domingo, 12 de agosto de 2018

Sebastián: Capítulo 13 - Una escapada

Sebastián le había buscado a Teo alojamiento en el único hostal del pueblo. Pero después de su incidente con los toros, nos rogó que le hiciéramos un hueco en la granja. Era la primera noche que Teo dormía en la granja. Pradito había sido reubicada en la casa del hermano mayor de Sebastián. Dormiría con Flavia en su cuarto. Y a Teo lo acomodamos en el pajar. Esa noche cuando nos disponíamos a dormir, Teo apareció en nuestra habitación. 
Teo: - Ya estoy listo.
Duclack: - Muy bien, buenas noches.
Teo: - ¿Cómo que buenas noches? Si os pedí dormir aquí fue, porque quería... hablar contigo, Duclack. Lo lógico Sebastián es que me cambies el sitio y tú duermas en el pajar.
Duclack: - Eso es imposible, Teo. La madre de Sebastián puede levantarse a medianoche. Y además no quiero... hablar contigo.
Teo: - Pero Duclack, por favor, hay cosas que te quiero decir. Sé que no estuve bien en nuestra última conversación.
Duclack: - Tienes razón, tenemos que hablar pero no hoy y a estas horas. Buenas noches.
Sebastián: - Hasta mañana, Teo.
Teo: - Hasta mañana y me despachan así... ¡Bbbffff! Este mayordomo cada vez me da peor espina...
Sebastián: - Teo tiene un morro que se lo pisa...
Duclack: - No entiendo que hace aquí para empezar...
Sebastián: - Quiere recuperarte.
Duclack: - Pues lo lleva claro...
Teo: - Se me clava todo en la espalda,qué incomodidad... Si lo sé me quedo en el hostal...
Miaú
Teo: - ¿Eh? ¿Qué es eso? ¡Algo me ha rozado! ¡¿Y esos ojos en la oscuridad?! ¡Ratas!
Teo: - ¡AHHHHHH!
Sebastián: - Duclack, perdona si esta mañana fui un poco borde contigo después del consultorio...
Duclack: - No pasa nada, Sebastián... Parece que esa clack te cambia el carácter totalmente. Pero estoy cansada... Vamos a dormir, anda.
¡Ahhhhhhhhh!
Sebastián: - ¿Es Teo el que se oye?
Duclack: - Estará hablando en sueños... Buenas noches.
Sebastián: - Buenas noches, Duclack...
A la mañana siguiente madrugamos bastante. La abuela de Sebastián me quería enseñar a hacer pan.
Venancia: - Así muy bien, coge el rodillo y echa más harina.
Paca: - Estos panes ya están.
Pradito: - ¡Qué bien huele!
Venancia: - Una clack que sabe hacer pan es un tesoro para un click. En mis tiempos siempre se apreció saber hacer de todo en casa... Nunca sabes si va a venir una guerra o algo peor y te tocará hacer estas tareas. Cuanto más sepas, mucho mejor...
Duclack: - Sí, si a mí me gusta aprender de todo. Pero espero que no suceda ninguna catástrofe... Mi padre suele decir: el saber no ocupa lugar.
Paca: - Así no se coge el rodillo, Duclack... Agárralo bien si quieres llevar el mando de una casa.
Venancia: - El rodillo es la mejor arma de una clack...
Pradito: - Yo también sé agarrarlo fuerte.
Después de las lecciones de doña Paca y doña Venancia, sobre cómo hacer pan y cómo manejar a los clicks, Sebastián me propuso una escapada antes de que Teo se levantase.
Pudimos dar esquinazo a Teo y fuimos al pueblo. De camino hicimos una parada en una tienda de chucherías donde Sebastián consintió un poco a Pradito comprándole algunos dulces. 
Pradito: - ¡Este lugar es increíble!
 Sebastián: - Ponte ahí al lado de Blancanieves y te hago una foto.
Pradito: - ¡Huevos gigantes!
 Sebastián: - Una foto... ¡Uagggh! ¡Soy aplastado!
 Duclack: - Empuja Pradito, a ver si lo movemos...
Después de nuestra parada en la original tienda de chucherías y la exposición de huevos, fuimos a ver una casa abandonada que pertenecía a la familia de Sebastián y por problemas con todos los herederos, no habían podido tomar una determinación con ella.
El patio de la entrada era de unos azulejos azules muy alegres.
Duclack: - Debió ser una casa preciosa.
 Sebastián: - Tened cuidado por dónde pisáis por si hay alguna baldosa rota.
Sebastián: - Subid por aquí...
Pradito: - ¡Oh qué bonito!
Pradito: - ¡Esta cama es muy cómoda! Podemos quedarnos aquí...
Sebastián: - ¿Te gusta?
Duclack: - Sí, es bastante curioso descubrir una casa abandonada. Se puede intuir la historia que estas paredes esconden.
Sebastián: - Me gustaría que tú y yo llenáramos de historia también un lugar nuestro...
Duclack: - Sebastián...
Pradito: - Jejeje
Duclack: - ¡Qué bonita esta cortina!
Duclack: - ¿Cuántos metros tendrá?
Sebastián: - Pues ahí me pillas... No sé exactamente. Pero sí, es bastante grande la casa.
Sebastián: - Esto era la cocina...
Duclack: - Este lugar se podría arreglar como casa rural y seguro que vendría la gente. Además en el pueblo sólo está el hostal en el que se quedó Teo y por lo que nos dijo no es muy acogedor.
Sebastián: - Sí, es una buena idea. Pero tendrían que ponerse de acuerdo con los hermanos de mi padre y no están muy por la labor.
 Sebastián: - ¡Cucú!
Duclack: - ¡Qué tranquilidad aquí!
Sebastián: - Duclack... Me tienes loco. Todo el día te deseo. 
Duclack: - ¡Sebastián! Yo a ti también... Cuando volvamos a la ciudad, buscaremos a alguien, para que trabaje en casa y tú puedas terminar tus estudios. Tienes que dedicarte exclusivamente a lo que te gusta: escribir. 
Sebastián: - Yo puedo seguir encargándome de la casa. Si me encanta hacerlo...
Duclack: - Sí, pero no como una obligación. Además así tendrás tiempo para terminar tu libro. Yo tengo dinero suficiente, para que tú no tengas que trabajar.
Sebastián: - Duclack... eso no me gusta. No quiero ser mantenido por una clack.
Duclack: - Tonto... Te quiero. Ser mi mantenido y consentido no es nada malo... Además sé que acabarás triunfando. Tienes talento. Sólo necesitas una oportunidad.
Sebastián: - Bueno, ya lo hablaremos...
Sebastián: - Este es el otro cuarto del desván.
Sebastián: - Probamos este colchón...
Duclack: - Sebastián... Jajajaja
Sebastián: - Y esta es la terraza... Estas rejas las íbamos a poner mi hermano y yo abajo, para evitar que se cuelen...
 Duclack: - ¡Qué buenas vistas!
 Duclack: - ¡Pradito, baja de ahí! ¡Te vas a caer!
Sebastián: - Recuerdo de niño pasar al invernadero de mi tía y estar esto lleno de plantas de todo tipo... ¡Qué pena verlo ahora vacío!
Pradito: - Parece una pista de baile...
Terminamos nuestro paseo dando una vuelta por el pueblo y sus monumentos y rincones.
Nos hicimos algunas fotos en los alrededores.
Duclack: - Sebastián, tendremos que decir la verdad a tu familia...
Sebastián: - Pff, no sé, la verdad... Creo que de momento es mejor que sigamos como hasta ahora. Al fin y al cabo estamos juntos...
Duclack: - Está bien, como prefieras...
Sebastián: - ¿Quieres que vayamos a la fiesta a la que nos invitaron esta noche?
Duclack: - ¡Sí! ¡Será divertido!
Sebastián: - Está bien. Ahora vamos para casa. Mi madre debe estar esperándonos con la comida.
Duclack: - Sí. Y Teo de morros por haberlo dejado solo. 
Sebastián: - Tranquila, no habrá tenido tiempo de aburrirse en todo el día. Antes de irnos, le dije a Miguel que le diera tarea en la granja. Así otra noche no volverá a venir con ganas de guerra...
Duclack: - Jajajajajaja
                  CONTINUARÁ

1 comentario:

  1. Me he podido leer tres capítulos, El rodeo, la clínica y la escapada. Tenía muchas ganas de leer, así que poco a poco me pondré al día.

    El rodeo: Odio a Cayetano, es un creído y un estúpido, no sé que vio La Juani en él, comparado con Sebastián...Me ha dado rabia que perdiese por los pelos a los caballos, pero por lo menos Duclack pone en su sitio a La Juani jijiji. Me encanta cuando Pradito llama mamá a Duclack. Otro momentazo, cuando Teo se revuelva con el toro jajaja, se lo tiene bien merecido.

    La Clínica: Preciosa, es un edificio muy bonito. A mi que me da terror una picadura de avispa...nunca me ha picado una y me da pánico. Pradito se preocupa por ella, no me extraña, la familia de Sebastián la asusta jajaja. Los detallitos de la clínica son una pasada. Los ancianos que van por ir a pasar un rato jajaja y los que se enfadan que les toca a ellos primero, muy real. La foto de la inyección en el culo es muy graciosa. Me encanta cuando Duclack la hace rabiar, aunque a Sebastián parece que no le hace gracia. Al final se enfada...y es que ella parece que sigue interesada en él.

    La escapada: No me esperaba un capítulo así. Me parece una forma muy bonita de enseñar esos tesoros que tienes. La tienda de chuches es una pasada (¡yo quiero ir!) y la casa vieja. Me encantan las fotos en la cama y la pasión que desprenden. Junto con el texto, quedan genial. Y me he reído mucho con eso de ser el consentido de Duclack. Parece que al principio le choca, pero el amor todo lo puede y si ella le puede ayudar, sería maravilloso. A ver que pasa en los siguientes capítulos.

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