domingo, 5 de agosto de 2018

Sebastián: Capítulo 6 - La fuerza de esta tierra

Al día siguiente, después del copioso desayuno de costumbre, acompañé al abuelo de Sebastián al campo. Nuestra primera parada fue en la parcela en la que tenía las colmenas. Nos tuvimos que vestir con un traje blanco protector para poder manipular los panales y sacar la miel.
Iba a aprender de todo en este viaje.
Casimiro: - Tenemos que rellenar todos estos botes de miel. La vendemos en el pueblo sobre todo. Pero también vienen a por ella a la granja forasteros que la han probado .
Casimiro: - Con cuidado, Duclack. No te van a hacer daño con este traje.
Casimiro: - Esta miel es oro. Un experto analizó sus propiedades y nos dijo que era una de las mejores mieles de toda la comarca e incluso del país.
Cuando finalizamos nuestras tareas de apicultura, me enseñó la enorme extensión de sus viñedos.
Casimiro: - Tenemos uva blanca y uva tinta. Ya está casi madura. En septiembre la recogeremos.
Casimiro: - Mira, esa de ahí, aún está demasiado verde.
Duclack: - ¿Se puede tomar?
Casimiro: - Sí, coge un racimo y la pruebas. A ver qué tal está. Lo único que aúne está muy pequeña. Necesita unas semanas más.
Casimiro: - Duclack, esta tierra ha dado de comer a cinco generaciones. Mi abuelo plantó estas viñas cuando mi padre era un niño. A mí me tocó seguir dando todo por ella y ahora va siendo el turno de mis nietos... Es muy importante que la persona que decida permanecer al lado de ellos, ame tanto o más esta tierra. Tú pareces una buena clack. Eres diferente a otras novias que han podido tener mis nietos. Si amas a Sebastián, ama la fuerza de esta tierra.
Duclack: - Sí...
Después estuvimos viendo la huerta, donde había plantado todo tipo de verduras y hortalizas.
Casimiro: - ¿Te gustan los repollos?
Duclack: - Sí.
Casimiro: - Nos llevamos alguno para la comida.
Casimiro: - Estas coliflores están también en su punto ya para ser recolectadas.
Duclack: - ¿Las pipas de los girasoles se comen?
Casimiro: - ¡Claro que se comen! Puedes coger una torta y llevársela a Pradito. Seguro que le gusta.
Casimiro: - Mira, ves las raíces que echan fuertes. Es lo fundamental para un buen fruto. En el amor es lo mismo. Es fundamental que haya raíces bien profundas y fuertes, para que el amor dure y dé buenos frutos. Te lo digo yo, que llevo casi setenta años casado.
Casimiro: - Nos llevaremos también unos ajos. Cuando os vayáis, os tenéis que llevar de todo, que no os falte lo que aquí tenemos de sobra.
Duclack: - Gracias.
Casimiro: - Los rastrojos y maleza fuera.
Duclack: - ¡Menudas calabazas!
Regresamos a casa con una carretilla cargada de productos de la tierra.
Pradito: - ¡Qué buena pinta tiene todo!
Duclack: - Creía que odiabas las verduras.
Pradito: - Eso era antes de probar las de la granja. Aquí saben distintas.
Casimiro: - Dí que sí, pequeña. Jojojojo
Después de comer, estuvimos jugando un rato a la cartas con el abuelo, que resultó ser un gran jugador y nos enseñó incluso algunos juegos que no conocíamos.
 Cuando cayó la tarde, me preparé para salir con Sebastián. Me quería enseñar el pueblo.
Flavia: - Con esta camisa de cuadros anudada y esta falda vas a la moda de aquí.
Duclack: - ¿No es un poco corta la falda?
Flavia: - Es perfecta.
Duclack: - Gracias por asesorarme. No tenía ni idea de lo que ponerme para salir por aquí. Todo el mundo me mira de arriba a abajo.
Flavia: - Bueno, lo de mirarte no lo va a evitar otra ropa. En el pueblo son así de mirones en cuanto ven a un forastero. Pero tú pasa de todo el mundo, ya se acostumbraran a verte por aquí y dejarás de ser la novedad.
Duclack: - Bueno, ¿qué os parece?
Casimiro: - ¡Impresionante!
Julián: - ¡Te has restaurado!
Miguel: - Ahora sí pareces una clack del pueblo.
Paca: - Un poco corta...
Venancia: - Pero bueno, así van las jóvenes.
La Trini: - Aunque ella no es tan joven ya...
Pradito: - ¡Qué guapa!
Sebastián: - Sí... sin palabras...
Cuando Sebastián estuvo listo también, nos fuimos para la plaza del pueblo a dar una vuelta. Las clacks de la casa y los niños estaban en la puerta de la casa tomando el fresco, costumbre diaria en las noches de verano.
Sebastián: - ¿Crees conveniente que te dé la mano? ...Estarán aún mirándonos.
Duclack: - Sí, dámela.
 
Venancia: - ¡Qué buena pareja hacen!
Paca: - Buenas noches, don Iñaki.
Don Iñaki: - ¡A ver si pronto pasan por la vicaría y les damos la bendición!
La Trini: - Usted todo lo resuelve con bodas... Yo si volviera atrás me lo pensaba dos veces. Estoy muy contenta con mis hijos pero echo de menos la libertad de soltera.
Paca: - ¿Qué nuevas le traen, don Iñaki?
Don Iñaki: - Venía a contarles lo que ha sucedido en el convento de las hermanitas de la caridad de Clickópolis.
Don Iñaki: - Un terible huracán ha arrasado con el convento.
Don Iñaki: - Hay innumerables destrozos en todo el edificio.
Don Iñaki: - El techó salió volando y se han roto pilares y vigas...
 Don Iñaki: - Las pobres hermanas están desconsoladas...
Don Iñaki: - Afortunadamente no hay que contar con daños personales pero los destrozos son tantos...
 Don Iñaki: - Figurense que la mayoría de esas clacks son ancianas desvalidas.
 Don Iñaki: - Se han visto obligadas a hacer las maletas e irse de lo que ha sido su hogar tantos años. De momento han sido realojadas por orden del obispo en la congregación de las hermanas de la Cruz.
Venancia: - ¡Qué desgracia más grande!
Don Iñaki: - La colecta de este domingo será para recoger fondos para ellas...
Pradito: - ¿Vemos los dibujos de Pony Corazón? 
Cristian: - Mejor vemos el fútbol.
Pradito: - Trae el mando...
Cristian: - ¡Noticias no!
Pradito: - ¡Calla! ¡Eso lo conozco yo!
Mercedes Clicklá: - ...El edificio que acogía a una treintena de monjitas y casi una decena de niñas internas ha quedado destruido. El terrible huracán, que se formó de repente, azotó el edificio con saña hasta literalmente hacerlo volar por los aires. Muebles y objetos salieron disparados. Hablamos con Sor Natividad, madre superiora de la congregación que nos habla de un auténtico milagro.
Sor Natividad: - Si llegamos a estar aquí, hubiera habido que lamentar alguna desgracia. Es un milagro que esto haya sucedido justo el día que todas estábamos de convivencia en el campo. 
Pradito: - ¡Sor Natividad! ¡Es mi internado! ¡Oh no! ¡Se ha cumplido mi deseo!
Los bomberos han calificado los destrozos de nivel cinco y aunque han empezado a trabajar apuntalando el edificio, nos dicen que de momento el edificio es inhabitable por el enorme riesgo de derrumbe.
 Vemos como la chimenea se ha partido.
Las ventanas arrancadas... El techo hundido.
La policía ha estado presente en el momento en el que las hermanas han accedido al convento para recoger las pocas posesiones que les quedaban. 
 Los bomberos creen que de momento el edificio resistirá con los apuntalamientos hechos.
Sor Mercedes Clická: - Hermanas, aproveche las cámaras para decir lo que quiera.
Sor Elvira: - Queremos pedir ayuda a todos las almas caritativas que nos escuchen. Sólo confiamos en que Dios mediante buenos clicks nos ayuden a recuperar nuestro hogar.
Sor Tecla: - Si llega a suceder una hora antes nos habría pillado a todas en el convento y hay hermanas con apenas movilidad, no quiero ni pensarlo... 
Pradito: - ¡Esa es Sor Tecla! ¡Ohhh! ¡Pobrecitas!
 Sor Mercedes Clická: - Los detectives de la policía están ayudando en la investigación para saber dónde y cómo se originó el fenómeno meteorológico para atrapar de tan lleno el convento y no otros lugares cercanos. ¿Castigo divino?
Mercedes Clická: - Deseamos que las hermanas se recuperen del susto y pronto tengan un nuevo hogar para disfrutar.
 Mercedes Clická: - Desde el convento o lo que era convento e internado de las Hermanas de la Caridad, les habló Mercedes Clická, crónica para tvi-pl.
Pradito: - Es mi culpa. Yo deseé lo del huracán. 
Cristian: - ¿Qué dices?
Pradito: -Tengo que ayudarlas...
Mientras tanto Sebastián y yo llegamos al centro del pueblo.
La plaza mayor no era muy grande pero en ella se respiraba un aire agradable de sencillez y campechanía.
El único bar de la plaza tenía sus mesas en la terraza. Unos abuelos jugaban a las cartas en una de ellas. 
Otros conversaban de pie en una esquina.
Otro anciano paseaba solo, radiografiando con la mirada a todo aquel que se cruzaba en su panorámica.
Unas chicas jóvenes bebían en la barra. 
Y una familia estaba sentada en la otra mesa.
Hacía mucho que su familia no podía vernos pero Sebastián me seguía llevando de la mano y me agarraba bien fuerte.
Una de las chicas de la barra, la de pelo de un color extraño, como magenta, al vernos, hizo gestos con la mano llamándonos.
Ángela: - ¡Primooo!
Sebastián: - ¡Es mi prima Ángela, la hija de mi tío Julián! ¡Vamos! Te la presentaré. Es muy simpática.
Ángela: - ¡Primo! ¡Qué alegría verte! ¡Ya no vienes casi por aquí! ¿Es tu novia?
Sebastián: - Sí, ella es Duclack... mi chica.
Ángela: - ¡Encantada, Duclack! Esta es mi... amiga Susana.
Susana: - ¡Hola!
Ángela: - Tomaos unas cervezas con nosotras.
Duclack: - Hay mucha animación en la plaza.
Susana: - Aquí la mayoría viejos. Pero es el único bar que abre todos los días en el pueblo.
Ángela: - ¿Vendrás para la vendimia y las fiestas del vino también?
Sebastián: - No sé... no creo.
Ángela: - Bueno, al menos os quedaréis para la romería de este mes.
Sebastián: - Ya veremos.
Severiano: - ¡Eh! ¿Cómo van vuestros días por el pueblo? ¿Te gusta esto?
Duclack: - Sí, es muy diferente a la vida en la ciudad. Me gusta que el ritmo de vida es distinto. No hay tantas prisas y se va a las cosas realmente importantes...
Plof
Niño: - ¡Buaaaah! ¡Pupaa!¡Mamá! ¡Buahhhh!
Sebastián: - ¡Arribaaa!
Duclack: - No es nada. No llores, chiquitín.
La Juani: - ¡Perdonad! Ha empezado a andar hace cuatro días y en cuanto me despisto se aleja y acaba en el suelo. Pero... ¡Sebastián!
Sebastián: - ¡Juani!
La Juani: - Te hacía en la ciudad. No pensé que volvieras por ahora.
Sebastián: - He venido a ver a la familia y echar una mano en la granja mientras mi hermano está convaleciente.
La Juani: - Sí, por lo de su caída. Espero que se recupere pronto. Sebastián, me alegra tanto verte... Y estás... tan bien. No has cambiado.
Sebastián: - No puedo decir lo mismo de ti...
La Juani: - Ahora además de trabajar, soy mamá casi veinticuatro horas... Dos niños consumen toda mi energía.
La Juani: - Podéis sentaros aquí. Nosotros ya nos íbamos.
Ángela: - ¡Sí, gracias! Coge otra silla, Susana.
Así que esa era la famosa Juani, la reina de las fiestas del pueblo durante cinco años.
La clack perfecta de la que Sebastián se había enamorado... Una clack de bandera, inteligente, guapa, trabajadora, bella... pero una femme fatale, que había acabado llevando a Sebastián a la perdición. La verdad es que no me la imaginaba ni mucho menos así... No es que fuera fea pero a simple vista me pareció una clack normalucha tirando a poca cosa...
Su marido saludó también a Sebastián.
Cayetano: - ¡Ey, Sebastián! Ya eres forastero también en este pueblo. He oído que te va bien en tu ciudad. No deberías volver por aquí. Este pueblo nunca ha sido para clicks blanditos.
Sebastián: - Grrrr...
Cayetano: - ¡Es broma! Bonita clack... Encantado de conocerla, señorita, don Cayetano Almansa, a su servicio.
Cayetano: - ¡Cóbrate también de lo de ellos!
La Juani: - A ver si organizo las sillitas... Con dos pequeños es complicado cada vez que salimos...
Cayetano: - ¡Ehh! ¡Que os he invitado! Me gusta ser generoso, ya que tengo la suerte de que me sobra el dinero...
La Juani: - Adiós Sebastián... Espero que volvamos a cruzarnos por el pueblo...
Ángela: - Esta silla por aquí...
Ángela: - Vamos, id sentandoos y pedimos otra.
Susana: - ¡El bibe!
La Juani: - ¡Oh! Un día voy a perder la cabeza...
Cayetano: - Gracias.
Sebastián: - Está igual que siempre Sebastián.
Cayetano: - Sí, el mismo pardillo de siempre. Le vaticino poco futuro con esa clack. Cualquiera del pueblo se la levanta, como hice yo contigo...
Ángela: - Primo, ¿aún te afecta?
Susana: - Es una pertarda estirada de mucho cuidado. Tú vales mil veces más que ella. 
Ángela: - De menuda te libraste. 
Ángela: - ¿Crees que ella no se habrá arrepentido miles de veces? El Cayetano tendrá mucho dinero pero no sabe hacer otra cosa más que beber y tiene un carácter que no hay quien lo aguante. Ni sus propios amigos lo soportan cuando salen.
Sebastián: - Me he quedado impresionado al verla con esos dos niños... En poco más de dos años, me dejó, se casó y ha sido madre dos veces...
Duclack: - No ha perdido el tiempo.
Susana: - En el pueblo hay pocos entretenimientos. Por eso se tienen hijos tan pronto y seguidos.
Ángela: - Esa es una coneja... Te aseguro primo que no es feliz. ¿Dónde va a parar tu cara a la del Chinche Cara de Ano? Jojojojojo, así lo llamábamos cuando íbamos a la escuela.
Ángela: - Cayetano se ha hecho con medio pueblo. Va comprando las tierras de todos los viejecillos  por cuatro perras y a nosotros nos odia, porque no se las hemos vendido. Sabe que tenemos muy buenas tierras y que dan el mejor vino. Nuestro abuelo aunque se ha visto en apuros, no ha cedido. Tu madre y mi padre tuvieron que pedir un préstamo entre los dos para hacer frente a los pagos y no vender. Su mujer es una enchufada que se ha quedado con la plaza de veterinaria en el pueblo y se cree por eso más que nadie. Ya ves... metiendo la mano en el culo de los cerdos e inseminándolos con la jeringuilla...
Ángela: - Pero dejemos de hablar de esos pesados. Me cae genial tu novia Duclack. Hacéis muy buena pareja. ¿Cómo os conocisteis?
Duclack: - En el parque...
Sebastián: - En el supermercado...
Duclack: - Bueno, en el parque de al lado del supermercado. Él me ayudó con las bolsas...
Sebastián: - ¡Sí!
Ángela: - Mi primo siempre ha sido un caballero. Cuídalo bien, que más bueno que él no lo vas a encontrar.
Duclack: - Lo sé... ¿Vienes para allá?
Ángela: - Sí, mi familia vive en la granja de al lado.
Ángela: - ¿Oye, por qué no venís mañana a la bodega? A Duclack le gustará verla.
Duclack: - ¡Me encantaría!
Ángela: - Mañana estaré todo el día allí sola trabajando. Os la enseño encantada. Puedes traerte también a tu sobrina, Duclack.
Sebastián: - Hasta mañana entonces, prima.
Duclack: - ¡Hasta mañana!
Ángela: - Descansad. Buenas noches.
CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Podríamos dividir este capítulo en varias partes:

    1 - El paseo por las tierras con el abuelo: Me parece un personaje muy entrañable, muy simpático y sincero.De esas personas que se abren y te lo dan todo sin esperar nada a cambio. Se le nota la preocupación por la continuidad del trabajo en las tierras, pero son luchadores y seguro que tiran para adelante. Las fotografías son geniales, me he imaginado el olor a esa verdura fresca y tan rica. Me encanta el montaje, has pensado en todos los detalles. Es verdura si que le gusta a Pradito jajajaja.

    2 - El pueblo: Me gusta la combinación de edificios que has elegido, es que parece la típica plaza del pueblo en la que todo el mundo se reúne, sobretodo abuelos. Duclack va guapísima así, me encanta (aunque a Paca le parezca que la falda sea corta jajaja). Ángela me encanta, tanto el custom como su personalidad. ¡Estoy deseando ver la parte de la bodega!

    3 - La Juani: Su aparición es fugaz, pero muy intensa. Se nota que deja a Sebastián muy tocado. Le sorprende encontrarla así, casada y con dos niños. Es lógico, la amaba y todavía le duele su traición. Duclack tiene razón, es una clack del montón. No es fea, pero tampoco de bandera. Sebastián la tiene idealizada. Muy graciosa la foto de cuando era Reina de las fiestas jajaja. Parece algo petarda, y se le nota mucho que le sigue gustando Sebastián. Debe estar muy arrepentida...Menudo elemento de marido tiene, el típico fanfarrón que además le sobra el dinero...grrr.

    4 - El convento - Lo que me he reído. No esperaba que apareciese así, y cuando he visto a Mercedes (que lleva mucho sin aparecer) cubriendo la noticia, me he reído un montón. Queda ideal, muy bien pensado. Da mucha pena ver el convento así, destrozado. Marcó una época en las historias, sobretodo en esta última, de la vida de Pradito. Espero que tenga solución y algún día lo volvamos a ver en activo. Lo importante es que nadie salió herido, aunque me consta que algún moratón y arañazos si que hubo. Don Iñaki me encanta, con es bigote y tan campechano, se le ve buen hombre. Ay, y que risa con todas en la puerta tomando el fresco, esa es una costumbre milenaria que no pasará de moda nunca jajajaja.

    ¡Me lo estoy pasando pipa! ¡Otro capítulo yaaa!

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