él: Sebastianito... Con su cara de niño bueno y de no haber roto nunca un plato, sus coloretes y su tupecito, símbolo de su pandilla tan superchupi... Pero detrás de esa fachada se esconde un mentiroso compulsivo... Capaz de engañar a toda su familia y traer a una clack, para que se haga pasar por suya... Una clack que no era suya y que con sus malas artes ha engatusado...
Teo: - Sí, ¡mi clack! Porque ella era mi novia y él me la ha robado para engañaros a todos... Os ha tomado a todos como si fuérais retrasados mentales... 
Duclack: - ¡Ya basta, Teo!
Santi: - ¿Pero de dónde ha salido este tío?
Teo: - ¡Todos mentís! ¡Todos! Tu no te atreves a decirle que no estás con una clack, sino que eres mariquita y estás con a un bailarín ruso.
Santi: - Me hubiera gustado contaroslo de otra manera. Pero ya que Teo me ofrece esta posibilidad... Mamá, tío, Julián, hermanos, abuelo, abuela... ¡Sí! ¡Soy homosexual! Me gustan los clicks y no me averguenzo de ello.
Paca: - Hijo, no hace falta que digas nada ni tampoco que venga este imbécil a creer que nos abre los ojos. Yo te he parido. Te conozco mejor que tú mismo y de eso me di cuenta cuando sólo eras un niño... Otra cosa es que me haya querido hacer la tonta. Al fin y al cabo, tú tampoco decías nada... Y era más cómodo para mí, creer tus mentiras y contárselas a las vecinas cotillas del pueblo que siempre te tacharon de rarito. Yo te quiero. Me da igual que la persona que elijas para compartir tu vida sea un click o una clack. Lo que quiero es que siempre seas feliz, mi niño.
 Santi: - Mamá...
 Casimiro: - Dame un abrazo, nieto. Sabes que yo también te quiero y me siento muy orgulloso de ti.
Dolores: - ¡Primo!
Venancia: - ¿Qué han dicho que no oigo nada? ¿Que el niño tiene novia?
Casimiro: - ¡¡¡NOVIO!!!
Venancia: - ¡Pues que vivan los novios!
Padre Iñaki: - ¡Santo Cielo!
Miguel: - Hermano, eres tonto. Hace tiempo que lo intuía. ¿Por qué no lo has dicho antes?
Flavia: - Tío Santi, dame un abrazo. Yo también te quiero mucho.
Santi: - Yo... No esperaba que vosotros... ¡Gracias!
Ángela: - Pues ya que Teo nos ha animado a ser sinceros. ¡Yo tengo algo que decir también!
Teo: - ¿Eh?
 Ángela: - Susana no es sólo mi mejor amiga. Ella es mi clack...
Ángela: - ... De la que estoy enamorada y con la que quiero pasar el resto de mi vida si todo va bien, digan lo que digan los demás. Susana, por favor, sube.
Susana: - Yo... ¡Ay! ¡Qué vergüenza!
Ángela: - Durante años quise largarme de este pueblo, porque no podía ser yo misma. Pero un día me atreví a declarar mis sentimientos a esta clack y para sorpresa mía, ¡me correspondía! Por eso ahora me da igual lo que digan los pueblerinos maliciosos por mi color del pelo, porque bebo cerveza o porque tengo un carácter de mil demonios y sé poner firme a cualquier click que se me acerque. Soy lesbiana, sí. ¿Y qué? Amo a Susana y quiero casarme con ella.
Susana: - ¡Ángela! Ven aquí y bésame.
Padre Iñaki: - ¡A mí me da un soponcio hoy!
Dolores: - Esto sí que ha sido una sorpresa para mí...
Venancia: - ¡Qué viva el amor!
Pradito: - Bueno, pues ya que todos decimos la verdad. Yo también voy a decir la mía. Aunque algunos ya la saben... Porque metí un poquito la pata en el rodeo y lo grité...
Pradito: - Duclack no es mi tía. Es mi mamá. En realidad, yo antes no tenía mamá... Solo un papá. Pero Duclack me llevó con ella y me ha adoptado, así que ahora somos inseparables.
Duclack: - Mi niña...
La Trini: - ¿Pero entonces vosotros? ¿Estáis juntos o no? Yo ya estoy hecha un lío con tanta confesión...
 Sebastián y yo nos miramos...
Tío Julián: - Mientras os decidís, yo voy a calentarme este choricito...
Duclack: - Es cierto que Sebastián y yo no eramos novios...
Teo: - ¡Di la verdad de una maldita vez! ¡Es tu criado!
Ángela: - ¡Pero te vas a callar!
En esos momentos sentí ganas de gritar que amaba a Sebastián. ¿Pero cómo hablar? ¿Cómo decirles que me había conquistado el corazón poquito a poco y que ahora no sabría vivir sin él? ¿Cómo decirles que llegó a mi vida por casualidad? 
 Quise abrazar a Sebastián  y besarlo ante el jubiloso aplauso de su familia...
 Pero en vez... permanecimos los dos callados...
Ángela: - No se preocupe, padre, que al menos una boda sí que sale de aquí. A mí me encantaría que nos echara la bendición.
Padre Iñaki:- ¡Lo que me queda por ver!
Por fin habló Sebastián.
Sebastián: - Sí, nos une una relación estrictamente laboral. Ella es mi jefa. Siento haber mentido a todos pero no soportaba la presión familiar para regresar al pueblo y por verme feliz con novia... Lo siento...
Aquellas palabras de Sebastián me cayeron como un jarro de agua fría... ¿Y todo lo que había pasado entre los dos? ¿No había significado nada para él? ¿Ahora resultaba que yo no era nada en su vida? ¿Todas esas palabras que me decía eran falsas? Los ojos se me llenaron de un brillo acuoso a punto de explotar. Me contuve... Aunque Pradito pareció darse cuenta.
Traté de disimular hasta que terminó la cena. Teo se fue esa misma noche. Doña Paca se encargó de echarlo. Como no había autobús hasta el día siguiente y no tenía dónde dormir, el padre Iñaki lo acogió en la sacristía.
Esa noche ya en el dormitorio Sebastián y yo discutimos.
Duclack: - No entiendo por qué no has dicho la verdad. Parece que no te importara ni lo más mínimo. ¿Qué soy yo para ti?
Sebastián: - Duclack, te tengo cariño.
Duclack: - ¿Cariño?
Sebastián: - Sí...
Duclack: - No entiendo tu cariño. Llevas raro desde hace días. Te vas a esa carrera solo... Pasas de decirme nada durante horas y luego esa actitud tan extraña durante la cena...
Sebastián: - Yo soy así... ya lo sabes...
Duclack: - .... Ainss
En ese momento corté la convesación. Veía que no nos conducía a nada y sentía un dolor tan intenso como si me traspasaran el corazón cientos de cuchillas. Pero no me vería llorar.
Duclack: - Voy a dormir. Buenas noches, Sebastián.
Sebastián: - Buenas noches, Duclack.
 Esa noche no pude pegar ojo. Sus palabras de que me tenía cariño retumbaban en mi cabeza. No lograba entenderlo. ¿Qué había sido de todo ese amor que me transmitía y me daba?
 De madrugada lo tuve claro. Era él o yo. Tenía que salir de allí si no quería seguir dañando mi maltrecho corazón.
 Eché precipitadamente y con la luz de la luna las cosas en mi maleta y la de Pradito. Después cogí a Pradito en brazos y llamé un taxi.
 El taxista del pueblo no tardó mucho en llegar.
 En aquel momento yo no me percataría pero no estaba sola en medio de ese amanecer.
 El taxista abrió el maletero y me ayudó a introducir las maletas.
 Pradito estaba aún dormida y casi no podía sostener su peso.
 Desde una ventana unos ojos apesadumbrados me miraban...
Pradito: - ¿Dónde vamos?
Duclack: - A casa, mi niña... Duerme, nos espera un largo viaje.
Duclack: - A Clickópolis...
Taxista: - Muy bien. Ha quedado una mañana fresca... Con el calor que hacía noche.
Duclack: - Sí, hace frío...
 El taxi arrancó. No quise mirar atrás. Tenía la sensación de que cerraba un capítulo de mi vida. Sentí no haberme despedido de la familia de Sebastián. Pero en cierto modo aquella cena había sido una bonita forma de despedida. ¿Qué futuro nos esperaba?
 Sebastián: - Duclack...
                                                                         FIN

2 comentarios:

  1. ¡Ohhhhhhhhhhhhh! Me moría por leer el final. Sí, me has enseñado las fotos, pero con el texto toman sentido, entiendo perfectamente las cosas. Lo primero que quiero resaltar es que Teo es un idiota terminal y un petardo. Espero que se le haya helado el culo durmiendo en la sacristía. No es quién para revelar esos secretos tan íntimos, encima a personas que lo han alojado y dado de comer grrr. Al menos Duclack se lo quita de encima, yo creo que poco más les queda decirse y las cosas están muy claras. Aunque es pesado y quizás lo intente de nuevo...espero que Duclack sea fuerte y no la pille en horas bajas. La cena es una pasada, con toda la familia al completo, me encanta cada escena llena de vida, con esas conversaciones tan cotidianas. La familia de Sebastián reacciona muy bien ante todas las noticias, tanto la de Santi (ayy si es que me he emocionado, ojalá a mi me pasara algo así...aunque sin un Teo que se vaya de la lengua jajaja) como la de Ángela, esta me ha pillado por sorpresa. Si que la veía rechazando a los clicks que ligaban con ella y era un poco bruta, pero no se me pasó por la cabeza. Hacen muy buena pareja, me encantan. Sebastián debe ser inmensamente feliz y me encantaría ver el momento en el que presenta a su novio. El padre Iñaki no daba crédito jajajaja.El final es muy triste...aunque entiendo que debe ser así. Que no haya dicho ante todos que se aman, lo que siente por ella y que encima le diga "te tengo cariño" puffffffffff, madre mía, eso es una puñalada en todo el corazón. Eso ha destrozado a Duclack y no me extraña que haya salido así corriendo. Hay una canción preciosa, que es una de mis preferidas y siempre lloro con ella, que me ha venido a la cabeza cuando Duclack monta en el taxi, es esta: https://www.youtube.com/watch?v=nk7mCmgzpPE Es muy triste,y Sebastián mirando por la ventana, dejándola marchar. No sé si al final esa era su intención, dejarla marchar, no declararle su amor por alguna razón, pensando que no es merecedor de su amor. Adoro a Sebastián, pero entiendo tan bien a Duclack que solamente puedo aplaudirla y apoyar su decisión. Deseo de todo corazón que esto se solucione, aunque no tiene pinta... Gracias por hacerme soñar y vivir con esta historia tan bonita, repleta de pasión, amor, celos, odio, cariño, amistad, tensión...¡No le falta de nada!

    ResponderEliminar
  2. Mil gracias por tus comentarios. Sabes que me llenan un montón y me dan un subidón para seguir haciendo cosas. Escucho la canción de "Calling you" mientras te escribo y a mí también me ha removido y me ha puesto triste. Sebastián fue muy especial y ahora Duclack está llena de momentos muy felices y divertidos con él, que la acompañaran para siempre. Quién sabe lo que les depare el futuro.

    ResponderEliminar